Predicamos el Evangelio
por Eliseo Martínez

APRENDAMOS A TRABAJAR EN EQUIPO
AYUDÁNDONOS UNOS A OTROS
DESARROLLEMOS EL MINISTERIO DE LA
AYUDA MUTUA
EL DISCIPULADO Y SU COSTO
¿PREDICAMOS EL EVANGELIO?
PREOCUPADO


APRENDAMOS A TRABAJAR EN EQUIPO
Por Eliseo Martínez
Usado con permiso

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INTRODUCCIÓN:
Los tiempos en que vivimos constituyen una época que está demás decirlo, es un tiempo
sumamente complejo. Tan acelerado y cambiante y es que no hay trabajo alguno; que no
requiera especializaciones. El pastorado no se escapa a esa realidad. Esta realidad nos exige
pensar seriamente en un grave problema de formación: pastores únicos, individualistas que
enfrentan su trabajo en una x iglesia, como “El Pastor”. No se ven así mismos como uno de los
pastores en un equipo ministerial. Los pastores en un alto porcentaje necesitamos aprender a
trabajar en equipo.
Hay preguntas que necesitan ser contestadas:
• ¿Por qué frecuentemente nos encontramos grupos que no logran desarrollar un trabajo
armonioso?
• ¿Qué hace un grupo considerado exitoso?
Saber trabajar en equipo es esencial hoy en día, requiere disponibilidad al aprendizaje diario, de
manera constante, sin importar el costo que demanda el realizarlo.
El grupo apostólico nos ilustra perfectamente este aprendizaje, fueron llamados por nuestro
Señor, Marcos 3:13-19, para que estuviesen con él y para enviarles a predicar. Mientras
estuvieron con Cristo manifestaron la falta de armonía entre ellos. Pero en el libro de Hechos se
destaca su unidad llevando adelante la expansión del evangelio y el reino de dios, tanto así que
se dice de la iglesia que perseveraba en la enseñanza de los apóstoles, (Hechos 2:41-47). Según
Marcos 3:13-19, Jesús llamó a los apóstoles para que estuviesen con él, mandarles a predicar el
evangelio, les dio autoridad para sanar y echar fuera demonios. Jesús nunca desarrolló su
ministerio en solitario, Juan 4:1-2 nos informa: Cuando Jesús se enteró de que los fariseos
habían oído que Jesús hacía y bautizaba más que Juan. (Aunque Jesús mismo no bautizaba, sino
sus discípulos), (RVA).
Cuando revisamos el ministerio de Pablo encontramos que siempre trabajó en equipo, se puede
ver en sus cartas. Si Jesús desarrollo su ministerio en equipo, si Pablo trabajó en equipo, ¿Qué
esperamos nosotros? La pregunta que deseo responder brevemente es: ¿Qué necesitamos
aprender para trabajar en un equipo, como un equipo?
1. Necesitamos aprender a renunciar a nuestros intereses personales y concentrar nuestras
habilidades en metas comunes al equipo.
Nos hacemos más creativos, cuando concentramos nuestro trabajo, en alcanzar las metas
comunes que son la razón por la que existimos como equipo. Aprovechamos más la energía, las
ideas, nos fortalecemos unos a otros y rechazamos el egoísmo.
El egoísmo es pura egolatría (culto al yo), es la base de toda actitud competitiva entre nosotros y
no permite que trabajemos en armonía, como lo enseña 1 Corintios 12. La tesis de Pablo en este
texto es que somos (la iglesia) un cuerpo formado por muchos miembros, pero cada miembro
con una función específica contribuyendo a la edificación de todo el cuerpo.
Cuando un miembro de un equipo de trabajo logra tener como prioridad el trabajar en equipo;
cada día enfrenta el tener que rechazar todo vestigio de egoísmo y sin miramientos sacrificar sus
intereses, por el bienestar del equipo y su trabajo.
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2. Necesitamos aprender a escuchar a los demás y ser así parte efectiva de un equipo.
El saber escuchar nos permite ser recolectores de valiosa información, además hace sentirse
importante a quien es escuchado. Santiago en su carta sapiensal destaca en uno de sus
proverbios la importancia del saber escuchar (1:19) leamos: “sabed, mis amados hermanos:
Todo hombre sea pronto para oír, lento para hablar y lento para la ira;” (RVA). El ser pronto
para oír, significa que entendemos a cabalidad lo que se dice, significa que no reaccionamos a la
ligera por lo que se nos está diciendo. Esta realidad es evidente en las reuniones de trabajo, en
las cuales no escuchamos las ideas de los demás, por estar pensando que vamos a decir y
hacemos un gran esfuerzo por imponer las ideas propias.
