La Obra de Dios - Enviar Para Salvar

Por Dr. Bruce McDowell


12 Porque no hay diferencia entre judío y griego,— pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13 "porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo."
14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
16 Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? 17 Así que la fe es por oír, y el oír, por la palabra de Dios. Romanos 10:12-17

La gente se ¿pregunta porqué debemos ir de misioneros a un país tan peligroso como Colombia o Liberia? ¿Podrá Dios salvar a sus elegidos sin que tengas que ir tú ó yo? Sí ciertamente Dios puede hacerlo. Pero Dios no sólo a elegido a aquellos que van a ser salvos, sino también el modo por el cual ellos van a oír el evangelio para su salvación. La forma que Dios usa para atraernos hacia El es por predicar a Jesucristo usando a aquellos que él ha llamado y enviado como sus embajadores llevando el mensaje de reconciliación (2 Co 5:19-20). Nadie viene a la fe en un vacío espiritual. Y nadie se salva fuera de Jesucristo (Hechos 4:12). Por eso Cristo debe ser predicado. No tenemos esa opción sino seguir el llamado de Dios para que su voluntad se cumpla.

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Llamado a las Misiones
En la carta de Pablo a los Romanos, capítulos 9-11, él trata el problema de la incredulidad del Judío. En el capítulo 9 él habla del pasado, de cómo por la providencia divina de Dios, algunos fueron escogidos para salvación, especialmente los Judíos, pero aún entre ellos mismos sólo un remanente se salvaría. De esta manera el plan de elección de Dios se mantendría, demostrando que la salvación no es por trabajos sino por todo aquel que le invoque (9:11-12). Sin embargo, por la incredulidad de Israel el llamado de Dios fue hecho a los Gentiles (9:24-26).

En el capítulo 10 Pablo empieza explicando cómo los Judíos buscaban alcanzar la justificación por su propio esfuerzo observando la ley en lugar de someterse a la justicia que llega por la fe en el trabajo perfecto de Cristo. Luego él continúa defendiendo el factor humano necesarios para entender y confesar el evangelio (8-13), la necesidad de predicarlo (14-15), y el resultado de fe ó la dureza por el mensaje (16-21). En la segunda parte del capítulo Pablo prueba que la incredulidad de los Judíos no es culpa de Dios, sino por la dureza de sus corazones. Dios envió su mensaje a los Judíos, aún por él mismo que era Judío. A pesar de que ellos oyeron y entendieron el mensaje, muchos de ellos rehusaron a creerlo. Eran desobedientes y testarudos. De modo que no tenían excusa. Pero ahora Dios habiendo permitido que los Gentiles escucharan el maravilloso evangelio, ellos creyeron porque "la fe viene por oír el mensaje" (v. 17).

Mirando nuestro tema con relación al libro entero, vemos un llamado maravilloso para la misiones en el mundo. Pablo exhortó a los Romanos a ser la plataforma para su esfuerzo misionero en España. Deseaba que ellos le socorrieran, lo mantuvieran y oraran por su misión "para predicar el evangelio donde Cristo era desconocido" (Ro 15:20-24, 28-30). Esa es también nuestra tarea como iglesia con los ministerios que apoyamos. Nuestra iglesia es la plataforma para traer el evangelio en forma clara a Colombia, una tierra muy atribulado, hundida en guerra civil, cartel de drogas, desempleo, pobreza, crimen y una corrupción en masa. Colombia es uno de los países más violentos del mundo. A pesar de que la Iglesia Católica Romana domina en el país, el evangelio es oscurecido con rituales vacíos, con idolatría, trabajos de penitencia, corrupción, la teología de liberación, y teorías de que uno tiene que pagar para obtener bendiciones espirituales. Algunos de la gente más ilustrada son orientados hacia la Nueva Era hedonista (la ética que estudia el placer en su aspecto moral), el relativismo ultra moderno (la teoría de que los principios morales se dejan a interpretación del individuo), y la filosofía atea. Inclusive las Iglesias Evangélicas, a pesar de su crecimiento rápido, son pobremente enseñadas. Ciertamente hay una necesidad grande para que el evangelio transforme esta nación, a la que se le dio la libertad de predicar abiertamente el evangelio bajo su nueva constitución, sólo hace once años. El impacto del evangelio en Colombia no sólo beneficiará a los colombianos mismos por toda una eternidad, sino al resto del mundo temporalmente, ya que el 75% de la cocaína del mundo se produce aquí. Es más, los colombianos van con la idea de ser misioneros en culturas diferentes, por la cual las naciones puedan venir a adorar al Señor.

