EL RESPETO HACIA LOS PADRES

"honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da" (Éxodo 20: 12).

Para la celebración del día del padre, que mejor que recordar el quinto mandamiento que contiene la gloriosa promesa de una buena durabilidad en la tierra con Dios. ¿Cómo podemos honrar a nuestros padres y cuánto dura ese deber? Parte de la respuesta se encuentra en la declaración de Cristo: "Si me amáis, guardad mis mandamientos". No hay forma mejor de honrar a padres piadosos que la obediencia a sus requerimientos y una tierna consideración por sus deseos.

Tenemos el deber de honrar y respetar a nuestros padres, no sólo durante la niñez, sino en la juventud y en la vejez. Aun después que hayan ido a la tumba, podemos honrar su nombre viviendo una noble vida cristiana.

Jesús dejo un bello ejemplo de respeto y honra para los padres. Durante su niñez, estuvo sujeto a ellos. Realizó su primer milagro para honrar la fe de su madre y en la última hora de su sufrimiento la entregó al tierno cuidado de su discípulo amado.

En la actualidad, el respeto hacia los padres es considerado con frecuencia como algo anticuado, pero los hijos que tratan duramente a sus padres se llenarían de terror si pudieran ver que eso se consigna en los registros celestiales.

Es nuestro deber dar a nuestros padres un mayor grado de amor y respeto como a ninguna otra persona. Dios mismo, les impuso la responsabilidad de guiar nuestras almas puestas bajo su cuidado, les ordena que en nuestros primeros años de vida, estén instruyendo y formando en el conocimiento de Dios. El hijo que desecha la autoridad de sus padres, desecha la autoridad del Soberano Dios.

El quinto mandamiento no sólo requiere que los hijos sean respetos, sumisos y obedientes, sino que los amen, que sean tiernos, que sean cuidadosos y cuiden su reputación aun en su vejez.

"Escuchen hijos, la corrección de un padre; dispónganse a adquirir inteligencia" (Prov. 4:1).

Dios les bendiga padres.

Reverendo Presbítero
Carlos Mario Marín O

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