LO QUE LA BIBLIA Y LOS
PRESBITERIANOS ORTODOXOS ENSEÑAN

Por Carlos Mario Marín



Hace casi 500 años la iglesia cristiana estaba corrompida por muchas enseñanzas falsas. Dos  hombres llamados Martín Lutero y Juan Calvino hicieron que la gente  volviera a las enseñanzas de la Biblia. A su obra, y a la de sus amigos,   se le llama la Reforma. Mediante Calvino el Señor restableció la pureza de   la doctrina en la iglesia y una nueva vida de fe en Cristo.

Las doctrinas de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa no son nuevas. Son las enseñanzas de la Biblia. Por consiguiente, la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa no es una iglesia nueva.

NO ES UNA SECTA.

Es una iglesia cuya enseñanza se basa en las palabras que los profetas y los apóstoles escribieron en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento respectivamente.

Las enseñanzas de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa son aquéllas de la antigua iglesia original de los Apóstoles y de los primeros cristianos.

Este manual te informará lo que la Biblia y la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa enseñan.

LA BIBILIA

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que la Biblia es la verdadera palabra de Dios, inspirada por el Espíritu Santo. Esto quiere decir que Dios inspiró a los escritores las palabras y los pensamientos exactos que debían escribir. Como resultado cada declaración que hay en la Biblia es la verdad. Una parte de la Biblia explica otra parte. Es la única norma para la fe y la vida de los cristianos. Debemos leerla y estudiarla con diligencia. La Biblia enseña con claridad todo lo que necesitamos saber para obtener nuestra salvación eterna.

2 Pedro 1:21 Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

1 Corintios 2:13 De estas cosas hablamos, no con palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu.

2 Timoteo 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios.

Juan 10:35 La Escritura no puede ser quebrantada.

2 Timoteo 3:15 Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación.

Lucas 11:28 ¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen!

Juan 5:39 Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí [Jesús].


EL DIOS TRINO

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que hay solamente un verdadero Dios.
Este Dios es invisible, santo, eterno, y tiene todo el poder y la sabiduría. En la Biblia Dios se revela en tres personas —el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Por eso se le llama “trino”. Cada una de estas personas es Dios en un solo Dios, y son iguales en poder, gloria y en todas las demás cualidades. Negar o desconocer a una persona es negarlas a todas ellas. Dios es quien nos creó, nos redimió y nos santificó.

Deuteronomio 6:4 Oye, Israel: Jehová, nuestro Dios, Jehová uno es.

Mateo 28:19 Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Juan 5:23 El que no honra al Hijo no honra al Padre, que lo envió.

Génesis 1:1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

1 Juan 2:2 Él [Jesús] es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

Romanos 15:13 Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.


EL HOMBRE Y LA MUJER

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que el hombre y la mujer son una creación especial de Dios. El primer hombre fue creado del polvo de la tierra, y la primera mujer fue hecha de la costilla del hombre. Fueron creados a la imagen de Dios. Esto quiere decir que no tenían pecado y tenían un conocimiento perfecto de Dios. Esa imagen se destruyó cuando Adán y Eva primero pecaron. La gente tiene un alma que ninguna otra criatura tiene. Dios nos dio el gobierno sobre toda su creación. Los seres humanos tienen libre voluntad en las obras de esta vida. Sin embargo, sólo el Espíritu Santo, al obrar por medio de la palabra de Dios, puede llevar a la persona a amar a Dios.

Génesis 2:7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente.

Génesis 2:22 De la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.

Génesis 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad.

Efesios 4:24 Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Colosenses 3:10 Y revestido del nuevo. Este, conforme a la imagen del que lo creó.

1 Corintios 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura.



DIOS EL PADRE

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que Dios el Padre es una de las tres personas que forman el Dios Trino. Dios es espíritu, y esto significa que no se le puede ver ni está limitado a un lugar. Se le llama el Padre porque es el Padre de Jesucristo y de todos los que creen en Jesús. Él creó todas las cosas, es santo, está lleno de amor y es justo. Sigue cuidando a toda la creación y a todos los seres humanos.

Mateo 28:19 Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Juan 4:24 Dios es Espíritu.

Juan 20:17 Jesús le dijo: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”.

Levítico 19:2 Santos seréis, porque santo soy yo, Jehová, vuestro Dios.

Malaquías 2:10 ¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios?

Éxodo 34:6,7  ¡Jehová! Dios fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad, que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, pero que de ningún modo tendrá por inocente al malvado.

