NUESTRO MOTIVO DE GLORIA:  LA CRUZ DE CRISTO
por R.M. McCheyne

"Lejos esté de mí gloriarme sino en la cruz de Cristo, por el cual el mundo me es crucificado a mí y yo al mundo» (Gálatas 6:14).
I. EL 0BJETO DE QUE HABLA AQUÍ PABLO: LA CRUZ DE CRISTO.
La palabra de la Cruz se usa en tres sentidos diferentes en la Biblia, que conviene distinguir.
1. Se usa al referirse a la cruz de madera, aquella sobre la cual Jesús fue crucificado. El castigo de la cruz era de invención romana. Se usaba solamente al ajusticiarse a esclavos o malhechores notables. La cruz estaba formada con dos maderos que se cruzaban formando ángulos rectos. Se dejaba en el suelo y al criminal ajusticiado se le ponía extendido sobre ella. Con clavos se le horadaban las manos y quedaba clavado a la madera, lo mismo que hacían con un solo clavo para ambos pies. Entonces se ponía la cruz en pie y se la introducía en un hoyo dispuesto al efecto. El crucificado era dejado pendiente de la cruz hasta que moría. Ésta fue la muerte a que se sometió Cristo: "Sufrió la cruz despreciando la vergüenza". "Fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz" (Mateo 27:40, 42; Marcos 15:30, 32; Lucas 23:26; Juan 19:17, 19, 25 y 31 y Efesios 2:16).
2. También se utiliza la misma palabra para significar el camino de salvación por Jesucristo crucificado. Por ejemplo, en ¡Cor. 1:18: "La palabra de la cruz es locura a los que se pierden, mas a los que se salvan, es saber, a nosotros, es potencia de Dios"; compárese con el v. 23: "Predicamos a Cristo crucificado". Resulta evidente aquí que la predicación de la cruz y la predicación de Cristo crucificado es lo mismo. Éste es el significado de nuestro pasaje de hoy. "Lejos esté de mí gloriarme sino en la cruz". Es el nombre que se da a todo el plan de la salvación por el Redentor crucificado. Tan pequeña expresión implica y encierra la obra completa y gloriosa de Cristo en favor nuestro. Implica el amor de Dios al darnos su Hijo (Juan 3:16) y el amor de Cristo al darse a sí mismo (Efesios 5:2) ; la Encarnación del Hijo de Dios; su obra de sustitución, obra vicaria, uno por muchos; sus sufrimientos y muerte expiatoria. Toda la obra de Cristo queda incluida en esa pequeña palabra, la cruz de Cristo. Y la razón es sencilla; su muerte en la cruz fue el punto más bajo, de la humillación de Cristo. Fue allí que clamó: "Consumado es". "La obra de mí obediencia ha sido consumada, mis sufrimientos han concluido, la obra de la redención ha quedado completada, la ira que pesaba sobre mi pueblo ha cesado." E inclinó su cabeza y dio el Espíritu. De aquí que su obra totalmente consumada sea llamada la cruz de Cristo.
3. Se emplea también la palabra cruz para significar los sufrimientos que sobrevienen al creyente por seguir a Cristo. "Si alguno viene en pos de mí, niéguese a al mismo, tome su cruz y sígame" (Mateo, 16:24). Cuando un hombre determina seguir a Cristo, debe renunciar a sus planes pecaminosos y a sus compañías pecaminosas y tropezará con la burla, el ridículo, el odio, la persecución de que le harán objeto sus antiguas amistades mundanas. Su nombre será despreciado como malo. "Todo el que quisiere vivir píamente en Cristo Jesús, sufrirá persecución". Ahora se dará cuenta de que todo esto es "tomar la cruz" "El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí".
En el texto escogido hoy la palabra se usa en el segundo sentido -significando el plan de la salvación por un Salvador crucificado.
Queridos amigos, es esto lo que se os presenta cuando partimos el pan y bebemos el vino; la obra completa de Cristo en favor de los pecadores. El amor y la gracia del Señor Jesús quedan concentrados allí. El amor del Padre, el pacto con su Hijo, el amor de Jesús, su encarnación, obediencia, muerte; todo ello se os presenta en aquel pan roto y en aquel vino derramado. Es un dulce y silencioso sermón. Muchos sermones no contienen a Cristo desde el principio hasta el fin. Muchos le presentan de forma confusa e imperfecta. Pero aquí, en la cena, no existe nada más sino Cristo y éste crucificado. ¡Rica y elocuente ordenanza! Pedid que la visión de aquel pan quebrado, de aquel pan partido, pueda también quebrantar vuestros corazones y haga brotar de ellos un vivo amor hacia el Cordero de Dios. Pedid que haya conversiones ante la visión del pan partido y del vino repartido. Mirad atentamente, queridas almas y pequeños hijos, cuando el pan es roto y el vino repartido. Es una visión que constriñe el corazón. Que el Espíritu Santo la bendiga.