Debemos recordar que cada miembro de un equipo tiene una manera diferente de pensar, tiene
una perspectiva diferente de la vida y de su problemática. Su metodología de trabajo es
diferente. Esto hace muy necesario el saber escucharles para comprender sus puntos de vistas.
Un escritor dice: No olvidemos que todo punto de vista es la vista de un punto. También
debemos aceptar como verdad inevitable: la única manera de ganar el derecho de ser oídos es
asumiendo el deber de saber escuchar. Las tensiones y aún los resentimientos desaparecen
cuando escuchamos con comprensión a los demás, saber escuchar es saber interpretar con
exactitud lo que se nos está diciendo.
3. Para que un equipo sea exitoso, necesitamos aprender a ser leales.
Un diccionario de sinónimos nos ofrece los términos equivalentes: fiel, recto, constante, seguro,
fidedigno, confiable. Si somos leales 100%, el resto del equipo confiará en que cuenta con
nosotros el 100%. Pablo tomó en cuenta esta cualidad para quienes fuesen seleccionados para
ser capacitados para facilitar el proceso de la transferencia de la vida cristiana (discipulado).
Pablo instruye a Timoteo, que seleccione hombres fieles, leales, hombres fidedignos, confiables:
“Lo que oíste de parte mía mediante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean
idóneos para enseñar también a otros.” 2 Timoteo 2:2 (RVA) La palabra idóneo hace relación
al hecho de ser habilidoso.
¿Cuándo se tiene la certeza, de que una persona es leal? Cuando las cosas no salen bien y se
habla de abandonar la lucha, cuando hay que tomar riesgos. Pablo, al final de su ministerio,
resalta la lealtad del Dr. Lucas, cuando al escribir su última carta, casi al final afirmó: “solo
Lucas está conmigo” (2 Timoteo 4:11), en mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, si no
que todos me desampararon;…(4:16)
Carlos R. Erdman, comenta:
“El apóstol tenía desde luego otros amigos en Roma a los que menciona luego, pero
ningún otro estaba dispuesto a compartir con él los rigores y peligros del
encarcelamiento.” Lucas es el tipo de persona que se necesita en un equipo de trabajo
exitoso.
4. necesitamos aprender a, aceptar nuestra diferencias de temperamento, carácter y
talento.
El temperamento, según Tim LaHaye, provee a cada uno de los seres humanos de las cualidades
de singularidad, únicas en su género, y que la hacen tan individualmente diferente de sus
congéneres como diferentes son las formas que Dios ideo para los cristales de los copos de
nieve. Esta realidad hace que el individualismo sea natural y ocasione las debilidades en un
equipo. El temperamento lo heredamos de nuestros padres; pero el carácter, es el temperamento
modificado, es el resultado de la formación que recibimos de nuestros padres, de la escuela, la
iglesia y la comunidad.
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Algunas evidencias del carácter son las actitudes, que planteamos ante las diversas formas
situacionales que ofrece la vida. En cuanto al talento, inteligencia, genio, capacidad, habilidad
(Diccionario de sinónimos) sabemos que Dios no hizo dos seres humanos iguales, así que
necesitamos aceptarnos tal como somos y poner nuestro empeño en hacer del equipo una
cohesión.
En Filipenses 2:2, Pablo dice: “completad mi gozo a fin de que penséis de la misma manera,
teniendo el mismo amor, unánimes, pensando en una misma cosa.” ¿Es esto posible? Pablo
mismo continua diciendo: “No hagáis nada por rivalidad ni por vanagloria, sino estimad
humildemente a los demás como superiores a vosotros mismos; no considerando cada cual
solamente los intereses propios, sino considerando cada uno también los intereses de las
demás” (2:3-4).
Nuestras diferencias hacen muchas veces difícil el poder llevarnos bien. Maxwell, en su libro,
“Aprecie las personas”; nos comparte cualidades necesarias para trabajar más eficiente aún con
personas problemáticas:
• Ámelas incondicionalmente.
• Pídale a Dios que les de sabiduría para tratar con ellas.
• Mantenga usted mismo una buena salud emocional.