Si nos concentramos más en el texto, vemos que Jesucristo y la justificación que él ofrece, son fácilmente accesible a todos, tanto a Judío como a Gentil. "Pues el mismo que es Señor de todos..." Pero en Cristo las diferencias de raza, clase, sexo y cultura no vienen al caso. Porque así como en Adán todos hemos pecado, también así todos seremos vivificados en Cristo si en él hemos confiado (Ro. 5:12-19). Ahora somos uno en Cristo. Sin embargo, esas distinciones entre las razas prevalecen todavía en el mundo. En Colombia existe el rico opulento, el muy pobre, Españoles, Africanos, los Indígenas, los Mestizos, los Judíos y los Árabes. Pero el mismo Señor es Señor de todos ellos. Necesitamos desarrollar estrategias firmes, trabajar con más efectividad y orar para traer el evangelio a los 42 millones de habitantes.

El Señor "bendice grandemente a todo aquel que le invoca...." Las bendiciones de Dios llegan a todos que no solo han recibido el conocimiento intelectual del evangelio sino a los que lo han entendido de corazón al entregar su vida en fe a Jesucristo. "Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo" (vs. 9-10). Entonces las bendiciones que recibimos de Dios vienen a nosotros no solo por asenso a la verdad, pero por entregándonos sinceramente a eso. Vamos a continuar a invocar al Señor, como Él nos ha pedido que hagamos. La fe auténtica se manifiesta en testimonio verdadero por la obra del Espíritu interiormente.

Las bendiciones que tenemos en Cristo son las riquezas inescrutables que recibimos por fe (Efe. 3:8). Ellas incluyen los nueve frutos del Espíritu, la evidencia de que Dios trabaja en nuestras vidas. Esas riquezas también incluyen la esperanza de la vida eterna, y la certeza de la protección, provisión y perseverancia por nosotros para que finalmente seamos salvos de la condenación y muerte eterna. Estas ricas bendiciones son más grandes que cualquier otra riqueza material podrían darnos. Eso lo vemos en los rostros felices de los creyentes pobres en Colombia.

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Invocar en el Señor
Pablo continua su plática del porqué los Judíos no creyeron en el evangelio en respuesta a una objeción que él posiblemente oyó, de que los Judíos no tuvieron la oportunidad de oír y responder al evangelio. El hace esto con una serie de preguntas retóricas, en orden descendiente, de las condiciones necesarias para que una persona invoque a Cristo y se salve. Primero, concerniente al llamado del Señor, Pablo continúa con lo que había postergado anteriormente diciendo: "el Señor bendiga grandemente a todo aquel que le invoque, ‘Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo’" (Ro 10:13); Pablo cita del profeta Joel 2:32, y que más tarde Pedro lo repite en el sermón el día de Pentecostés (Hechos 2:21). Continuando, Pablo pregunta: "¿Cómo pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?"

¿Qué significa pues invocar el nombre del Señor? Esta frase se encuentra por lo menos cuatro veces en la Biblia. Primeramente, encontramos el uso de las palabras culto y reconocimiento del Señor, como en Génesis 4:26 que dice: "entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová." Segundo, invocar el nombre del Señor se puede referir a orar, como cuando Elías estaba en el desafío con los profetas de Baal en el monte Carmelo. El los desafió diciéndoles, "Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová.; y el Dios que respondiere por medio del fuego—ése sea Dios" (1 Re. 18:24). Tercero, invocar el nombre del Señor es alabarlo, término muy usado en los Salmos. "Porque ha inclinado a mí su oído; por tanto le invocaré por el resto de mis días.... Te ofreceré sacrificio de alabanza, e invocaré el nombre de Jehová (Salmo 116:2, 17). Cuarto, en el Nuevo Testamento encontramos frecuentemente que invocar el nombre del Señor significa creer en Dios ó confiar en Jesucristo. Por ejemplo, en 1 Corintios 1:2 Pablo escribe: "A la Iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro." Estos que le invocan es la gente que ha confiado y creído en Jesucristo como su Salvador. De modo que invocar el nombre del Señor consiste en reverenciarle, orarle, alabarle y creer en Cristo.