Amados creyentes, mirad atentamente para obtener una más profunda y plena visión del camino del perdón y de la santidad. Una mirada del ojo de Cristo a Pedro quebrantó y conmovió su corazón orgulloso y salió y lloró amargamente. ¡Oh, que una simple mirada de aquel pan roto pueda hacer lo mismo en vosotros! Cuando el centurión romano, que vigilaba bajo la cruz de Jesús le vio morir y vio cómo se hendían las rocas, clamó: "Verdaderamente, Hijo de Dios era éste". Contempla aquel pan roto y verás la misma cosa, Y ojalá que tu corazón quebrantado sea guiado a invocar el nombre del Señor. Cuando el ladrón de la cruz -vio la pálida cara del Emmanuel y contempló su majestad santa, clamó: «¡Señor, acuérdate de mí cuando vinieres a tu reino!" El pan roto revela la misma verdad. La misma gracia puede concedérsete e impulsarte a clamar: "Señor, acuérdate de mi".
¡Oh, queridos creyentes, obtened nuevas visiones de Cristo! Hay ocasiones en que el grano de trigo, ya cercana la hora de la siega, adelanta más en un día que en varias semanas anteriores. Del mismo modo también hay creyentes que ganan más gracia en un día que antes en muchos meses. Pedid a Dios que hoy pueda ser un día de buena cosecha en vuestras almas.
II. LOS SENTIMIENTOS DE PABLO EN RELACIÓN CON LA CRUZ DE CRISTO. "LEJOS ESTÉ DE MI GLORIARME..."
1. Esto quiere decir que Pablo hacía ya mucho tiempo que había dejado el camino de la justicia por las obras de la ley. El hombre natural busca la salvación haciéndose a al mismo mejor ante los ojos de Dios. Intenta enmendar su vida, pone freno a su boca, procura dominar sus sentimientos y pensamientos, todo para hacerse mejor a los ojos de Dios. Incluso va más adelante: quiere cubrir. sus pecados pasados mediante la observancia de preceptos religiosos; se hace un buen religioso, ora, llora, lee, participa de los sacramentos u ordenanzas religiosas, se ocupa e interesa profundamente por la religión, e intenta que ella entre en su corazón todo ello para poder aparecer a al mismo bueno en ojos ¡de Dios, para que pueda poner a Dios en la obligación de perdonarle.
Durante mucho tiempo Pablo gastó este camino. Fue un fariseo guardando irreprensiblemente las justicias de la ley; exteriormente vivió sin reprensión, y se le tuvo por un hombre religiosísimo. "Pero las coma que me eran ganancia helas reputado pérdida para ganar a Cristo". Cuando plugo a Dios abrir sus ojos, apartó de sí de una vez para siempre este camino de la propia justificación; nunca alcanzó la paz observándolo -"no teniendo confianza en la carne" diría más adelante Pablo-, y por esto al conocer a Cristo se despidió para siempre de aquella forma de buscar la paz. No sólo eso, además la holló con sus pies. "Lo reputó pérdida (todo lo que antes consideraba ganancia) para ganar a Cristo". ¡Oh qué glorioso es que el hombre sea nevado a hollar su propia justicia! Es la cosa más difícil del mundo.
2. Recurría a Jesús, se escondía en el Señor Jesucristo. - Pablo obtuvo tal visión de la gloria, perfección y excelencia del camino de la salvación por Cristo Jesús, que llenaba por completo su corazón. Todas las demás cosas quedaban empequeñecidas. Todo collado y monte había sido &bajado, todo lo encorvado había sido enderezado, los lugares escabrosos suavizados y la gloria del Señor manifestada. Del mismo modo que con la aparición del sol todas las estrellas desaparecen, así también con la manifestación de Cristo al alma todas las demás cosas desaparecen. Jesús, sufriendo por nosotros, llenaba su visión y colmaba su corazón. Él contemplaba a Cristo, creía en Él y era feliz. Cristo por nosotros cubría toda su necesidad. De la cruz de Cristo un rayo de luz celestial encendió su alma, llenándola con luz y gozo inefables. Sentía que Dios era glorificado y 01 era salvado. Se unía a Cristo con toda la fuerza de su corazón. Como Jonathan Eduards "estaba inexplicablemente gozoso".
