El remedio a la sequía. Ezequiel 34:26.                                                                                 
por Manuel López Franco. Pastor

1.LA IGLESIA DE CRISTO HA DE SER UNA BENDICION.
2.DIOS SE HA COMPROMETIDO EN BENDECIR  SU IGLESIA.
3.BENDECIDOS CON EL FIN DE BENDECIR A OTROS.
a.Su misericordia soberana.
b.Su gracia abundante.
c.Su gracia oportuna.

1.LA IGLESIA DE CRISTO HA DE SER UNA BENDICIÓN.

“Y haré de ellas y de los alrededores de mí collado una bendición...”

El propósito de Dios, al escoger un pueblo en concreto entre otros muchos en el mundo, no era sólo salvarles, sino usarles y por medio de ellos bendecir a toda la raza humana. Escogió a Abraham, no simplemente para que fuese “amigo de Dios” y se beneficiase personalmente de esta relación, sino para que en él fuesen benditas todas las naciones de la tierra.
¿No sabéis que “vosotros” sois la luz del mundo?, qué una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder, “Vosotros sois la sal de la tierra”.
Dios nos ha hecho sal para que podamos preservar y dar sabor. Si somos como la levadura, es para enseñarnos que solo un poco de levadura, puede leudar una gran cantidad de masa. No nos hace falta gran cosa si queremos impactar el mundo que nos rodea, solo un poco de sal, un rayo de luz, un poco de levadura.
Dios no ha dado la salvación no para que la disfrutemos egoístamente y nos la guardemos para nosotros, sino para que podamos compartirla y ser de bendición para muchos otros. “Mas bienaventurado es dar que recibir”
Es nuestra responsabilidad, parte de nuestra mayordomía a fin en aquel día no haya nadie en la tierra que no se haya beneficiado en mayor o menor grado de la bendición de Dios que es por medio del bendito evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

Ejemplos como los de Whitefield, Wesley y los avivamientos del siglo XVIII, en Inglaterra, hombres y mujeres de Dios que demostraron poseer una verdadera pasión por las almas, pasión que de igual manera puede, y debe ir acompañado por el celo en combatir la injusticia y reformar en la medida de lo posible la sociedad. Jhon Howard, animado por Wesley, juntamente con Elisabeth Frey y su cuñado T.Buston, hicieron una labor que al final acabaría reformando el sistema penitenciario británico. Wilberforce, se convirtió en paladín por la libertad de los esclavos (abolicionismo). Lord Shaftesbury, fue el campeón de la causa a favor de los enfermos mentales, y marginados. Alguien ha dicho de él: “su obra no puede comprenderse aparte de su amor a la Sagrada Escritura, y su fe en Cristo como Salvador”. El 22 de Abril escribió en su diario: “...deseo ser útil a mí generación”. Y el 17 de Diciembre oraba: “...que si alguna vez llegará a poseer riquezas, no deje de tener al mismo tiempo un corazón que anhele la felicidad del hombre y la gloria de Dios”.
Juan Mackay dijo aquellas preciosa y poderos palabras: “...el propósito de la iglesia no es crear un nuevo orden, en la sociedad, sino crear a los creadores del nuevo orden”. Al pensar en nuestra condición de evangélicos españoles, apenas podemos librarnos de nuestro complejo de inferioridad, ¡Somos una minoría tan insignificante!, Pero ¿cuan grandes cosas han hecho Dios por medio de minorías? Los primeros cristianos fueron menos que nosotros y en apenas medio siglo conmovieron el mundo. Sólo Dios sabe hasta dónde puede alcanzar nuestra influencia ahora y en el futuro, si lo poco que poseemos y somos lo ponemos a sus pies a fin de que El lo use. “Entre tanto que estamos en el mundo somos luz del mundo”. Y como la luz se difunde en todas las direcciones, así debe difundirse nuestro testimonio. NO SOMOS DEL MUNDO; PERO ESTAMOS EN EL MUNDO Y EN ÉL DEBEMOS IRRADIAR LA GLORIA ESPIRITUAL, MORAL Y SOCIAL DEL EVANGELIO.