En el libro, como alcanzar tu máximo potencial leemos: las personas que comparten un mismo
rumbo llegarán a donde lo deseen por que van apoyándose mutuamente. (pág. 77).
5. Aprendamos a desarrollar nuestra capacidad.
Nuestra capacidad o suficiencia debe ser desarrollada permanentemente. Por experiencia puedo
afirmar que una manera de lograr desarrollar nuestra capacidad es la lectura de libros
excelentes, relacionados con el tema. Recomendamos autores como Maxwell, Hunter, Lencione,
etc. Maxwell dice: “Creo firmemente en el potencial, todos los días trabajo en desarrollar el
mío, y animo a todos en mi esfera de influencia a hacer lo mismo”.
¿Cómo trabajan las personas para desarrollar su potencial? Empiezan por hacer del crecimiento
personal una prioridad. Pablo a pesar de ser prisionero y ya un anciano, condenado a muerte,
solicita a Timoteo su hijo espiritual que le lleve libros. Esta actitud debe ser imitada por todo
aquel que forma parte de un equipo de trabajo. Alguien dijo: “Eres lo que lees”. No olvidemos
desarrollar nuestra capacidad sin descartar el ministerio del Espíritu Santo en nosotros.
Bernardo Stamateas, nos recuerda: “Tu potencial, no viene del hemisferio derecho, de los
pensamientos positivos, de la psicodanza, de la nueva era, de la psicología positiva, del mantra.
Tu potencial viene del Espíritu Santo”. Este es un poder ilimitado, el mismo que resucitó a
Cristo. Es el Espíritu Santo quien nos da dones y poder. Busquemos auto superarnos,
permitamos el control del Espíritu Santo en nosotros y así lograr la excelencia profesional de
nuestro trabajo en equipo.
Conclusión:
Parafraseando a Patrick Lencioni, diremos que la realidad sigue siendo que el trabajo en equipo
significa en última instancia la práctica perseverante de principios disciplinados. Los resultados
de un trabajo realizado por un equipo, siempre será la suprema prueba de ser un gran equipo.
eliseomartimartinez@yahoo.com
Obrero fiel: se permite la reproducción de este material siempre y cuando no se venda.

AYUDÁNDONOS UNOS A OTROS
DESARROLLEMOS EL MINISTERIO DE LA AYUDA MUTUA
1 Tesalonicenses 4:13-18
Por Eliseo Martínez
Usado con permiso
Introducción:
El texto que he seleccionado para la reflexión de hoy es uno de los pasajes más conocidos. Además
es de los más predicados. Aunque hemos sobre enfatizado el futuro glorioso que tenemos en Cristo
Jesús, y hemos descuidado la responsabilidad que tenemos en el presente de ayudarnos unos a otros.
El versículo clave de esta reflexión es el 18, que dice: Por tanto, alentaos los unos a los otros con
estas palabras. La palabra alentaos es la misma que se traduce también: ayúdense, anímense,
consuélense, fortalézcanse. ¿Por qué debemos ayudarnos, animándonos, fortaleciéndonos? Por el
glorioso futuro de ser levantados para reunirnos con nuestro Señor.
Proposición:
La lección que aprendemos de 1 Tesalonicenses 4:13-18 es que Dios quiere que nos ayudemos unos
a otros.
1. ¿Cómo debemos ayudarnos?
El texto bíblico dice que debemos alentarnos. Esta palabra que ya mencionamos que puede
traducirse como anímense, consuélense, también puede ser traducida exhórtense. Este es un llamado
a cada creyente sin importar que don (habilidad) posea, no importa el privilegio que desempeñe.
Todo creyente es llamado a ejercer el ministerio de la consolación, de ayudar confortando al que
sufre. El alentar, el consolar habla del ministerio específico del Espíritu Santo. Recordemos que
Jesucristo lo llamó el otro consolador en Juan 16:7. Jesús es un consolador, El Espíritu Santo es otro
igual a Jesús; el Espíritu Santo es el consolador y nos capacita para que seamos agentes
consoladores, es decir, que se nos pide que nos pongamos a la par del que sufre, lo tomemos de la
mano y le animemos a seguir adelante en medio de las crisis y conflictos de la vida.
2. ¿Por qué debemos ayudarnos mutuamente?