3. Se gloriaba en la cruz. ~ Confesaba a Cristo delante del mundo; no se avergonzaba de Cristo en medio de su generación adulterina y pecadora; se gloriaba de aquel camino que le significaba su perdón, paz y santidad. Y ¡qué cambio! Había habido un tiempo en que blasfemó del nombre de Jesús y persiguió hasta la muerte a aquellos que eran llamados de su nombre, a los cristianos; ahora, sin embargo, era toda su gloria. "Y luego en las sinagogas predicaba a Cristo que éste era el Hijo de Dios". Antes de conocerle se jactaba de su vida irreprensible cuando era fariseo; ahora, por el contrario, se gloriaba en esto: él era el primero de los pecadores, pero Cristo murió por él. Antes se gloriaba en su ciencia adquirida a los pies de Gamaliel; ahora se gloriaba de ser tildado de loco por causa de Cristo, y se consideraba como un pequeñuelo que era guiado de la mano por Jesús. En la cena del Señor, entre sus amigos, en las ciudades gentiles, en Atenas, en Roma, entre sabios y no sabios, delante de reyes y príncipes, se gloriaba en ello considerándolo la única cosa digna de ser conocida, el camino de salvación por Jesucristo y éste crucificado.
Queridos amigos, ¿habéis sido llevados en vuestra manera de pensar y sentir, a gloriaros solamente en la Cruz de Cristo?
¿Habéis abandonado vosotros el antiguo camino de la salvación por las obras de la ley? Vuestro corazón natural se apoya firmemente en él. Tú, de natural, estás siempre intentando mejorarte más y más hasta que lleves a Dios a la obligación de perdonarte. Tú andas buscando ¡siempre el justificarte. Siempre estas mirando tus convicciones y contrición por los pecados pasados, tus lágrimas y oraciones intensas; o también te fijas mucho en tus enmiendas y reformas, en tus renuncias de la conducta impía y tu batalla para lograr una nueva vida; estás dando mucho valor a tus propios ejercicios religiosos, a tu fervorosa o continuada vida de oración, o de relación con la iglesia, o estás incluso mirando a la obra que el Espíritu realiza en ti, a las gracias que en ti hay por el Espíritu Santo. ¡Ay, ay! que la cama es más corta que tú y te es imposible descansar en ella; ¡ay! que la cubierta es demasiado estrecha y con ella te es imposible quedar cubierto. Desespera de alcanzar el perdón en ese camino. Deséchalo para siempre. Tu corazón es desesperadamente perverso. Toda justicia que tu corazón pueda cumplir es mala y corrompida y no puede aparecer ante los ojos de Dios. Considéralo todo pérdida, trapos de inmundicia, estiércol, para alcanzar a Cristo.
Refúgiate, por tanto, en el Señor Jesucristo. Cree en el amor del Señor Jesucristo. Él se complace en la misericordia, está presto para perdonar; en Él la compasión sobreabunda, Él justifica al impío, ¿Has visto la gloria de la Cruz de Cristo? ¿Ha ejercido su atractivo sobre tu corazón? ¿Sientes un gozo inefable con. ese ~o de salvación? ¿Sabes ver que Dios es glorificado cuando el hombre es salvado? ¿Comprendes y ves perfectamente que Dios es un Dios de majestad, de verdad, de santidad -inmarcesible y Justicia inflexible, y ello, aún cuando tú seas salvado? ¿Llena tu corazón la cruz de Cristo? ¿Te inunda la cruz de preciosa paz y de descanso celestial? ¿Amas esa frase "la justicia de Dios" la justicia que es por la fe, la justicia sin obras? .¿Te sientes complacido y absorto ante la visión de la cruz? ¿Descansa tu alma en la cruz?
Gloria sea solamente a la cruz de Cristo. Nota que no puede existir un cristiano verdaderamente vivificado que no lo manifieste. La gracia es como un perfume escondido en el puño; se delata a el misma. Un cristiano vivificado no puede guardar silencio delante de los hombres, si verdaderamente siente la dulzura. "Es como el buen vino que se introduce dulcemente, pero luego desata la lengua y se vuelve hablador". ¿Confiesas a Cristo en tu familia? ¿Le has hecho conocer que eres de Cristo? No olvides que debes ser decidido en tu mismo hogar. Es señal de hipocresía ser un cristiano en todas partes menos en casa. Entre tus compañeros, ¿publicas que has hallado en Él un gran amigo? En la tienda y en el mercado, ¿deseas que te conozcan como una persona que has sido lavada en la sangre del Cordero? ¿Deseas intensamente que todos tus negocios, asuntos y conducta sean regidos por los dulces preceptos del Evangelio? Ven, pues, a la mesa del Señor y confiésale, que ha salvado tu alma ¡Oh 1 haz que tu confesión sea verdadera, sincera, de buena voluntad, plena. Esto es mi dulce alimento, mi Cordero, mi justicia, mi Señor y mi Dios, mi todo en todo. "Lejos esté de mí gloriarme sino en la cruz de Cristo". Antes te gloriabas en las riquezas, en los amigos, en la fama, en tus pecados incluso; ahora gloríate en Jesús crucificado.