2.  DIOS SE HA COMPROMETIDO EN BENDECIR SU IGLESIA.

“Yo haré...”

Nadie puede  bendecir a otros a no ser que Dios le hay bendecido primeramente. ¿Qué podemos hacer sin la ayuda de Dios?. Podemos predicar a cientos o a miles, pero ¿Qué puede hacer el predicador a no ser que uno mayor que el hombre, haya estado con él, en el púlpito?, ¿Qué pueden hacer las maestras de escuela dominical, a no ser que el Maestro este ahí enseñando a los niños con ellas?. ROGAMOS LA AYUDA DE DIOS EN CADA CIRCUNSTANCIA Y SITUACION, Y UNA VEZ QUE LA RECIBAMOS, NO PODREMOS DECIR QUE UNA PEQUEÑA LABOR NO PUEDA CONVERTIRSE EN UNA GRAN BENDICION. Unas pocas palabras podrán ser a veces de más bendición que todo un sermón. Una pequeña acción valdrá más que entregar todo nuestro cuerpo para ser quemado...

“Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, sino me bendices. (Gn.32:25-26)

Debemos anhelar y buscar la bendición de Dios, para nuestras familias, iglesias para los que nos rodean. Dios desea bendecirnos. Su deseo, es que su iglesia haga el bien, esta comprometido en ello  y si no puede hacer que nuestras vidas e iglesias sean olor grato, quizás nos eche al mortero de la aflicción. Si tenemos simiente y la simiente no es esparcida, quizás nos envíe un vendaval para que la simiente se esparza.

“Haré cada miembro de la iglesia una bendición...”
Muchas veces cuando nos preguntan ¿Qué hacéis en la iglesia?, Contestamos, ¡bueno!..Hacemos tal o cual cosa. Hay muchas personas que dicen “hacemos”, sin pensarlo seriamente; pues aunque digan “hacemos” esto o lo otro, no se preguntan a ellos mismos ¿Y que he hecho yo?, ¿He participado yo en algo de esto?.
Cuando Jerusalén fue edificada (Esdras y Nehemías) cada hombre, mujer y niño comenzó a trabajar en las cercanías de su propia casa. Ahí es donde debemos comenzar a edificar. Dios desea que seamos bendecidos y participemos en la edificación de su iglesia, cojamos la paleta, la escoba, la Biblia y trabajemos por nosotros, nuestras familias, nuestras iglesias y nuestro prójimo.
¿Pero que puedo hacer yo?. Quizás el Señor no te haya llamado a ser un predicador, pastor o misionero, pero lo que sí debes tener claro es que El desea usarte, en tú trabajo, familia, con tus amigos en tu iglesia. Recuerda que a veces una pequeña planta puede tener grandes cualidades curativas, o una pequeña araña puede tejer una increíble telaraña, o que una pequeña estrella es capaz de guiar a grandes navíos en medio del océano. ¿Es posible de que Dios que pensó en ti y en mí antes de la fundación del mundo, no tenga un propósito contigo y para ti? DIOS NUNCA CREA COSAS INUTILES, NO TRABAJA SIN UN PARA QUE. ¡¡ Ruega a Dios para que te muestre como ser verdaderamente útil!!.

2.BENDECIDOS CON EL FIN DE BENDECIR A OTROS.