Por que en este mundo siempre tendremos aflicción. Jesús nunca dijo o prometió una vida sin
problemas, una vida sin dificultades; sino todo lo contrario, Cristo dijo que este mundo tendríamos
aflicción. Cuando iba hacia el calvario dirigiéndose a un grupo de mujeres dijo: “Mujeres de
Jerusalén, no lloréis por mí sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. Por que he aquí
vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron.
Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados cubridnos.
Porque si con el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, que no se hará?” Lucas 23:28-31.
Las aflicciones son diversas según Santiago 1:2; la palabra diversas, tiene la idea de diferentes
colores, es decir que las aflicciones nos vienen de diferentes maneras. Las dificultades que
enfrentamos no sólo son físicas, materiales; sino morales y espirituales. Dios quiere que consolemos
a otros 2 Corintios 1:3-4, esta es la razón por la que permite que atravesemos por el valle de la
aflicción, para que aprendamos a consolar. Sólo el que sufre puede empatizar completamente con
los que sufren. Gálatas 6:1, dice que podemos ayudarnos unos a otros, cuando con espíritu de
mansedumbre restauramos al hermano caído.
En Romanos 15:26 encontramos un ejemplo de un grupo de iglesias que tuvieron a bien recolectar
ayuda económica para los pobres (santos) de Jerusalén. Pablo dice en Gálatas 2:10 que fue una
recomendación apostólica que le dieron a él de no olvidarse de los pobres. Pablo llevó acabo con
mucha diligencia esta recomendación.
Conclusión:
Tenemos un futuro glorioso donde no habrá llanto, se acabarán las penas, nuestros dolores; pero
mientras tanto ¿Qué podemos hacer?
1. Consolar al hermano que sufre.
2. Restaurar al caído.
3. Compartir nuestros recursos con los que no tienen.
eliseomartimartinez@yahoo.com
Obrero Fiel: se permite la reproducción de este material siempre y cuando no se venda.

EL DISCIPULADO Y SU COSTO
Texto: Lucas 14: 25-35
Por Eliseo Martínez

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Usado con permiso
Propósito: A pesar de su costo, sigamos a Jesús.
Introducción:
Podemos estar seguros de una cosa: No todos los que hablamos de discipulado, lo ponemos en
práctica. El discipulado es la estrategia o táctica que Jesús empleo para el entrenamiento de los
suyos.
¿Qué significa estrategia?
• Es el arte de dirigir las operaciones militares, es planificar y ejecutar una batalla.
• Es el arte de coordinar todo tipo de acciones en la conducción de una guerra o la
defensa militar de un país.
• Estrategia, es la manera en que dirigimos un asunto.
Proposición:
Lucas 14:25-35, nos enseña que la estrategia de Jesús fue el discipulado, el cual tiene su costo.
1. ¿Qué es el discipulado?
La palabra discípulo es un término que significa aprendiz, es uno que aprende. Un discípulo en
palabras sencillas es un seguidor. Un discípulo de Jesús es un seguidor de Jesús. El discípulo
según el Diccionario bíblico es más que un alumno que se sienta a escuchar; es un aprendiz que
sigue a su maestro y aprende a su lado.
En Marcos 3:13-14 encontramos el evento en el cual Jesús llamó y seleccionó a 12 para que
estuviesen con él. Jesús fue su escuela, su entrenador y su modelo. Los discípulos fueron
llamados para tener una relación personal con su maestro. Fueron llamados para estar bajo su
autoridad, para sufrir por su maestro y poseer y demostrar el carácter de Cristo. Esta relación
maestro-discípulo es el discipulado.
2. ¿Cuál es el costo del discipulado?
El compromiso con Jesús tiene un costo, un precio
• El costo de las relaciones 14:26.
• El costo de los deseos y de las metas personales 14:27.
• El costo de las posesiones.
El costo de las relaciones 14:26 “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y
mujer, e hijos y hermanos, y hermanas y aún su propia vida no puede ser mi discípulo”
John A. Martín comenta: Aborrecer literalmente a la familia era una violación a la ley puesto
que en varias ocasiones Jesús exhortó a otros obedecerla, no quiso dar entender que uno debe
aborrecer literalmente su familia. El énfasis está en la prioridad del amor (Mateo 10:37) La
lealtad a Jesús debe ir antes que la de la familia y de la vida misma.
Seguir a Jesús es estar dispuesto a desprenderse de lo que uno más quiere, Matthew Henry nos
dice que cuando nuestro deber hacia los padres entra en competición con nuestro deber
evidente hacia el señor, hemos de dar a Cristo la preferencia.
