UN REPROBADO

Por R. M. McCheyne
sermones
www.iglesiareformada.com


"Así que yo de esta manera corro, no como a cosa incierta; de esta manera peleo, no como quien hiere el aire; antes hiero mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo predicado a otros, yo mismo venga a ser reprobados" (I Corintios, 9: 26-27).
Notemos cuán ansiosamente Pablo miraba el reino de los cielos. "De esta manera corro, no como a cosa incierta; (le esta manera peleo, no como quien hiere el aire" (v. 26). Pablo escribía de esta forma bastante tiempo después de su conversión. Podía, además, decir: "Para mí, el vivir es Cristo y el morir ganancia", aunque él sentía que "partir y estar con Cristo era mucho mejor". Sabía que para él había guardada una corona, y contemplaba, además, ansiosamente cómo iba llegando el día en que pasaría a vivir eternamente con Cristo. Él era como uno de los corredores griegos en su carrera olímpica para alcanzar el premio. Éste es el modo en que todo convertido debe buscar su salvación. "Corred de manera que lo obtengáis". Es corriente que muchos, una vez convertidos, digan: " Yo ya soy salvo, ya no necesito esforzarme más". Pablo, sin embargo, no pensaba así y se apresuraba hacia la meta.
Pablo fue muy cuidadoso en someter su cuerpo en servidumbre. Había observado que los atletas griegos, cuando se preparaban para sus carreras y peleas, ponían especial cuidado en esto. "Y todo aquel que lucha, de todo se abstiene" (v.25). Pablo luchaba por conseguir una cosa, ser templado en todo, especialmente en el comer y en el beber. Así como en el descanso -no fuese a caer en la pereza- y en otras necesidades no viniese a ser caprichoso.
La razón para que mostrase tanta ansia era su temor de que viniese a ser un reprobado. No significa esto que Pablo no tuviese la certeza de su salvación, sino que sentía profundamente que su alta misión en la iglesia no le garantizaba en modo alguno su salvación, aunque él era uno de los apóstoles, el apóstol de los gentiles, uno que había trabajado más que todos los demás. Aunque muchos se habían convertido en virtud de su ministerio, sabía bien que ello no le significaba una seguridad por la que no pudiese venir a ser un reprobado. Judas había predicado a otros y fue, sin embargo, un reprobado. Pablo, además, sentía que si vivía una vida inicua, ciertamente vendría a ser un reprobado. Conocía bien que existía una íntima relación entre el vivir en el pecado y ser un reprobado y le constituía todo ello un constante motivo a la diligencia santa. Lo que Pablo temía era ser un reprobado. La palabra reprobado se usa en el mismo sentido en que se usa referida a los metales sometidos a la prueba; la escoria que de ellos se desprende al ser ensayados, se arroja, se echa porque no sirve para nada. La escoria es reprobada.
¿Qué es ser un reprobado en el plano espiritual?
I. LOS IMÍOS SERÁN REPROBADOS, RECHAZADOS POR DIOS.
"Apartaos de mí, malditos" (Mateo, 25:41). "Los cuales serán castigados de eterna perdición por la presencia del Señor y por la gloria de su potencia" (II Tesalonicenses, 1:9).
1. Arrojados de Cristo. - En el presente los impíos se hallan a menudo cerca de Cristo. Cristo está a la puerta de su corazón y llama. Extiende a ellos sus manos todo el día. Les habla por medio de la Biblia y de la predicación del evangelio. Les dice: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar". "A1 que a mi viene, no le echo fuera". Pero cuando Cristo pronuncie la sentencia y diga: "Apartaos de mí", nunca más llamará, nunca más invitará, nunca más se ofrecerá a los hombres. Cristo es el único camino que va al Padre, pero entonces quedará cerrado para siempre. Cristo es la única puerta, pero después nunca más volverá a abrirse. Significará todo ello una bendición para los creyentes, porque ellos estarán así siempre con Cristo. "Hoy estarás conmigo", dijo al ladrón moribundo. "Teniendo deseo de ser ausente en el cuerpo y presente con el Señor", decía Pablo. Así estarán siempre con el Señor. Sus siervos le servirán y verán su faz. Esto es lo que mantendrá la eterna calma en el seno de los redimidos. En cambio, los impíos serán arrojados fuera y perderán todas estas ricas bendiciones. "Atado de manos y pies, echadlo a las tinieblas de afuera".