Sin importar si ahora somos creyentes ó no, cada uno estamos llamados a invocar en el nombre del Señor. Y debemos reverenciar, orar, alabar y confiar en Dios, manifestado en Jesucristo, con todo nuestro corazón. Invocar a Cristo no es solo una aseveración intelectual de la verdad de quién es él, sino de la fe salvadora. El verso 14 hace perfecta la aclaración entre "creer en" Cristo (el término griego es "fe") é "invocar a" Cristo para salvación. Pablo pregunta: ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?" Mucha gente sabe de Cristo y algunos de ellos aún creen en él, como que es el Hijo de Dios y Salvador del mundo. Aún así no son cristianos. Esos no han invocado el nombre de Cristo como su Salvador y Señor personal.

La fe de salvación tiene tres elementos esenciales: 1) entendimiento intelectual del contenido del evangelio; 2) conformidad con ese contenido; 3) confiar y dedicarse a Cristo. "Invocar a" Cristo se refiere al último de los tres elementos.

No es suficiente que asistas a la iglesia normalmente para oír el evangelio. Ni tampoco que seas un estudiante sobresaliente de la Biblia ó de la teología. Todo esto es muy bueno, pero eso no salva a nadie. Para ser un verdadero cristiano uno debe orar invocando al Señor Jesucristo para que lo salve reconociendo que eres pecador que necesitas de su poder salvación por medio de su muerte y resurrección.

Durante nuestra estadía en Bogotá juntos por la primera vez, Noé y yo tuvimos la oportunidad de presentar el evangelio a una par de esposos, Marta y Orlando. En aceptar invitación, ellos asistieron al culto donde Noé predicó el domingo en la mañana y luego del servicio nos acompañaron a un piquete. De camino al asado, nos tomó dos horas en llegar allá pues el tráfico estuvo pesado debido a una campaña política. Durante todo el camino al asado le presentamos el evangelio a esta pareja, repasando toda la Escritura. Al día siguiente ellos pudieron escuchar parte de nuestra conferencia. Por la noche fuimos a cenar con ellos. Le pregunté a Marta, qué opinaba acerca de lo que ella escuchó. Ella dijo que estaba de acuerdo con todo lo que oyó. Luego le pregunté si estaba dispuesta a dedicar su vida al Señor, y ella respondió que sí. Noé también participó de la charla con ella y le preguntó si ella se sentía apta para servir a Cristo sin interesarle lo que le costaría o lo que podría venir más tarde debido a su profesión de fe. Una vez más ella afirmó que "Si." Fue en ese instante, durante la cena, que ella oró invocando el nombre de Cristo y manifestó que le gustaría servir al Señor por el resto de su vida. Esa fue su invocación al Señor para ser salva. Más tarde me dijo que eso era lo que ella había estado buscando durante toda su vida. Ella ha leído mucha historia, sociología y psicología, pero no había podido encontrar con ello el significado en su vida hasta ahora.

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Creer en el Señor
El segundo paso de Pablo en su secuencia de preguntas en el proceso para que la gente venga a la fe de salvación concierne a la creencia en el Señor. Pablo pregunta: "¿Y cómo creerán en aquel de quién no han oído?" Aunque sólo haya dicho que el conocimiento intelectual no es suficiente para ser salvo, no obstante ese es el elemento esencial para venir a la fe de salvación. ¿Cómo tú vas a dedicarte al Señor si no sabes quién es Él, quién eres tú y qué ha hecho Él por ti? Es esencial que entiendas la deidad de Jesucristo, su muerte y resurrección y vuestra condición pecaminosa con necesidad de salvación.

Así como el conocimiento intelectual sin dedicación no es fe verdadera, así tampoco es la dedicación sin entender a lo que estás dedicando; eso no es verdadera fe.

Una vez estuve con un grupo de cristianos en una aldea de la India, donde uno de los pastores americanos dio un mensaje evangélico simple con un traductor, del tema: "Dios te ama y Jesús murió por ti, ¿porqué no le entregas tu vida a Él?" Numerosos hindús del grupo reunido vinieron al frente para orar. Con todo, me preguntaba si ellos sabían a lo que ellos se estaban encomendando. Al no saber el idioma, todo lo que hice fue orar por ellos.