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El costo de los deseos y de las metas personales. El versículo 27 dice: “Cualquiera que no
toma su propia cruz y viene en pos de mi, no puede ser mi discípulo”
La analogía que Cristo hace es el hecho de que cuando el condenado a muerte cargaba su cruz,
era aceptar tácitamente que el gobierno tenía la razón y no el condenado. Así el discípulo al
cargar su cruz admite que Cristo tiene la razón y no él.
El costo de las posesiones. El discípulo de Jesús está dispuesto a dejar a un lado lo terrenal
(posesiones); se le pide planificar bien el costo y lo ilustra con dos ejemplos: (1) un constructor
(2) un rey en guerra. Ambas ilustraciones nos hablan de considerar el grave problema de quedar
a medias.
Conclusión
Dios no quiere nada de nosotros a medias, quiere que lo que se comienza se lleve a cabo hasta el
final.
Cristo dijo en la cruz: Consumado es. Pablo imita a su maestro al decir: “He peleado la buena
batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe” 2 Timoteo 4:7 NVI.
Que Dios nos ayude a:
• Seguir a Cristo.
• Ser sumisos a su voluntad.
• A sufrir por su causa.
• A que lo material no ocupe el primer lugar.
• A pagar el precio que sea necesario.
eliseomartimartinez@yahoo.com
Obrero Fiel: se permite la reproducción de este material siempre y cuando no se venda.

¿Predicamos el Evangelio?
Por Eliseo Martínez

1
Usado con permiso
Introducción
“La pregunta, ¿Por qué se van de la iglesia los adultos jóvenes? Ocupaba mi mente de manera
incesante. Cuando estaba luchando con esta interrogante mis ojos fueron dirigidos finalmente
hacia la formación de discípulos. A la par de esto descubrí que en una iglesia tradicional no
había evangelio, no había discipulado y no había visión alguna.”(John H. Oak).
Jonh H. Oak, es pastor coreano, de una iglesia de más de 30,000 miembros, una iglesia
fundamentada en el discipulado. Oak, preocupado por un crecimiento numérico de creyentes,
pero cuya diaria no marcaba ninguna diferencia con los que no son, y dedicó tiempo para
estudiar esta situación.
Oak, menciona tres factores que faltan en el día de hoy en la mayoría de las iglesias. El primer
elemento que menciona es la falta del evangelio. Es paradójico que en la enseñanza y
predicación del evangelio no exista el evangelio, pero es una terrible realidad.
LA PREGUNTA
La pregunta es: ¿Qué estamos predicando? Hoy en día esta de moda en nuestro medio el
pensamiento exponencial (pensamiento positivista), técnicas de marketing comercial,
olvidando todo sentido ético. En un congreso de comunicadores cristianos desarrollado en este
año en El Salvador (2006), en uno de los talleres, el exponente dijo claramente que era
importante conocer técnicas de marketing para lograr el crecimiento de la iglesia. La Biblia
dice que Dios añadía cada día los que habían de ser salvos. (Hechos 2:47) y crecía la palabra
del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también
muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. (Hechos 6:7)
En mi experiencia docente por más de 25 años, a mis estudiantes de homilética les insisto en
que deben esforzarse para dominar las herramientas de crear y exponer un sermón. Pero les
advierto que si por alguna razón les fuera imposible lograrlo; con seguridad deben predicar el
evangelio bíblico, somos heraldos de la palabra.
EL TEXTO BÍBLICO
¿Cómo manejamos el texto bíblico? En el sentido de 2 Timoteo 2:15, no es manipular el texto
haciendo que diga lo que queremos que diga. El texto debe ser interpretado correctamente.
Florence Scovel Shinn, en su libro, “La puerta secreta hacia el éxito”, nos ilustra como
manejar mal el texto bíblico. En su interpretación del salmo 23 dice: “Dios es la inteligencia
suprema dedicada a proveer las necesidades del hombre; la explicación es, que el hombre es
Dios en acción. Jesucristo dijo: yo y el padre somos uno. Podríamos parafrasear la afirmación y
decir yo y el gran principio creativo del universo somos uno el mismo.”
