La Consejería y la Doctrina del Pecado

Por John F. Bettler

Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero (1Tim. 1:15).

Al lado de la puerta de entrada de nuestra casa tenemos una tabla con palitos que sirven como ganchos donde colgamos nuestros abrigos y nuestras gorras. Esos ganchos son útiles. Son útiles para colgar cosas.

Cuando camino por mi propiedad, en cada esquina encuentro palitos que sirven como estacas. Estos palitos marcan los límites del terreno. Todo lo de este lado es mío. Todo del otro lado del límite pertenece a uno de mis vecinos. Los Palitos son útiles. Definen límites.

Cuando nos cambiamos a vivir en nuestra pequeña granja hace ocho años no había nada sino un campo. Mis hijos querían un ruedo para dar vueltas con los caballos, por eso tuve que delimitar un rectángulo en medio del campo. ¿Qué hice? Metí una estaca en la tierra. Esta sería la esquina. Medí un metro en una dirección y metí otra estaca. Medí un metro en otra dirección y metí otra estaca. Pronto tuve mi rectángulo. Los palitos mantienen las cosas rectas.

¿Por qué hablar tanto de palitos? Porque la gente los necesita. La sociedad necesita esos palitos, y la iglesia los necesita también. Vivimos en un día cuando la gente no sabe dónde están los palitos. No saben dónde colgar su fe. No conoce los límites, cuáles cosas están dentro de al fe Cristiana y cuáles cosas quedan fuera de la fe Cristiana. No saben cómo mantener recta la verdad.

Hablando de los padres y los niños hace unos años, Margaret Mead dijo "No es que los padres ya no son guías para sus niños, es que no hay guías." Si los padres ya no son guías, esto está bastante mal. Pero no hay ninguna guía, ninguna directriz, ninguna estaca. Vivimos en un día cuando, como en Israel, "cada cual hacía lo que bien le parecía" (Jueces 21:25).

Pablo, en 1Timoteo 1:15, contradice esto. Nos da una estaca cuando dice "." Aquí hay una verdad de la cual puedes depender. Tal vez no entiendas cada detalle de la vida, pero aquí hay una cosa que debes entender claramente.... Cinco veces en sus cartas a Timoteo y Tito Pablo usa esa frase "Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos." Cada vez lo que sigue es alguna verdad crucial.

La estaca en 1Timoteo nos dice tres cosas. Primero, nos dice el propósito de Dios. Considéralo: "Cristo Jesús vino al mundo"-para qué propósito? -"a salvar a los pecadores." El salvar a los pecadores es el trabajo en el que Dios se ocupa. Sí tú estás sirviendo en el nombre del Dios viviente, entonces tú también tienes que ocuparte en esta obra. El problema es que ya no tenemos "pecadores." Tenemos víctimas. Tenemos hijos adultos de alcohólicos. Tenemos codependientes. Pero no tenemos pecadores. Y si no tenemos pecadores, no necesitamos la salvación. En vez de esto, necesitamos la recuperación.

Ensuavizamos el pecado o lo minimizamos. Recientemente un autor comentó acerca de esto. Él señaló "Ya no cometemos adulterio. Tenemos aventuras."1 La palabra "adulterio" comunica una cosa, ¿verdad? Hablar de una "aventura" da otra impresión distinta. Adulterio suena duro y feo y destructivo. Una aventura suena suave y linda y casi aceptable. En la misma manera, ya no tenemos homosexuales. Tenemos personas con preferencias alternativas de sexualidad. Hemos ensuavizado el concepto del pecado. [De hecho, ya no cometemos pecados, cometemos "errores."]

En decir esto, no quiero repetir la necedad insensible de los consejeros de Job. No estoy diciendo que todo sufrimiento es el resultado del pecado personal. Las Personas sí sufren a manos de otros; las personas son victimizadas. Lo que sí estoy desafiando es la idea de que el asunto del pecado ya no es importante en tales situaciones. Pablo dice que Dios se ocupa en salvar a los pecadores. Aun en los corazones de las personas que han sufrido horriblemente por los hechos de otros, late un corazón que con cada latido bombea la sangre de rebelión. Todos necesitan la gracia salvadora porque cada uno, cualquiera que sea lo que le haya pasado, está en rebelión activa contra el Dios de las Escrituras. Tienes que prestar atención a la victimización. Pero jamás debes olvidarte de que debajo de todo late un corazón pecaminoso en rebelión contra un Dios santo. Esta es la "estaca" de Pablo. Salvar a lo pecadores es Su obra-y la nuestra.

Esta estaca en 1Timoteo también nos dice los medios por los cuales Dios logra este propósito. Pablo dice, "Está salvando a los pecadores por medio de Jesucristo que vino al mundo." Cuando Pablo dice "Cristo Jesús vino al mundo," no sólo quiere decir que Cristo cambió de localización del cielo a la tierra. Es mucho más radical. El hijo de Dios se hizo algo que jamás antes fue. La segunda persona de la Trinidad tomó para sí carne humana. Había estado por encima de la ley; ahora fue puesto bajo la ley. Había sido el dador del pacto; ahora tuvo que ser una persona que mantuviera el pacto. ¡Y Pablo quiere que sepamos que realmente sucedió! Un niño nació en Belén. Un hombre caminó por los caminos de Galilea y Judea. Un hombre fue colgado en la cruz. Un hombre se levantó de nuevo. Son hechos registrados en la historia.