Romanos 8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?


LA CREACIÓN

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que en el principio Dios creó el cielo y la tierra y a todas las criaturas. Lo hizo en seis días, usando su palabra todopoderosa para crear todas las cosas. Hizo todo de la nada. No obstante, la creación especial de Dios son el hombre y la mujer.

Génesis 1:1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

Génesis 1:31 Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana del sexto día.

Éxodo 20:11 En seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay.

Salmo 33:6,9 Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos... porque él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió.

Salmo 124:8 Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra.

Marcos 10:6 Pero al principio de la creación, hombre y mujer los hizo Dios.

Hebreos 11:3 Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.



LA LEY DE DIOS

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que Dios escribió su ley en el corazón de la gente cuando la creó. La conciencia humana es testigo de esa ley. El conocimiento de la ley estaba borroso en el corazón de la gente debido al pecado. Dios repitió su ley en los Diez Mandamientos. La ley de Dios requiere obediencia en nuestros pensamientos, palabras y acciones. Condena a todo el que peca. Por lo tanto, nadie puede salvarse cumpliendo la ley.
La ley de Dios tiene el propósito de mostrarnos nuestros pecados, de advertirnos de la ira de Dios contra el pecado y de guiarnos en nuestra vida cristiana.

Deuteronomio 10:4 Él escribió en las tablas lo mismo que había escrito antes: los diez mandamientos que Jehová había proclamado en el monte.

Mateo 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Juan 1:17 La Ley fue dada por medio de Moisés.

Romanos 7:7 Pero yo no conocí el pecado sino por la Ley.

Romanos 3:22,23 No hay diferencia, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.

Romanos 3:20 Por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de él, ya que por medio de la Ley es el conocimiento del pecado.

Santiago 2:10 Cualquiera que guarde toda la Ley, pero ofenda en un punto, se hace culpable de todos.

Salmo 119:9 ¿Con qué limpiará el joven su camino? ¡Con guardar tu palabra!



EL PECADO

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que el primer hombre y la primera mujer perdieron la imagen de Dios cuando cedieron a la tentación de Satanás y desobedecieron el mandamiento de Dios. Esto ocasionó el juicio de Dios sobre ellos. Desde ese tiempo toda la gente es concebida en pecado y nace en él, desea lo que es malo, y está muerta espiritualmente. Por lo tanto, no podemos reconciliarnos nosotros mismos con Dios por nuestros propios esfuerzos y obras.

Génesis 2:17 Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás.

Salmo 51:5 En maldad he sido formado y en pecado me concibió mi madre.

Efesios 2:1 Estabais muertos en vuestros delitos y pecados.

Juan 3:6 Lo que nace de la carne, carne es.

Salmo 5:4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad, el malo no habitará junto a ti.

Romanos 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

1 Juan 3:4 Todo aquel que comete pecado, infringe también la Ley, pues el pecado es infracción de la Ley.

Romanos 8:7,8 Los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la Ley de Dios... los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.



EL EVANGELIO

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan el evangelio. El mensaje del evangelio es las buenas nuevas de que un Dios lleno de amor envió a Jesucristo para quitar los pecados de los suyos. Este evangelio ofrece gratuitamente a todos los pecadores la justicia que se encuentra en Jesús. Dios ofrece y nos da la vida eterna y la salvación a todos aquellos que creen en las promesas del evangelio.

Juan 1:17 La Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

Romanos 1:16 No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree.

Juan 3:16 De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Colosenses 2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados... os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.

Lucas 2:10,11 Pero el ángel les dijo: —No temáis, porque yo os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.

Ezequiel 33:11 Vivo yo, dice Jehová, el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino y que viva.

JESUCRISTO

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que Jesucristo es el Salvador de todos los           elegidos.
Es el Hijo eterno de Dios, igual al Padre y al Espíritu Santo. También es el hijo de la virgen María. Se hizo hombre para redimir a todos. Al tomar nuestro lugar, llevó una vida perfecta cumpliendo la ley de Dios por nosotros. También murió como nuestro sustituto inocente en la cruz para pagar un precio suficiente por el pecado de todos. Después de que se levantó de entre los muertos, Jesús ascendió al cielo. En el día final juzgará a toda la gente que todavía esté viviendo y a aquellos a quienes levantará de entre los muertos.

1 Juan 5:20 Estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.

Mateo 1:23 «Una virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Emmanuel» (que significa: «Dios con nosotros»).