Aquí sólo quiero sugerir la necesidad de poseer entre nuestras habilidades, herramientas
hermenéuticas. José M. Martínez en su libro, Hermenéutica Bíblica, dice: “La solidez del
pensamiento cristiano y la vida misma de la iglesia dependen del lugar otorgado en ellos a la
Biblia y del modo de examinar sus textos. Puede afirmarse que las formulaciones doctrínales, la
piedad y la acción del pueblo de Dios cabalgan siempre a caballo de la hermenéutica, y ello
hasta el punto de que, como señala Gerhard Ebeling, la historia de la iglesia es la historia de la
interpretación de la sagrada escritura. (Pág.15)
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¿QUÉ PREDICAMOS?
¿Qué predicamos? ¿Qué debemos predicar? La única respuesta es “el evangelio”, revisemos
dos textos paulinos: 1 Corintios 15:1-4 y 1 Corintios 2:1-5. En el texto de 1 Corintios 15:1-4
Pablo les recuerda a los corintios en que consiste el evangelio predicado por él. Pablo hace una
síntesis del contenido de su predicación: “El apóstol había enseñado a los corintios el mensaje
que había recibido por revelación divina. La primera doctrina cardinal de este mensaje, era que
Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras. Esto destaca el carácter
sustitutorio de la muerte de Cristo. Él, no murió por sus propios pecados, ni como mártir; murió
por nuestros pecados. Murió para pagar la pena que nuestros pecados merecían. Todo esto
sucedió conforme a las escrituras… La sepultura de Cristo fue profetizado en Isaías 53:9, y su
resurrección en el Salmo 16:9,10. Es importante observar como Pablo destaca el testimonio de
Las escrituras. Este debiera ser nuestro patrón en todos los asuntos relacionados con nuestra
fe.” (William MacDonald).
¿Qué dicen Las Escrituras? Que prediquemos el evangelio conforme a las escrituras. Pablo nos
modela en 1 Corintios 2:1-5 una predicación centrada en Jesucristo. El centro de la predicación
de Pablo era Jesucristo (su persona); y este crucificado (su obra). Son dos cosas las que se
destacan en este texto: una forma de anunciar el evangelio y un sólo contenido. Este contenido
tiene como tema central: Jesucristo el único medio de salvación. En Romanos 1:16-17 leemos:
“A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de
todos, los que creen; de los judíos primeramente, pero también de los gentiles. De hecho, en el
evangelio se revela la justicia que previene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal
como está escrito: El justo vivirá por la fe”. (NVI).
El evangelio es Jesucristo, así que nuestra predicación debe ser eminentemente cristológica. El
tema que se destaca tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, es la persona y la obra
de Cristo; el Cristo histórico y el Cristo redentor. Ahora bien, si el evangelio es Cristo y Cristo
es la base del cristianismo, ¿Cómo puede llamarse una iglesia cristiana, si en su mensaje no hay
evangelio? No hay tema más importante y glorioso que Cristo; Cristo es la clave para la
interpretación de las sagradas escrituras como lo dice E. Y. Mullins: “El es la clave de arco o
dovela en este vasto arco de verdad bíblica”.
¿POR QUÉ DEBEMOS PREDICAR A JESUCRISTO?
“De una u otra manera, los teólogos, los poetas y filósofos han escrito, y a veces han olvidados
que nuestro concepto a cerca de él jamás será exagerado, porque lo que él es determina lo que
es el cristianismo, el cual permanece o cae junto a Cristo. En todo lo que el es en sí mismo es
piedra angular del cristianismo, la clave de la batalla entre la fe y la incredulidad” (Herbert
Lockyer).
CONCLUSIÓN:
Sólo una predicación evangélica y eminentemente bíblica satisface la necesidad de los ya
evangelizados y los que necesitan comprender y vivir la FE CRISTIANA en comunión con la
comunidad cristiana.
eliseomartimartinez@yahoo.com
Obrero Fiel: Se permite la reproducción de este material siempre y cuando no se venda.
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PREOCUPADO
Por Eliseo Martínez

1
Usado con permiso
Una profunda preocupación embarga mi ser al revisar el libro de Rick Warren, Una vida con
propósito, y es su hermenéutica. Este libro ha sido alabado por hombres de la talla de Luís
Palau, Bruce Wilkinson, Max Lucado entre otros. Debería ser objeto de análisis en seminarios e
institutos en clases de Hermenéutica Bíblica. Entiendo el lado comercial de las editoriales, pero
toda enseñanza que tergiversa la palabra de Dios, por bonita y muy atractiva que sea, es digna
de ser rechazada. La iglesia de Éfeso, según el Apocalipsis capítulo dos, probaba y examinaba la
enseñanza de quienes se decían ser apóstoles y la conclusión a que llegó fue que eran
mentirosos.