Mucha gente al responder a la invitación del evangelio, al preguntarle acerca de su fe más tarde, no demuestran tener idea de lo que es el evangelio. De modo que entendiendo el contenido del mensaje evangélico es esencial para venir a la fe de salvación. La predicación debe ser clara y concisa. La Cristiandad es una fe basada en objetivos verdaderos y hechos históricos. Como decía el Pastor James Boice: "A menos que los hechos sean proclamados, el mensaje no es Cristiandad. A menos que los hechos sean sobreentendidos y aceptados confiadamente, la fe que resulta no es verdadera fe, prescindiendo de su fuerza."

Orlando, el esposo de Marta, llegó a tener un conocimiento claro de los principios del evangelio. Con todo ello, él no tenía una convicción propia y una fe personal en Cristo. Sin embargo Dios todavía esta trabajando en su vida. Por lo menos me hizo 50 preguntas con referencia a la fe y su relación con la ciencia, los filósofos, la historia y la psicología. Oro para que una vez que las barreras intelectuales hayan sido superadas, él tenga la oportunidad de leer la Biblia por sí mismo, y esté listo para que se encomiende é invoque el nombre del Señor con fe. Viéndolo en mi segunda visita, he dijo que estaba leyendo la Biblia. Al verme otra vez me preguntó sobre la relación entre la fe y las obras. Creo que el ya esta en la vía a la fe, si ya no esta allí.

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Escuchar a Cristo
Examinando parte de la segunda pregunta de Pablo que discutimos arriba, vemos que para que una persona crea en Cristo ella debe oír de él. Nuestra traducción añade erróneamente "de" al pronombre personal "quien," así que la pregunta se lee: "creer en aquel de quien no han oído." Al contrario, debe leer como actualmente dice, "creer en aquel quien no han oído." Esto significa que es Jesucristo mismo el que predica el evangelio. Pablo asegura esto al escribirle a los Efesios (2:17) diciendo: "Y Él [ó sea Jesucristo] vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca." Los que "estaban lejos" son los Gentiles quienes vivieron después de la ascensión de Jesucristo, y los que "estaban cerca" son los Judíos. Aún Jesús enseñaba esto hablando de Él mismo como el buen pastor, al decir: "también tengo otra ovejas que no son de este redil: aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño y un pastor" (Juan 10:16). Notad que las ovejas "escucharán la voz de Jesús." Aquí Jesucristo habló del futuro, de los Gentiles que se habrían de salvar, no al comienzo de su ministerio. Cristo habla por la predicación de su evangelio. El habla por el mensaje del predicador quien correctamente lleva las palabras de Dios. De manera que escuchar el mensaje evangélico es escuchar a Cristo. A pesar de que Cristo habla personalmente el mensaje al oyente para traer a aquel ó a aquella a la fe, no hace eso dejando a un lado las verdades de las Escrituras. Ello no es una experiencia subjetiva, sino basada en las verdades y en los hechos de historia bíblica.

Por esa razón necesitamos que haya pastores bien preparados para que enseñen y prediquen adecuadamente la Palabra de Dios. Para hablar de Cristo ante un grupo y traerlos a la fe, a la convicción y dedicación, los pastores necesitan predicar la palabra pura de Dios con veracidad. Demasiado de la predicación de hoy día se basa en hechos del momento, en cuentos que tocan el corazón, en filosofía, sociología y psicología, en lugar de ser en la Palabra de Dios. Para eso nuestra iglesia ha invertido mucho creando un seminario que enseñe el entendimiento del evangelio de la Reforma, en terreno firme basado en la autoridad de las Escrituras. Tanto los colombianos como el resto del mundo, necesitamos oír a Cristo hablando por medio de su palabra predicado.

Oír a Cristo por medio de una predicación es escuchar un mensaje que se concentra en el Cristo crucificado. Pablo dice: "no me envió Cristo a bautizar sino a predicar el evangelio—no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios" (1 Co 1:17-18). "Porque los Judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría, pero nosotros predicamos a Cristo crucificado..." (1 Co 1:22-23). Y continúa diciendo: "pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado" (1 Co 2:2). Cuando éste sea nuestro mensaje, nuestra audiencia escuchará a Cristo.