III. LOS EFECTOS 0 RESULTADOS.
"El mundo me es crucificado a mí y yo al mundo".
"Si alguno está en Cristo, nueva criatura es". Cuando el ciego que mendigaba en el camino de Jericó se vio curado de su ceguera por el Señor, este mundo experimentó un gran cambio para él y él para el mundo. Esto le sucedió también a Pablo. Apenas se levantó de sus rodillas en el camino de Damasco, con la paz de Cristo en su corazón el mundo quedó encubierto a sus ojos, murió para él. Mientras se apresuraba a través de las pulidas piedras de las calles de Damasco, o miraba desde el terrado de -su casa los hermosos jardines de los márgenes del Abana, el mundo y todo su esplendor se le aparecía como pobre, debilitado, como algo ya crucificado. Hubo un tiempo en que le era el todo. Hubo un tiempo en que su dulce y superficial adulación le agradaban como la música agrada al oído. La riqueza, la belleza. el placer, todo lo que el ojo natural admira; hubo un tiempo en que su corazón se deleitaba en todo ello; pero desde el momento en que creyó en Jesús, todo ello empezó a morir. Ciertamente, no estaba muerto, pero sí que quedó clavado a la cruz. Nunca más ejercieron aquella viva atracción que antes tenían, y ahora cada día más iban perdiendo su poder. Del mismo modo canso un moribundo crucificado se va debilitan do por momentos, mientras la sangre: de su corazón se va perdiendo por las profundas heridas de sus manos y pies, así el mundo, que durante un tiempo fue su todo, iba perdiendo progresiva e incesantemente ¡su atractivo y poder. Gustó tanto de la dulzura que hay en Cristo, en su perdón, en su Ubre acceso a Dios, en la sonrisa, complacencia y favor de Dios, en la manifestación íntima y vital del Espíritu en su corazón, que el mundo le resultaba cada día más un mundo soso e insípido.
Otro efecto era "Y yo al mundo" Cuando Pablo se examinó a al mismo, puso su mano sobre su corazón, notó que también él había cambiado. Hubo un tiempo en que había sido como un fogoso caballo que andaba por los prados y que no podía ser dominado; que había sido como los perros cazadores de zorras, impacientes por seguir el rastro, a los cuales estorba el estar sujetos. Su corazón así buscaba la fama, el honor, la alabanza del mundo; pero ahora su corazón estaba clavado en la cruz y era un corazón quebrantado y contrito. Ciertamente no estaba muerto. Muchos sustos le daba su caprichosa y mala vieja naturaleza, que le llevaba a caer de hinojos y le impulsaba a clamar pidiendo gracia y ayuda; y tan pronto como miraba a la cruz de Cristo, al instante su corazón malo se debilitaba. Cada día sentía ser menos el deseo de pecar y mayor el deseo de acercarse a Cristo y a Dios y a la santidad perfecta.
Algunos pueden descubrir por esta predicación que ellos nunca han acudido a Cristo. ¿Ha sido crucificado el mundo a ti? También para vosotros ha sido vuestro todo, su alabanza, su riqueza, sus canciones y sus diversiones ¿Os parece todo ello como -crucificado en la cruz de Cristo? ¡Oh 1, poned la mano en vuestro corazón. ¿Ha perdido vuestro corazón su ardiente deseo de las cosas terrenales? Los que están en Cristo Jesús han crucificado la carne con sus afectos Y concupiscencias. ¿Sentía que Cristo ha crucificado vuestras concupiscencias? ¿Deseáis que estuviesen muertas? ¿Qué respuesta dais, hijos e hijas de los placeres a quienes el baile, y las canciones del mundo, y la bebida y los chistes inmorales, constituyen para vosotros la suma de la felicidad? Vosotros no sois de Cristo.
¿Qué podéis replicar vosotros, avaros, sórdidos negociantes que os preocupáis sólo de llenar vuestra caja de tesoros materiales más bien que de obtener la gracia de Dios en vuestro corazón? ¿Qué contestáis vosotros, los lujuriosos, amigos dé los club nocturnos y de los cabaret, amigos de las tinieblas? No sois de Cristo, nunca habéis acudido a Cristo. El mundo está bien vivo para vosotros y vosotros para el mundo.
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