Efesios 1:7 En él tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.

Gálatas 3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, haciéndose maldición por nosotros.

Hebreos 4:15 Uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

Romanos 1:4 Que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos.

Hechos 10:42 Él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.


LA REDENCIÓN

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que Jesús, quien es Dios y hombre, se humilló convirtiéndose en hombre y muriendo en la cruz. Lo hizo para redimir a toda la gente del juicio por el pecado, del miedo a la muerte, y del poder del diablo. Cumplió la ley perfectamente y llevó sobre él la culpa de todos nuestros pecados. Nos rescató por el sacrificio de su vida en la cruz. Dios ha considerado la muerte de Jesús como nuestra muerte por el pecado. La resurrección de Jesús es prueba de que Dios ha aceptado como pago lo que Jesús hizo por los pecados de toda su gente.

Mateo 5:17 No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir.

Romanos 5:19 Así como por la desobediencia de un hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos.

Isaías 53:6 Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

Mateo 20:28 El Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.

2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él.

Efesios 1:7 En él tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

2 Timoteo 1:10  Nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.




LA JUSTIFICACIÓN

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que Dios consideró a todos los pecadores justos ante sus ojos cuando Jesucristo murió por nosotros en la cruz. Dios declaró a todos libres de la culpa y del castigo que debíamos por nuestros pecados. Los pecadores reciben este regalo gratuito del perdón, no haciendo buenas obras, sino sólo por fe. Una persona es justificada cuando él o ella cree en Cristo y su obra redentora. Es un regalo de Dios.

Efesios 2:8,9 Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe.

2 Corintios 5:19 Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados.

Romanos 3:22-24 La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él, porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.

Romanos 3:28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la Ley.

Romanos 4:5 Pero al que no trabaja, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.

Marcos 16:16 El que crea y sea bautizado, será salvo.


EL ESPÍRITU SANTO

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que el Espíritu Santo es verdadero Dios igual a Dios el Padre y a Dios el Hijo. Tiene nombres y características que pertenecen sólo a Dios. El Espíritu Santo crea la fe en nuestro corazón a través del evangelio. Además nos guarda en la fe y nos motiva a hacer buenas obras.

Hechos 5:3,4 Pedro le dijo: —Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieras al Espíritu Santo? ... No has mentido a los hombres, sino a Dios.

2 Corintios 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

Salmo 139:7,8 ¿A dónde me iré de tu espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiera a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciera mi estrado, allí tú estás.

Job 33:4 El espíritu de Dios me hizo y el soplo del Omnipotente me dio vida.

Tito 3:5 Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.

Efesios 3:16 Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu.

Gálatas 5:24,25 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.


LA CONVERSIÓN

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que el Espíritu Santo hace que el corazón confíe en Jesús como su Salvador. El Espíritu Santo crea y mantiene la fe por medio del evangelio en la palabra de Dios y los sacramentos del Santo Bautismo y la Santa Comunión. Por lo tanto, creemos que nuestra conversión no es obra nuestra. Es totalmente obra de la gracia de Dios. El rechazo del evangelio es, sin embargo, sólo nuestra propia culpa.

1 Corintios 6:11 Ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro Dios.

Juan 17:17 Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad.

2 Tesalonicenses 2:13,14 Que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. Para esto él os llamó por medio de nuestro evangelio: para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.


Hechos 2:38 Pedro les dijo: —Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Hechos 15:3 Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria contando la conversión de los gentiles.

Hechos 7:51 ¡Duros de cerviz! ... Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.





SALVOS POR LA GRACIA

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que ya antes de la creación del mundo, Dios escogió a aquellos individuos a quienes en el tiempo los convertiría mediante el evangelio y los guardaría en la fe para la vida eterna. Esta elección no se debe a las cualidades o acciones que Dios había previsto en la gente que él escogió. Esto muestra que la salvación es nuestra sólo por la gracia de Dios. La gracia es el amor inmerecido y la misericordia que él muestra a toda la humanidad por medio de Jesucristo.

Efesios 1:4-6 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de él. Por su amor, nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.

Romanos 11:5,6 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Y si es por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no sería gracia.

Hechos 15:11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos.

Romanos 5:15 Pero el don no fue como la trasgresión, porque si por la trasgresión de aquel uno muchos murieron, la gracia y el don de Dios abundaron para muchos por la gracia de un solo hombre, Jesucristo.