Hoy día la gente quiere decirnos, "No importa si Jesús se levantó de los muertos. Sólo es una idea. No importa si Jesús murió en la cruz para salvar a su pueblo de su pecado. Es sólo la idea." Wynston Marsalis, el gran intérprete de la trompeta compuso una misa en jazz que se estrenó hace pocos años en New York City. Reflexionando acerca de esa composición, Marsalis dijo, "No soy religioso en términos de la religión--¡frase interesante!-"pero creo. Creo en la crucifixión, lo cual es todo el dolor y el pesar del mundo. Y la resurrección nos permite seguir adelante. Y la fe está relacionada con la resurrección. Nos permite seguir creciendo en medio de la adversidad."

¿Oyes lo que está diciendo? Dice, "Creo en la crucifixión-no la crucifixión, sólo la idea de la crucifixión. Eso es dolor y pesar. Y creo en la resurrección-no la resurrección de un cuerpo de la tumba, sino sólo la idea de la resurrección. Nos da fe para seguir adelante."

Pero Pablo dice que la idea no va a hacer nada por ti. Lo que necesitas es el hecho histórico: "Cristo vino a Salvar a los pecadores". En una ocasión cometí un serio error en mi cuenta de cheques. Pensé que había escrito un cheque por $50. Antes de escribir el cheque, lo anoté en mi registro, sustrayendo $50 de un balance de $950. Pero cuando escribí el cheque, sin pensar, lo escribí por el saldo de $900, en vez de por los $50. ¡Mi registro me indicaba que todavía tenía $900 en el banco! Esto me inspiró a escribir muchos cheques más. Desafortunadamente, no había ningún dinero para respaldar mi idea. Muy pronto empecé recibir notificaciones de sobregiro que costaban $25 dólares cada una. No lo podía entender. Pensé "¡El banco no me puede hacerme esto!" Yo tenía la idea de los $900 dólares. ¡Pero la idea no pagaba las deudas! Necesitas la realidad para pagar las deudas. De la misma manera, la idea de la crucifixión o resurrección no hará nada por ti. Necesitas la realidad histórica del Hijo de Dios verdaderamente viniendo al mundo a salvar a los pecadores.

La "estaca" de Pablo en 1Timoteo también nos dice una tercera cosa: cómo entramos a la vida que Cristo ha comprado para nosotros. Notemos cómo concluye Pablo: "Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuáles soy el primero". ¡Yo soy el peor! No hay pecador peor que yo.

Estoy tentado a decir, "Por favor, Pablo, ¿Cómo puedes decir eso? En otras cartas nos dices cuán bueno eres. Nos dices que tu eras un Fariseo de fariseos, eras celoso por la Ley. Nos dices en 2Corintios que destacabas en comparación con el resto de los apóstoles: En nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles. ¿Cómo puedes decir que eres el principal de los pecadores?"

Pero Pablo nos está ofreciendo una "estaca" que nos mantendrá sobre la línea. Pablo dice esto al estar, a solas, en la presencia de un Dios santo. Cuando haces eso, no piensas en los fariseos que pueden ser peores que tú. No piensas en los adúlteros o los blasfemos que tienen un registro público notorio. Ellos se desvanecen. Estoy seguro que Isaías no era el peor hombre en Israel en el 740 a.C. Pero cuando estuvo en la presencia de Dios, dijo; "¡Ay de mí, pues soy un hombre impuro de labios! Cuando estoy en la presencia de un Dios santo, todo lo que puedo ver es su gloria y mi pecado; y debo decir con Pablo, "Yo soy el primero". Notemos que Pablo considera su posición como pecado delante de Dios, como la mejor forma de definirse a sí mismo. Aunque ciertamente en muchas ocasiones habían pecado en su contra, él no dice, "Soy la víctima más grande entre todos ellos". Aunque había conocido el desánimo y el rechazo, no se resume a si mismo diciendo: "Tengo la peor autoestima entre todos ellos". Pablo sabe lo que está en centro de su ser; y por eso dice, "soy el peor pecador de todos". Por eso clama a Dios arrepentido: "Ten misericordia de mí, que soy pecador". Eso es lo que somos llamados a hacer.

Esta clara declaración del evangelio, esta declaración digna de ser escuchada, resume tu ministerio como Cristiano y como Consejero Bíblico. Te dice que tu ministerio se trata de salvar a los pecadores. Te dice cómo se realiza esa salvación, Cristo Jesús vino al mundo. Te dice cómo entrar, a través del arrepentimiento consciente y la fe. Que Dios incremente nuestra fe y nuestra consciencia de esta "estaca": "Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuáles yo soy el primero".

1 E. Bradley Beevers, "Watch Your Language," Journal of Biblical Counseling, (XII:3, Spring 1994), pages 24-30.