Rick Warren cita Mateo 16:25, de la manera siguiente: “La Biblia dice: La autoayuda no es
eficaz en todo. El sacrificio es el camino, mi camino, para encontrarte a ti mismo, a tu
verdadero yo”. Este texto, ni sacado de contexto, no habla de autoayuda. Hasta el lector más
sencillo entiende que Jesús está hablando del costo (precio) del discipulado. Warren impone su
pensamiento al texto bíblico. En una iglesia en El Salvador, en una pequeña ciudad, donde se
sigue el programa de los cuarenta días, una hermana anfitriona de un grupo me comentaba, esta
es la base de las penitencias de la iglesia católica romana. La ciudad agrícola donde se me hizo
el comentario es un centro en el cual el catolicismo es muy activo y los creyentes vienen de ese
contexto.
Otra cita de un texto muy conocido es el de Romanos 12:3. Warren dice que este texto enseña
que “La única forma de entendernos a nosotros mismos con exactitud es por lo que Dios es y
hace por nosotros”. La lectura del texto en su contexto sugiere, en primer lugar, el concepto que
el creyente debe tener de sí mismo a la luz de la enseñanza de los once capítulos de la primera
parte de Romanos. Pablo dice que el creyente no debe elevarse a una estatura más alta de la que
Dios le ha dado dentro del cuerpo de Cristo (iglesia). El contexto, versos 4-8, es de dones. Cada
don contribuye al bienestar de la iglesia sin importar su función, ya que sin dicha habilidad la
iglesia adolece de una habilidad importante para su edificación, su crecimiento y el logro de su
propósito.
Esta preocupación aumenta cuando iglesias a nivel denominacional, estancadas y en franca
decadencia han tomado el libro de Warren como si fuese la Biblia misma. Claramente es en
busca de un crecimiento numérico olvidándose que es Dios quien agrega los que deben de ser
salvos y que hay modelos bíblicos dignos de imitar, por ejemplo, 1 Tesalonicenses capítulo uno.
Es conveniente que hagamos una aguda reflexión de todo lo que viene a nuestras manos y
sigamos el ejemplo de la iglesia de Éfeso que examinaba y probaba si la enseñanza era
apostólica o no. Y al decir apostólica, me refiero a los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo.
Calza bien aquí lo que Jaime Balmes en su libro Criterio dice: No abdiquemos al derecho de
examinar las cosas por nosotros mismos, no consintamos que nuestro entusiasmo por ningún
hombre llegue a tan alto punto, que sin advertirlo le reconozcamos como oráculo infalible. No
atribuyamos a la criatura lo que es propio del creador…no admita idea sin analizar, ni
proposición sin discutir, ni raciocinio sin examinar, ni regla sin comprobar; fórmese una
ciencia propia que le pertenezca como su sangre, que no sea una simple recitación de lo que ha
leído, sino el fruto de lo que ha observado y probado. (Pág. 125)
La enseñanza de Pablo es el examinar todo y retener lo bueno. Por supuesto que el exámen debe
ser eficiente y con discernimiento, es decir, saber diferenciar entre lo verdadero y lo falso. Se
trata de comprender con claridad el pensamiento del autor. El libro de Rick Warren es peligroso
porque su problema es la hermenéutica, principalmente la del Antiguo Testamento. Verdad
combinada con mentira es mentira. En su libro, página 214, por ejemplo, leemos: “Dios sabe lo
que es mejor para ti y en su corazón tiene presente tus mejores intereses. Dios le dijo a
2
Jeremías: Los planes que tengo para ti (son) planes para prosperarte y no para dañarte, planes
para darte esperanza y un futuro”.
En la lectura correcta Dios no le dice estas palabras a Jeremías, sino a Israel. MacArthur en su
Biblia de estudio comenta: “Esto aseguraba las intenciones que Dios tenía de traer bendición
en el futuro de Israel (capítulos 30-33)”.
Si un crecimiento genuino y auténtico es lo que buscamos, repasemos la historia de la iglesia
primitiva (libro de Hechos), vivamos un auténtico discipulado, imitemos modelos como la
iglesia de Antioquía, de Tesalónica, de Filipos y de la iglesia del amor fraternal (Filadelfia).
eliseomartimartinez@yahoo.com
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