2. Arrojados de Dios. - Ciertamente, y en otros aspectos, los impíos no pueden escapar de la presencia de Dios.
"Si en abismo hiciera mi estrado, he aquí allí tú estás" (Salmo, 139:8). Job dice: "El sepulcro es descubierto delante de él y el infierno no tiene cobertura" (26:6). Su omnipotencia lo creó, con su aliento lo sostiene. " El soplo de Jehová, como corriente de azufre la enciende" (Isaías, 30:33). Pero los impíos serán arrojados fuera,
Primero: de la complacencia de Dios. Dios dijo a Abraham: "Yo seré tu escudo y tu galardón sobremanera grande". Dios se da a sí mismo al creyente diciéndole: "Yo seré tu Dios". David dijo: "Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre". ¿Quién puede medir el gozo de los que se gozan en Dios, que tienen a Dios, el Dios infinito, como su porción? De este gozo quedará excluido el no cristiano. Vosotros no tendréis ninguna porción en Dios. Dios no será vuestro Dios. Todos sus atributos estarán contra vosotros.
Segundo: del favor de Dios. "En tu favor está la vida". E1 favor de Dios es lo que alimenta y sustenta a los redimidos en la tierra. Un rayo de la faz de Dios es suficiente para hacer que se derrame el gozo en el corazón del redimido. Es suficiente para iluminarla pálida cara de un moribundo que muere en Cristo transformándola en angélica faz, o para hacer que salte de alegría íntima el corazón de la viuda solitaria. De todo esto se verán privados los no cristianos y, por el contrario, la ira del Señor se derramará sobre ellos. "Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo".
Tercero: de la bendición de Dios. Dios es la fuente de toda bendición. No hay nada creado que sea bueno de por sí y sí sólo porque Dios lo hizo así. E1 sol nos calienta, los alimentos nos nutren, nuestros amigos nos ofrecen su buena compañía, porque Dios así lo ha dispuesto. Todos los verdaderos buenos goces del mundo no son sino rayos de aquella luz increada; separad al hombre de Dios y todo se le hará oscuro. Dios es la fuente de todo gozo. Separad a cualquier hombre de Dios y ninguna criatura podrá darle satisfacción. Esto es ser reprobado, apartado de Dios para siempre. Aunque no existiese ningún lago de fuego, ese mismo hecho bastaría para hacer horrendo el infierno.
II. LOS IMPÍOS SERÁN APARTADOS DEL ESPÍRITU SANTO.
No se habla a menudo acerca del Espíritu Santo, pero es bien cierto que ahora contiende y lucha con el hombre natural. Toda la decencia y moralidad que posea el hombre no convertido se ha de atribuir a la gracia restrictiva del Espíritu Santo.
1. El Espíritu Santo obra en el hombre natural por medio de los servicios, o sacramentos, o cultos religiosos. - El culto familiar ha sido un gran freno en las mentes de muchos adolescentes, en virtud del cual han evitado inmundos vicios y pasiones sin fin. La lectura, estudio y predicación de la Palabra ha sido también poderoso freno al hombre natural que ha disfrutado de su ministerio. Las terribles maldiciones de la Palabra de Dios, unido a sus tiernas invitaciones y promesas, nunca han dejado de hacer algún impacto en el hombre no regenerado, impacto que les ha evitado extralimitarse en sus caminos de perdición y maldad. No dejan de estar perdidos, pero no se atreven a hundirse en lo más profundo de los pozos del vicio.