SALVOS POR MEDIO DE LA FE

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que la fe es la aceptación del pecador arrepentido de que Jesucristo es su único Salvador y es la completa confianza en su mérito para el perdón de los pecados y la salvación. Dicha fe no es un logro personal ni un acto de mérito humano. El Espíritu Santo crea la fe. Quienquiera que permanezca en esta fe hasta el fin de la vida será salvo eternamente. Sin fe la salvación no es posible.

Juan 1:12 Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Hechos 10:43 De este dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él crean recibirán perdón de pecados por su nombre.

Gálatas 2:16 Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la
Ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en
Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley, por cuanto por las obras de la Ley nadie será justificado.

Hechos 16:30,31 Les dijo: —Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: —Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa.

Juan 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna.

Mateo 24:13 Pero el que persevere hasta el fin, este será salvo.


EL ARREPENTIMIENTO

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que el arrepentimiento es el reconocimiento del pecado y el remordimiento sincero de ello. El pecador arrepentido también confía en que Dios perdonará su pecado por el amor de Jesús. El arrepentimiento es una condición del corazón sin el cual nadie puede esperar ser salvo. A cada pecador que se arrepiente de verdad se le asegura que Dios lo perdona completa y gratuitamente. Por lo tanto, él o ella tratará de renunciar a una vida pecadora y de llevar una vida santa en servicio a Dios.

Isaías 55:6,7 ¡Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano! Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.

Marcos 1:15 [Juan] decía: ¡Arrepentíos y creed en el evangelio!

Mateo 4:17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: « ¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado!».

2 Corintios 7:10 La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de lo cual no hay que arrepentirse.

Lucas 18:13,14 Pero el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, sé propicio a mí, pecador”.  [Jesús dijo] Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro, porque cualquiera que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.



LA SANTIFICACIÓN

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que la fe en Jesucristo está viva y activa. Por lo tanto, la fe produce las buenas obras que agradan a Dios.
La fe verdadera, alimentada por la palabra de Dios, se complace en hacer la santa voluntad de Dios. Sin embargo, en este mundo pecador hasta las mejores obras del cristiano todavía están contaminadas por el pecado.
Nunca seremos perfectos en esta vida. Por amor de Jesús, nuestro Padre celestial bondadosamente considera aceptables los esfuerzos imperfectos del cristiano.

Santiago 2:17 Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta.

Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios.

Romanos 7:19 No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.

Isaías 64:6 Todas nuestras justicias [son] como trapo de inmundicia.

2 Corintios 7:1 Limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu.

Gálatas 5:6 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.

1 Tesalonicenses 4:3 La voluntad de Dios es vuestra santificación.

Efesios 2:10 Pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras.



LA ORACIÓN

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que los creyentes oran. En el nombre de Jesús, es decir, confiando en su salvación, el creyente habla confiadamente a Dios. Presentamos ante Dios nuestras necesidades, alabándolo, agradeciéndole, o intercediendo por otros. La oración no es una forma de ganar la salvación. Los cristianos oran porque Dios nos manda orar y nos promete contestar nuestras oraciones. A veces nos contesta que sí y otras que no. De vez en cuando Dios espera hasta el momento preciso para contestar nuestras oraciones.

Salmo 19:14 ¡Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Jehová, roca mía y redentor mío!

Salmo 50:15 Invócame en el día de la angustia; te libraré y tú me honrarás.

Mateo 7:7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

Mateo 21:22 Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.

Juan 16:23 Todo cuanto pidáis al Padre en mi nombre, os lo dará.

1 Timoteo 2:1 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres.

1 Tesalonicenses 5:17 Orad sin cesar.

Efesios 6:18 Orad en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu.

1 Timoteo 2:8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.


LA IGLESIA

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que hay una santa iglesia cristiana, la cual se forma por todos los que creen en Jesús. La fe es invisible puesto que es un asunto del corazón. Sólo Dios sabe quién tiene fe y por lo tanto es miembro de la santa iglesia cristiana. Esta iglesia invisible se encuentra dondequiera que el evangelio se proclame. Llamamos iglesia visible a los grupos que se reúnen a escuchar la palabra de Dios. Por desgracia, esos grupos, a causa del pecado, también incluyen a los hipócritas y a los defensores de las falsas doctrinas. La asociación religiosa se debe practicar sólo con aquellos que se adhieren fielmente a toda la palabra de Dios.

2 Timoteo 2:19 Conoce el Señor a los que son suyos.

Juan 18:36 Respondió Jesús: —Mi Reino no es de este mundo.

