La Apostasía, Señal del Ultimo Tiempo

por A. Clover Machado

Nuestro Señor Jesucristo manifestó que antes de su venida, habría confusión, falta de fe, falsas doctrinas y que lobos rapaces trataran de devorar su rebaño y enseñorearse de su iglesia, con toda clase de sutilezas y engaño.
Esta reflexión no pretende crear rivalidad entre cristianos o denominaciones cristianas, pero si exponer con claridad que hay una fe que fue dada a los santos y que si nos callamos, las piedras hablarán.
Muchos talvez por falta de conocimiento o por temor a represalias, no hablan ni denuncian los abusos y lo antibíblico en las iglesias de la actualidad, pero hay otros que por conveniencia son cómplices.
Los cristianos verdaderos que temen a Dios y aman su Palabra, no comparten la impiedad creciente en la cristiandad y cuando denuncian lo que Dios abomina, son ridícularizados, calumniados, dejados de lado y hasta injuriados desde las sombras  de la cobardía y la mala fe, porque generalmente los desleales a la causa de Cristo, no dan la cara.
Todo cristiano honesto y conocedor de la Palabra de Dios, no puede ignorar el perfil de los inmediatos discípulos del Señor Jesús. El Nuevo Testamento revela como funcionaban las comunidades cristianas primitivas. Aquellos cristianos, fieles seguidores de nuestro Señor, no ostentaban títulos para sí, no usaban la buena fe de la gente, no alimentaban su ego. Pero en nuestros días hay muchos líderes sin escrúpulos que embaucan a otros usando la palabra de Dios, la cual es medio de gracia y alimento del alma. No en vano los reformadores protestantes lucharon espiritualmente, para que la Biblia fuera luz y guía de los creyentes llamados por el Santo Evangelio. Es Necesario recordar los tres principios fundamentales de la reforma: 1) La supremacía de las Escrituras sobre cualquier tradición, 2) La supremacía de la Fe sobre las obras y 3) La supremacía del pueblo cristiano sobre su sacerdocio o clero exclusivo. Juan Calvino dijo que donde quiera que se predica la Palabra de Dios y se administran correctamente las Sagradas Ordenanzas, allí está la “iglesia”. La Iglesia del Señor, tanto universal como a nivel local, no tiene otra cabeza a no ser el Cristo Glorificado, que la compró con su preciosa sangre, y la guía por su Espíritu Santo. El Nuevo Testamento revela que los ancianos y diáconos eran apartados para ministrar en la iglesia loca; los primeros  apacentaban el rebaño y los otros cuidaban de lo material de los pobres y las viudas.
Cuando determinados individuos tratan de subyugar bajo el mando con supuestas revelaciones, a otros siervos de Dios, arrogándose para si mismos, la autoridad de los profetas y apóstoles de la Biblia, tuercen las escrituras y pervierten el orden establecido por Dios. A través de la historia, amplios sectores cristianos han ido a la ruina o degradación por este motivo. Esto no nos debe sorprender, porque los escritos apostólicos dan a conocer que vendrían falsos maestros, en sus propias concupiscencias, haciendo portavoces de Dios par la iglesia, con revelaciones que tratan de someter a los cristianos, como si la Palabra de Dios, no fuera suficiente regla de fe y conducta para los escogidos. No en vano el apóstol Pablo advirtió, que aunque un ángel del cielo, nos anunciara otro evangelio SEA ANATEMA.
A estas latitudes han llegado últimamente, toda clase de movimientos pseudoespirituales que tratan de cautivar a los incautos de las iglesias cristianas evangélicas. Algunos con promesas de prosperidad material inmediata y curanderismo, usando terminología bíblica fuera del contexto, engañando a la gente y empleando el fetichismo (objetos bendecidos), para que las personas vean y toquen para recibir una gracia, lo que es idolatría. pero lo que más entristece, es ver como se prolifera en las iglesias, una parodia o remedo del culto la Señor presentando en la sencillez del culto neotestamantario. Hoy se recurre a la sensualidad y el entretenimiento, ocasionando a cantores y predicadores, siendo características de los shows evangélicos importados. Tenemos también enseñanzas totalmente extrañas a la revelación, que tanto confunden a la gente, como ser: regresiones, quiebra y quema de maldiciones, psicósis con guerras espirituales, triunfalismo, teología de la prosperidad, manía de mandar a Dios, etc., todo lo cual ha profanado la verdadera adoración en el culto divino. A ese tipo de iglesia el Señor vomitará de su boca.
Si hubiere que admitir estas enseñanzas, sin poner cuidado, de que nos serviría ser tantas veces y tan cuidadosamente avisados por boca del Señor, que no oigamos a los falsos profetas? “No escuchéis” nos dice Jeremías, “las palabras de los profetas que os profetizan, os alimentan con vanas esperanzas; hablan visiones de su propio corazón, no de la boca de Jehová” (Jer. 23:16).
Por esto no hay razón para que quieran atemorizarnos con sus títulos, para hacernos participes de su ceguera, porque el Señor nos avisó en su Palabra. Porque si es verdad la respuesta de Cristo, que muchos son ciegos, llámense prelados, pontífices o apóstoles, no pueden por menos que llevar el despeñadero a quienes los siguen. Es Necesario acabar con el orgullo, la soberbia y la hipocresía. Siguiendo el ejemplo de Cristo, el creyente fuerte ayude el débil, antes de buscar su propia satisfacción y con el pueblo de Dios, glorifique al Señor.


¡A JESUCRISTO SEA LA GLORIA Y EL IMPERIO PARA SIEMPRE!



Prof. A. Clover Machado
Pastor Evangélico.


Citas Bíblicas: Hch. 20:29,30; Ap. 18:4-6; 1 P. 1:18,19; Ro. 8:7,8; 1 Jn 4:1-3; Ef  2:1,2; Lc. 22:24-30; Mt. 23:8-11; 1 Ti. 4:1-3; Hab 2:4; He. 10:29; Sal 51:17; 1 Co. 5:11; Pr 12:22; 2 Ti. 4:3.

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