2. El Espíritu Santo también obra por medio de la providencia en el hombre natural. - A veces rodea a los no convertidos de circunstancias que constituyen algún freno, sin las cuales con toda certeza hubiesen caído profunda y totalmente. Hay ocasiones en que les da una naturaleza débil y enferma, que no les permita correr y precipitarse en los vicios hacia los que ya de natural se sienten tan atraídos, o grandes dosis de vergüenza y timidez, o de temor de ser descubiertos, o escasez de dinero que no les permita encontrar fácilmente las puertas abiertas. Otras veces los espanta con el temor de enfermedades y castigos que sobrevienen al pecado y son así guardados por la esclavitud del temor. No se atreven a pecar de forma tan amplia como lo harían si no fuese por su temor. Les sucede lo del refrán: "El miedo guarda la viña".
3. El Espíritu Santo usa también la conciencia haciendo sentir a los no convertidos el aguijón de las convicciones de pecado y culpa. - Existen muchos hombres con profundas heridas en la conciencia por las vivas convicciones que han tenido el privilegio de tener y, sin embargo, no son salvos. Muchos han sido aguijoneados con los certeros dardos de la Palabra de Dios de cuando en cuando; los tales se apartan un tanto de sus malas compañías y huyen del pecado abierto y cometido a las claras, aun cuando íntimamente lo siguen guardando en su corazón. La gracia restrictiva del Espíritu Santo constituye una obra asombrosa, la que, cuando nos sea dado conocer en todo su alcance, nos dejará boquiabiertos. Es maravilloso que Él mismo se constituya en un dique contra el mar del pecado con objeto de que no desborde toda la vida del hombre natural. Imaginaos el terrible infierno en que se convertirá el seno de todo condenado cuando el Espíritu de Dios deje de contender con el espíritu del hombre, lo cual de forma plena acontecerá después del juicio. ¡Todas las pasiones, odios y corrupción desbordados en el corazón de los perdidos! ¡Imaginaos también qué infierno vendría a resultar el hogar de una familia no convertida, sin ningún freno, ni restricción de clase alguna por la acción de las obras del Espíritu Santo! ¡Cuántos odios, disputas, crímenes y parricidios habría! Ya os podéis hacer una idea del infierno que sería esta misma ciudad si los no convertidos hollasen toda imposición de la conciencia, no hallasen en ella un freno que impide en numerosas ocasiones se manifieste todo el vicio que en su corazón anida.
Esto es ser un reprobado. "No contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre" (Génesis, 6:3). El Espíritu Santo creo que lucha con todos los hombres. "Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo" (Hechos, 7:51),pero Él no siempre contenderá. Cuando acabe el día de la gracia, cuando los impíos sean arrojados para siempre en el infierno, el Espíritu no contenderá más.
Primero: no contenderá más por medio de ninguna manifestación religiosa. Eh el infierno no existirán más cultos familiares ni la Biblia será leída, ni se cantará ningún salmo más. No habrá domingo, ni predicación del evangelio, ni ministros que os avisen del peligro del pecado. La voz del atalaya habrá cesado porque el peligro ahora anunciado habrá caído sobre vosotros; la sentencia se habrá cumplido y no habrá lugar al arrepentimiento.
Segundo: el Espíritu no contenderá con vosotros usando su sabia providencia. Allí no habrá ya más poder ni riquezas, ni restricciones de conciencia, ni temores de que vengan peores males que los que hay, sino sólo angustia y desesperación indecibles.
Tercero: habrán desaparecido allí las restrictivas convicciones que el Espíritu usó pera llamaros en la tierra a arrepentimiento. Allí vuestros corazones se desenfrenarán en sus pasiones. Todo vuestro odio hacia Dios, las fuentes de contención y blasfemia que actualmente hay en vuestro corazón se romperán y os desbordarán produciendo en vosotros una amarga experiencia. Blasfemaréis amargamente del Dios del cielo. Todas vuestras pasiones e impurezas, hasta ahora ahogadas o sofocadas a duras penas por la acción del Espíritu Santo y vuestro temor a los mismos hombres, hervirán en vuestro seno con una horrenda impetuosidad que os espantará. Vendréis a ser tan impíos, tan malignos y blasfemos como los mismos ángeles caídos que se hallaránentre vosotros. ¡Ay, amigos, qué panorama os aguarda! ¿Y no queréis ser salvos?