Juan 8:31,32 Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.

Isaías 55:10,11 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve... así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié.

1 Corintios 1:2 A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos.

Romanos 16:17 Pero os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y ponen tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido. Apartaos de ellos.


EL BAUTISMO

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que el bautismo es un acto sagrado, instituido por Dios. Al usar agua y la palabra de Dios, ofrece y da el perdón de los pecados, la vida espiritual y la salvación eterna. Esto es para jóvenes y adultos, incluyendo a los niños. Los bebés también son pecadores y por consiguiente necesitan el renacimiento espiritual que viene mediante el bautismo.

Mateo 28:19 Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Juan 3:5,6 Respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es.

Tito 3:5 [Dios] nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.

Marcos 10:14 [Jesús] les dijo: —Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios.

Hechos 22:16 Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate, bautízate y lava tus pecados invocando su nombre.

Marcos 16:16 El que crea y sea bautizado, será salvo.


LA SANTA CENA

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que la Santa Cena es un acto sagrado que Cristo instituyó. Junto con el pan y el vino recibimos el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de Jesús en forma espiritual. En esta comida especial Jesús da el perdón de los pecados, fortalece nuestra fe y da la salvación eterna a todo el que cree. Sólo la gente que se arrepiente de sus pecados y recibe la preparación adecuada en la fe cristiana debería participar en este sacramento.

Mateo 26:26-28 Mientras comían, tomó Jesús el pan, lo bendijo, lo partió y dio a sus discípulos, diciendo: —Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: —Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para perdón de los pecados.

1 Corintios 10:16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?

1 Corintios 11:27,28 De manera que cualquiera que coma este pan o beba esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa.

1 Corintios 10:17 Nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo, pues todos participamos de aquel mismo pan.



LOS ÁNGELES Y EL CIELO

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que estar en el cielo es estar ante la presencia de Dios. En el cielo se encuentran los santos ángeles, que son mensajeros de Dios, junto con las almas de todos los que han muerto como creyentes. En el juicio final todos los muertos se levantarán. Entonces las almas de todos los creyentes se reunirán con un cuerpo glorificado y vivirán para siempre en el cielo. Éste es un lugar de gozo eterno donde no habrá más lágrimas ni penas.

Eclesiastés 12:7 Antes que el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.

Hebreos 1:14 ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?

Filipenses 3:21 [Cristo] transformará nuestro cuerpo mortal en un cuerpo glorioso.

1 Corintios 15:52 Se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados.

Apocalipsis 21:4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron.

Salmo 16:11 En tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre.

Apocalipsis 22:20 El que da testimonio de estas cosas dice: «Ciertamente vengo en breve». ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!



EL DIABLO Y EL INFIERNO

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que muchos de los ángeles de Dios pecaron y se convirtieron en poderosos espíritus malos, llamados demonios. Son enemigos de Dios y de los creyentes, y el diablo (Satanás) es su líder. Aunque Dios los arrojó al infierno, tientan a todos para que pequen y tratan de destruir la fe del creyente. En el juicio final todo el que haya muerto sin fe en Jesucristo también será condenado al infierno. El infierno es un lugar de tormento eterno y de separación de Dios.

Efesios 6:11,12 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo, porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra... los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

1 Pedro 5:8,9 Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. Resistidlo firmes en la fe.

Judas 6 Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propio hogar, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.

Mateo 25:41 Entonces [Jesús] dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

Isaías 66:24 «Saldrán y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá ni su fuego se apagará. Y serán abominables para todo ser humano».



TEMAS ESPECIALES – CREDOS

Un credo es una afirmación de lo que un grupo cree y enseña. Hay tres afirmaciones de fe que se usan en el mundo cristiano: el Credo Apostólico, el Credo Niceno, y el Credo de Atanasio. Las enseñanzas de estos credos se han tomado de la Biblia. Esas declaraciones de fe distinguen a los cristianos de todos los falsos maestros.

1 Pedro 3:15 Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.

Mateo 10:32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.

Mateo 16:13-16 Al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: — ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? Ellos dijeron: —Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas. Él les preguntó: —Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: —Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

Mateo 7:15 [Jesús dijo] guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.


LA UNIDAD DE LA IGLESIA

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que la verdadera unidad de la iglesia es evidente cuando la confesión de los cristianos está de acuerdo con la doctrina que se revela en las Escrituras. No es necesario que todos estén de acuerdo con los asuntos de los rituales de la iglesia ni de la organización. El Nuevo Testamento no ordena nada respecto a esos asuntos.
Los que están unidos en fe y doctrina expresarán su unidad reuniéndose en la adoración, comunión, oración y en el trabajo de la iglesia. No podemos relacionarnos en asociación religiosa con aquellos cuyas confesiones revelan que se acepta, se enseña o se defiende el error.