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Predicar a Cristo
Pablo continúa su serie de temas asociados al preguntar, "¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?" Este es una gran súplica para las misiones. Para que alguno oiga de Cristo él debe oír que prediquen sobre Cristo. La predicación de voz alta fue importante en épocas cuando poca gente era instruida. Esto no excluye diseminar el evangelio por otros medios, como por panfletos, videos ó el Internet. Sin embargo parece que hay bendiciones especiales para encaminar a la gente a la fe en verbalizar el evangelio, especialmente por la predicación. A través del sermón Dios habla y trabaja por medio de su palabra para traer un cambio en la vida de los oyentes. Como Pablo dice a los Corintios, "Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación" (1 Co 1:21). Es imposible que alguien se cree si nadie predique el evangelio a el por alguna manera.

Invitando a tus amigos, conocidos y vecinos a que escuchen la predicación del evangelio cada semana en una iglesia donde fielmente predican la Biblia tendrá mucho efecto en sus vidas, especialmente si oras por ellos también. Si tu escucha el evangelio que se predica fielmente semana tras semana, tu vida misma se transformará hasta llegar a ser una persona que vivas por fe. Aún los cristianos necesitamos el evangelio de continuo para renovar y fortalecernos espiritualmente.
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Enviar Predicadores
La secuencia de preguntas de Pablo termina con: "¿Y cómo predicarán si no fueran enviados?" Para que la gente crea é invoque a Cristo para ser salvo, los predicadores y testigos laicos tienen que ser enviados a ellos.

¿Quién es el que los envía? Es Dios quien lo hace. Dios llama a una persona para que sea su embajador y lleve las buenas nuevas. Como nos enseñó el mismo Jesucristo: "Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies" (Mateo 9:38). Sólo cuando el obrero ha sido enviado por el Señor de la mies, él será bendecido y verá la gente salva por el mensaje de Cristo. Sería una contradicción de términos si un embajador se postula por sí mismo.

Sin embargo Dios trabaja para confirmar su llamado a través de la Iglesia. El Espíritu Santo habló por medio de los líderes de la iglesia en Antioquia para confirmar y comisionar a Pablo y Barnabás como misioneros. Cada iglesia debía orar, preparar y entrenar a la gente que Dios llamó para ir y predicar el evangelio. Esto es lo que hemos estado haciendo de manera especial en los años pasados en nuestra iglesia. Como resultado, cada año tenemos más y más gente que va por cortos períodos ó como misioneros de profesión o así como al pastoreado ministerial. Si la gente que nunca escuchó el evangelio, va a oírlo, la iglesia debe orar, mirar sus finanzas y enviar a aquellos a quienes Dios ha llamado para ser sus embajadores.

El alcance de una misión sólida es obligatorio para una iglesia que obedece la gran comisión de Cristo. El resultado de esto es dar generosamente para las misiones. La norma de dádiva del cristiano en América demuestra la falta de visión y lealtad que la mayoría tienen, principalmente por la falta de oír la predicación firme de Cristo. Del 2% de la limosna que uno da de su salario para todas las obras Cristianas, 99.9% de ello provee para nuestras propias iglesias é instituciones. El resto del 0.1% va para las obras cristianas en el extranjero. Y el 0.09% va para aquellos que han escuchado el evangelio pero que no se han convertido todavía, y sólo el 0.01% va para aquellos que nunca han oído el evangelio. No es extraño que todavía haya 10,000 tribus, culturas y masas de gentes que nunca han oído la Palabra de Dios.

Pablo concluye su debate por la misiones citando a Isaías 52:7 (cf. Nahum 1:15), "Como está escrito, ‘¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas!’" Esta cita es una indirecta a aquellos que pregonaron a los despatriados en Babilonia, las buenas nuevas de su liberación inminente de su cautiverio. Ese cautiverio fue un tipo de prisionero por el pecado que cada uno tenemos. En los tiempos antiguos un mensajero corriendo, traía las noticias a su ciudad de las victorias de su ejército en la batalla. En forma semejante, las buenas nuevas proclamada por los predicadores del evangelio son las de que hemos sido librados de la esclavitud del pecado por el sacrificio de Jesucristo. El predicar este mensaje es un privilegio de gran honor, porque es hablar como el que proclama la Palabra pura de Cristo. Como dice Pablo a los Corintios: "Así que somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros" (2 Co 5:20). Esto es lo que hace hermosos los pies del que trae buenas nuevas. No es su hermosura exterior, sino la hermosura del mensaje gozoso de salvación que ellos traen. Como padre anciano de la iglesia Origin explica, "Solo aquellos pies que caminan en el camino de vida pueden hacer esta afirmación. Siendo que Cristo dijo que Él es el camino, debes entender que son los pies de los evangelistas que caminan conforme a ese camino que merecen a ser llamado hermoso."