¡ Oh, qué estado tan miserable! Amarga y triste situación. "Duro es el camino de los transgresores. "¡Ah, pecadores! Entonces sí que comprenderéis que el pecado es el más duro de los tiranos, y veréis que el pecado envilecedor es mucho peor que el gusano que nunca muere. "El que es injusto, sea injusto todavía" (Apocalipsis, 22:11).
III. LOS IMPÍOS SE VERÁN APARTADOS, REPROBADOS, DE TODAS LAS DEMÁS CRIATURAS.
El estado del inconverso, aunque es malo en el presente, no es un estado sin esperanza. Aún hay esperanza. Los ángeles miran a los no convertidos para ver si en ellos aparece alguna señal de arrepentimiento. Podemos pensar que los santos ángeles se encuentran en medio de las congregaciones de los lugares en que se predica la Palabra. (I Timoteo, 5:21). Y si es así, no dudamos en afirmar que se hallan presentes con la intención de observar vuestros semblantes, oh pecadores sin Cristo, y ver si asoma a vuestros ojos alguna lágrima de arrepentimiento, o brota temblorosa alguna palabra o alguna oración de vuestros labios. Si fuese así, habría gozo este día entre los ángeles por el arrepentimiento de algún pecador.
Los redimidos de Dios que aún estamos en la tierra estamos muy interesados en la conversión de quienes no son del Señor. Los creyentes interceden en favor de ellos día y noche, muchos de ellos incluso con lágrimas; muchos hijos de Dios riegan con lágrimas su almohada en su intercesión en favor de las almas que perecen. Jeremías lloró secretamente por el orgullo de su pueblo. David dice en un salmo:
"Ríos de agua descendieron de mis ojos porque no guardaban tu ley" (Salmo 119:136). Buscan vuestra conversión, no algún interés o beneficio personal. Los ministros han sido apartados para buscar a los perdidos. "Id antes a las ovejas perdidas de Israel". Si los ministros son como era su Maestro, ésta es su gran misión, que salven a algunos por todos los medios. Pero cuando el día de la gracia haya pasado, todos los santos que hasta ahora han tenido algún contacto con vosotros os serán quitados y seréis dejados solos. "Plata desechada los llamarán, porque Dios los desechó" (Jeremías, 6:30).
Nunca más tendrán interés los ángeles en vosotros.
Ellos saben que no será de ningún provecho el continuar teniendo compasión de vosotros. Y seréis arrojados a los tormentos del infierno en presencia de los santos ángeles y del Cordero.
Los redimidos ya dejarán de interesarse por vosotros y no derramarán ninguna lágrima más por vosotros. Contemplarán cómo sois condenados en el juicio pero no dirán ninguna palabra en favor vuestro. Aun viendo como seréis arrojados al fuego eterno, no orarán por vosotros. Verán alzarse el humeante fuego y, sin embargo, cantarán por siglos de siglos su ¡Aleluya!
Los siervos de Dios no buscarán más vuestra salvación. Esa obra habrá dejado de ser su misión. El número de los redimidos estará completo sin vosotros; la mesa del banquete estará completamente llena. Los ministros más bien serán testigos contra vosotros en aquel día.
Aun los mismos demonios vendrán a ser enemigos vuestros. En tanto estáis en la tierra, el demonio os rodea con su séquito; corre a vosotros y os ofrece su amistad y aprecio, pero pronto os arrojará de sí como reprobados. No le seréis agradables; más bien constituiréis parte de su tormento, y porque os odiará os atormentará.
IV. LOS IMPÍOS SERÁN REPROBADOS PARA CONSIGO MISMOS.
La Biblia dice que desearán morir y no podrán; buscarán la muerte y la muerte huirá de ellos. Quizá algunos suicidas cometen ese atentado contra sí mismos porque han empezado a experimentar lo que es el infierno. Tal debía de serla experiencia de Judas: no podría soportarse a sí mismo y se ahorcó, se reprobó a sí mismo; querría apartarse de él mismo. Ése será el sentimiento de las almas perdidas. Tremenda experiencia les será tener que soportarse a sí mismas, desearán que nunca hubiesen nacido. En la tierra, generalmente los no convertidos se hallan muy contentos y satisfechos de sí mismos. Les gusta hacer demostraciones -si públicas mejor- de-sus facultades; la máquina de su vida -piensan- va estupendamente bien, todos sus afectos, gustos y caprichos les son agradables. Con placer vuelven sus mentes a los agradables recuerdos del pasado.¡Cuán diferente será cuando cese el día de la gracia!