Efesios 4:3-6 Procurando mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz: un solo cuerpo y un solo Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos y por todos y en todos.

Hebreos 10:23-25 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Romanos 16:17 Pero os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y ponen tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido. Apartaos de ellos.


EDUCACIÓN RELIGIOSA

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que la educación religiosa de los hijos es obligación principal de los padres y las madres, y en particular de los padres. La iglesia puede ayudar a los padres a establecer escuelas y otras organizaciones para enseñar la doctrina cristiana. Los jóvenes y los adultos deberían seguir leyendo y estudiando la Biblia en privado y en las clases bíblicas que la congregación ofrece. Todos querremos nutrir y fortalecer nuestra fe y la de nuestros hijos. El estudio de las Escrituras también fortalece a la familia, a la iglesia y a la nación.

Marcos 10:14 [Jesús] les dijo: —Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios.

Efesios 6:4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

Juan 21:15 [Jesús] le dijo: —Apacienta mis corderos.

Hechos 17:11 [Los de Berea] eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.

Juan 5:39 Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí [Jesús].

Proverbios 14:34 La justicia engrandece a la nación; el pecado es afrenta de las naciones.



LOS CRISTIANOS Y SU GOBIERNO

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que Dios no sólo ha instituido la iglesia, sino también la autoridad del gobierno. Por lo tanto, los cristianos obedecerán a los que gobiernan a menos de que el gobierno les ordene desobedecer a Dios. Él le da al gobierno la obra de cuidar el buen orden y la paz para que sus ciudadanos puedan llevar vidas tranquilas y piadosas.

Romanos 13:1-5 Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
Los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo... Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.

Hechos 5:29 Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

1 Timoteo 2:1,2 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que tienen autoridad, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.


EL ABORTO Y EL SUICIDIO

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que la vida humana es un regalo de un Dios de amor. Nuestra vida es un tiempo de gracia durante la cual tenemos la oportunidad de aprender el camino de la salvación mediante la fe en Jesucristo. Sólo Dios tiene el derecho de quitar la vida que él ha dado. La vida empieza con la concepción y termina cuando el alma deja el cuerpo.


Hechos 17:25,28 [Dios] es quien da a toda vida, aliento y todas las cosas
... porque en él vivimos, nos movemos y somos.

Isaías 55:6 ¡Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano!

2 Corintios 6:1,2 Os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios... Ahora es el tiempo aceptable; ahora es el día de salvación.

Éxodo 20:13 No matarás.

Salmo 139:13-16 Tú formaste mis entrañas; me hiciste en el vientre de mi madre... No fue encubierto de ti mi cuerpo, aunque en oculto fui formado y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar ni una de ellas.

Jeremías 1:5 «Antes que te formara en el vientre, te conocí, y antes que nacieras, te santifiqué, te di por profeta a las naciones».

Salmo 31:15 ¡En tu mano están mis tiempos!


EL MATRIMONIO Y EL DIVORCIO

La Biblia y los presbiterianos ortodoxos enseñan que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer. Es una asociación en la cual el hombre es la cabeza, pero debe expresar esa autoridad con amor. Dios estableció el matrimonio. Es una relación santa que no se debe romper. Una persona casada peca cuando él o ella se divorcia por motivos que no son bíblicos. Ante Dios, el divorcio no es válido excepto cuando hay fornicación o abandono. La tendencia a considerar el matrimonio como si no fuera importante hace mucho daño a la familia, a la iglesia y a la nación.

Génesis 2:18 Después dijo Jehová Dios: «No es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él».

Efesios 5:24,25 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella.

Hebreos 13:4 Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.

Mateo 19:9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera.

1 Corintios 7:15 Pero si el no creyente se separa, sepárese, pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso.

Salmo 51:10 ¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!



PARA MÁS INFORMACIÓN

Escriba o diríjase a:

Carlos Mario Marín O


misionpresbiteriana@yahoo.com

www.iglesiareformada.com  o   www.iglesiareformadalapaz.org.co

Pasajes bíblicos tomados de la Biblia Reina-Valera Revisada Ó 1995
Sociedades Bíblicas en América Latina. Usado con permiso.

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