      “...y de los alrededores de mí collado”. El cristianismo no es exclusivista, sino extensivo por definición propia “Id a todas las naciones...”
Comienza en el corazón, al principio es como un diminuto grano de mostaza, pero va creciendo gradualmente, y se convierte en un gran árbol, de manera que las aves del cielo se cobijan en sus ramas.
“...para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2.Co.5:15)
Si echamos una pequeña piedra en un riachuelo, al principio produce una pequeña ondulación, luego otra fuera de esta, y luego otra, y otra, hasta que la influencia de la pequeña piedra es perceptible por toda el agua. Lo mismo sucede cuando Dios hace de su iglesia una bendición.
Espero que nunca estemos satisfechos, en nuestra congregación hasta que nos convirtamos en una bendición para los que nos rodean, para todos los que están alrededor de nuestro collado. La iglesia debe ser un verde oasis en medio del desierto espiritual. A nuestro alrededor hay muchos en necesidad y es triste pensar que no podemos hacer de nuestras iglesias un lugar de bendición para ellos.
Si hay luz en nuestros candeleros, que vengan otros y enciendan sus candelas en él, si aquí hay una llama, que esta se extienda por todo lugar. Entonces seremos una auténtica bendición como iglesia, porque nunca hay un avivamiento en un lugar sin que afecte a otros. ¿No sería maravilloso que Dios nos bendijese de esta forma?, Que una pequeña llama creciese aquí, en ti en mí y se extendiese como un gran fuego.  NO NOS CONFORMEMOS CON LA MEDIOCRIDAD.

a.Su Misericordia Soberana.

“Haré descender la lluvia a su tiempo”

¿Quién puede decir “haré descender la lluvia”, sino solo Dios?
¿Hay algún monarca, o él mas erudito de los hombres que pueda hacerlo?
¿Quién sostiene con su poder el universo?, ¿Quién mantiene a los astros girando en sus órbitas?, ¿Quién puede calmar la tempestad?. Podríamos trabajar la tierra sin descanso, limpiarla, ararla, sembrarla, pero ¿Qué haríamos sin lluvia?. Podríamos preparar los graneros, etc.
“...en vano Apolos siembra la semilla. Y en vano puede plantar Pablo...”
En vano trabajamos y nos esforzamos, si Dios no obra. NECESITAMOS LA LLUVIA DE SU BENDICION. 

b.Su gracia abundante

“Haré descender la lluvia...”

El texto no dice “haré descender unas gotas...”, sino haré descender la lluvia. “No llueve que no diluvie”, dice el refranero popular. Así sucede con la gracia de Dios. Cuando Dios bendice a su pueblo, lo hace sin medida. ¿No hemos sido bendecidos ya de manera abundante en Cristo Jesús?, ¿Cómo compartimos esa gracia que hemos recibido?, ¿Necesitamos mas gracia?, ¡Por supuesto que sí! :

-Necesitamos gracia abundante para mantenernos humildes.
-Necesitamos gracia para mantenernos en oración.
-Abundante gracia para hacernos santos.
-Abundante gracia para que estemos lleno de celo de Dios.
-Abundante gracia para hacernos veraces.
-Abundante gracia para preservarnos a través de esta vida, y al final llevarnos a Su presencia.

NO PODEMOS PASAR SIN LLUVIAS DE GRACIA.


     C.    Su gracia oportuna.

     “Haré descender la lluvia en su tiempo”

      No hay nada como la gracia en su tiempo. Hay frutos de temporada, que son buenos en ciertas épocas del año y que no son comestibles en ninguna otra estación y hay manifestaciones de la gracia que son buenas en su tiempo, pero no son siempre necesarias. Por ejemplo una persona me molesta e irrita, en este tiempo tengo la necesidad de gracia que produzca en mí paciencia; no la tengo y me enfado y encolerizo, diez minutos después de recibir gracia, me muestro paciente y tolerante, PERO NO HE TENIDO LA GRACIA EN SU TIEMPO. La promesa es: “haré descender la lluvia a su tiempo”.
¿Cuál es tú tiempo ahora?, ¿Estás viviendo una estación seca?, ¿Hay sequía espiritual en tú vida?. NECESITAS LA LLUVIA, para  que crezcas en la gracia como individuo, para que tu familia sea bendecida, para que tu iglesia se convierta en luz y sal de la tierra. Necesitamos la bendición del cielo que fertilice y alimente nuestra tierra a fin de producir una buena cosecha.

Manuel López Franco. Pastor en Almuñecar (Granada-España)

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