El entendimiento será esclarecido y descubrirá la verdadera naturaleza de vuestra miseria. Entonces comprenderéis la santidad, omnipotencia y majestad de Dios. Al mismo tiempo os será clara la visión de vuestra propia y triste condenación y la profundidad de vuestro infierno.
La voluntad os aparecerá en toda su triste condición de enemistad contra Dios. Veréis que vuestra voluntad es completamente contraria a la voluntad de Dios. Comprender claramente cuál es su voluntad y estar en constante rebeldía con ella hará más intolerable vuestro infierno. Os añadirá mayor tormento odiar todo lo que Dios ama y amar todo lo que Él odia.
Vuestra conciencia es el vicegerente de Dios en el alma. Os acusará de todos vuestros pecados. Su misión será una misión de condenación.
Vuestros sentimientos también se hallarán despiertos. "Tengo cinco hermanos", diréis. Los padres terrenales, siendo malos, saben dar buenas cosas a sus hijos. En el infierno amaréis a vuestros familiares, pero ¡qué desesperación os será saber que nada podéis hacer por ellos!
Vuestra memoria será refrescada, se volverá muy clara. Recordará todas las veces que desperdiciasteis los cultos de los domingos, los sermones que hayáis oído, vuestro lugar en la casa de Dios, la cara y voz de vuestro ministro; pasados millones de edades después de que hayan ocurrido estos hechos, los recordaréis como si fuese ayer.
Tendréis conocimiento de que todo ello nunca cesará. El desespero y el crujir de dientes serán eternos. ¡Oh, cómo desearéis no haber nacido nunca! ¡Cómo desearéis desterrar vuestra memoria y la acusadora conciencia! Con toda certeza os será dado conocer que vuestra situación no acabará jamás. Buscaréis la muerte, pero huirá de vosotros. ¡ Eso, eso es estar perdido! ¡Ésa es la eterna destrucción! ¡Eso es ser un reprobado!
LECCIONES:
1. Aprendamos y procuremos de la ansiosa diligencia de Pablo. - La vida del impío acabará siendo reprobada. Ambas cosas están íntimamente ligadas y nadie las podrá separar.
2. El infierno será intolerable. - No he hablado del lago de fuego que nunca se extinguirá. He señalado sólo os males morales del infierno y ellos por sí mismos son intolerables. ¡Oh, quién puede explicar lo que será cuando además de los males ya expuestos se unan los que no nos son dados conocer por el momento! ¡Oh, no continuéis lejos de Cristo ahora! Ahora dice el Señor: "Venid". Pronto, muy pronto dirá: "Apartaos" ; Oh, no resistáis ahora al Espíritu Santo! Ahora el Espíritu Santo contiende con el espíritu del hombre, pero no siempre contenderá. No tardará en apartarse definitivamente de vosotros. ¡ Oh, no desechéis la palabra de los ministros ni los consejos de vuestros amigos del Señor! Ahora ellos sufren por vosotros y por vuestra situación, lloran por vosotros, y por vosotros interceden ante Dios. Pronto quedarán mudos como el sepulcro, o, aun viéndoos perdidos, cantarán ;Aleluya! ¡Oh, no no os mantengáis en una posición de orgullo, ni estéis contentos de vosotros mismos! Pronto os maldeciréis a vosotros mismos y desearéis que nunca hubieseis nacido.
3. El maravilloso amor de Cristo que soportó los horrores del infierno para librar del mismo a los pecadores. -Cristo es el refugio para el día de la manifestación de la ira de Dios. Todo lo que significa ser un reprobado, É1 lo sufrió -él fue "un maldito"-. "Maldito todo aquel que es colgado en un madero". Amén.