Juan Stott resume la lógica del caso de Pablo para las misiones evangelísticas expresando cada punto negativamente, y cada punto dependiente del siguiente.

De este modo, a menos que alguna gente fuese comisionada para la tarea, no habría predicadores evangélicos; a menos que el evangelio sea predicado, los pecadores no oirán ni el mensaje ni la voz de Jesucristo; a menos que ellos le oigan, ellos no creerán la verdad de su muerte y resurrección; a menos que ellos crean estas verdades, ellos no le invocarán; y a menos que ellos invoquen su nombre, ellos no serán salvos.

Aquí vemos la necesidad irrefutable de preparar y mandar a evangelistas con el mensaje del evangelio. No solo nuestras iglesias nos enviaron a Colombia, sino que por medio de la obra del misión a Colombia, muchos otros han ido a predicar el evangelio. Sólo hace tres años comenzó un nuevo seminario Reformista en Barranquilla, que enseña de las fuentes de autoridad de las Escrituras. Muchos estudiantes se han graduado bajo programas rápidos y están completado su año de entrenamiento practico. Ellos fundarán nuevas iglesias. Nuevas clases se están organizando en entrenamiento teológico. Pudimos ayudar en la planificación del seminario y ahora vemos cómo el Señor lo ha bendecido grandemente expandiéndolo en varias ciudades de Colombia, como en Bogotá, Barranquilla, Santa Marta, Villavicencio y Medellín. Providencialmente hay un gran deseo por un buen entrenamiento bíblico en este país. Muchos pastores no tienen entrenamiento teológico formal. Hay gran necesidad por una buena biblioteca de teología para ayudar a estos estudiantes, a quienes hemos traído una ayuda. Además de eso, el entrenamiento teológico ya comenzó en varios niveles educacionales en que líderes de varias denominaciones están siendo expuestos a la fe Reformada. Un Instituto Bíblico fue comenzado para aquellos sin bachillerato y programas de maestría y doctorado son disponibles por medio del seminario.

Nos satisface ver que la nueva denominación tiene una visión firme para fundar nuevas iglesias. El crear iglesias se ve que es el medio más efectivo para evangelizar a una comunidad. Hasta hace un par de años sólo había menos que un puñado de pastores é iglesias Evangélicas Reformistas en Bogotá. La mayoría de los misioneros ya se fueron de Colombia. Pero ahora una nueva denominación se ha formado con un interés creciente de aquellos que oyeron de la fe Reformada. Hace dos años comenzó la primera asamblea eclesiástica de los presbiterianos. El año pasado asistimos al segundo en Barranquilla, el cual incluyó el examinación de los ancianos gobernantes en la iglesia. Tuve el privilegio de participar en la ordenación de un anciano gobernante, y en la organización de la Iglesia Reformada La Roca en Barranquilla como la segunda iglesia particular de la nueva denominación. Hoy día hay varias iglesias misioneras en varias ciudades. Además, otras iglesias ya establecidas tienen el deseo de unirse al movimiento. Dios está levantando una ola de predicadores nativos para llevar el evangelio a través de Colombia.

Se puede decir, que por medio de nuestro esfuerzo misionero juntos estamos formando predicadores para que proclamen a Cristo de modo que todo la gente puedan tener oportunidad a venir a la fe de salvación en Cristo. "Así que la fe es por oír, y el oír, por la palabra de Dios" (v. 17). El Espíritu aplica la palabra de Cristo a los corazones de los oyentes y les da el regalo de fe para creerlo (Efe 2:8). En oír las Santas Escrituras venimos a la convicción de que son de Dios, la enseñanza del Espíritu Santo. Aunque algunos hoy día, como los Judíos del día de Jesús y Pablo (Mar 8:11-12; 1 Co 1:22), siempre están buscando a un señal milagrosa, es por oyendo a Cristo predicado en que ellos creerán. Esta es la manera que Dios ordenó para llamar a su gente de cada raza, tribu, idioma, y clan para que le adoren. Algún día veremos a estos hermanos y hermanas alrededor del grandioso trono de Dios. Qué glorioso cuadro será. Y pensar que Dios escogió usarte a ti y a mí como parte de su plan para hacer eso posible.

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