EL ARTISTA CRISTIANO Y
LA IGLESIA
Por Rev Carlos A. Mena C.
Los Andes - Chile
Agosto de 2006 2
INDICE
INTRODUCCIÓN

I. DESARROLLÁNDOSE EN LA IGLESIA LOCAL……………7

II. SIRVIENDO AL SEÑOR…………………………………...…10

III. ENCARNANDO LA PALABRA DE DIOS…………………...13

CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA 3
INTRODUCCIÓN
Con ocasión de haber recibido una familia de artistas en nuestra iglesia surge este ensayo. Además de encontrar una cierta similitud con la experiencia que hace el pastor Craig Pitman, en un artículo que ha titulado “El artista cristiano en el ministerio” Este artículo se encuentra el sitio web http://www.contra-mundum.org/castellano/pitman/Art_Xno.pdf
En realidad, este ensayo busca darle más fuerza a lo que Craig Pitman dice en su artículo, el cual lo encuentro muy atingente con la realidad que vivimos aquí en Chile, y creo también en toda Latinoamérica, respecto a los artistas cristianos y su espacio en la Iglesia Local, que es lo que expondré en estas páginas. Por ello, gran parte de este ensayo está basado en su trabajo. Entremos en materia entones.
Comento una ilustración que puede sucederle a cualquier pastor. Un día me llaman por teléfono para preguntarme por los servicios y horarios de nuestra iglesia. Quién llamaba era el padre de la familia, la que estaría el Domingo siguiente en la Escuela Dominical. 4
Ese día le dimos la bienvenida y les pedimos que pasaran adelante para presentarse y así le conociera toda la congregación. El padre se presenta y a la vez dice su oficio y el de sus miembros familiares. Que sorpresa me lleve cuando escuche a Juan Carreño, el padre, decir que a su esposa e hija le gustaban el baile folclórico chileno, su hijo mayor era escultor, su hijo menor era músico, y él era un escritor y pintor. Y el deseo de todos ellos era servir a Dios con sus dones.
Después de conversar con ellos y expresarles la alegría de recibirlos, vino a mí la pregunta ¿dónde los ubicamos dentro de la iglesia para que desarrollen sus dones y cómo se edificaría esta? Teníamos un plan de trabajo ya elaborado para cuatro años, y dentro de este no había espacio para el desarrollo artístico. Hubo que implementar un “Departamento de Expresión Artística” para suplir esta necesidad. La sorpresa mayor fue que, así como esta familia, habían más hermanos de nuestra congregación que se incorporaron a este departamento para desarrollar sus dones artísticos al servicio del Señor.
¿Hay espacio en la vida de la Iglesia Local para el desarrollo del cristiano artista y su arte? ¿Cómo puede el liderazgo proveer un ambiente de cuidado y orientación para los artistas, y cómo pueden los artistas encontrar su nicho en la comunión de los santos? Estas serán 5
las preguntas que responderé en este ensayo. Como Iglesia Local y denominacional, en este caso como Iglesia Presbiteriana Nacional de Chile, creo que no hemos cuidado a nuestros artistas. No hemos desarrollado una cosmovisión apropiada sobre las artes, con el triste resultado de perder a muchos jóvenes artistas, que al no ser considerados dentro de los planes de trabajo en la vida de la iglesia, encontraron su nicho fuera de esta.
Nuestro mandato es poner todas las áreas de la vida bajo la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo. Asumiendo que este mandamiento es verdadero, la pregunta entonces no es si la iglesia debiese tratar el tema de las artes, sino cómo emprender su implementación de manera práctica.
Hay una opinión atinada que viene a lo que he dicho hasta ahora, y es la que nos comparte el pastor Craig Pitman, él nos dice que “históricamente, parece haber un paralelo entre el incremento de la influencia del Evangelio en una cultura y el incremento de su influencia en las artes. En el siglo veinte la iglesia había abdicado a las artes, ya sea por un antagonismo evidente o por una indiferencia encallecida. Si se le ha prestado alguna atención a las disciplinas artísticas por parte de 6
la Iglesia, ha sido ya sea en la forma de una “copia” mediocre impulsada por el mercado por un lado, o por un elitismo vanguardista por el otro.”1
Parece ser que un gran problema que enfrenta la Iglesia hoy día ante el tema de las artes, tiene que ver con la percepción que tiene de esta misma. La visión que hay de las artes es diferente a como se considera a las otras vocaciones. Es así que muchos artistas no son respetados en su oficio. Que el artista se gane la vida por medio de su arte no es la opinión “normal”, más bien se le aconseja a buscar un trabajo rentable y seguro, ya que su arte sólo se ve como un pasa tiempo.
Podemos ver que los resultados de este abandono de apoyo y estímulo por parte de la Iglesia han sido trágicos. Esto se ejemplifica mejor en la vida de Vicente Van Gogh. Preparado para el ministerio Reformado Holandés, Van Gogh descubrió muy pronto que simplemente no era “material pastoral.” Deseaba servir a Cristo con sus dones pero la iglesia no tenía lugar para él y no le aceptaría con sus idiosincrasias artísticas. En lugar de aceptarle, discipularle y alimentarle, simplemente le catalogaron como extraño y lo hicieron a un lado. 2
1 Craig Pitman, El artista cristiano en el ministerio (Artículo citado de http://www.contra-mundum.org/castellano/pitman/Art_Xno.pdf
2 Ibid.  7
Es un atentado contra la integridad y dignidad del hombre, como a la creación toda, despreciar las virtudes que Dios ha puesto en sus criaturas racionales. Nuestra Iglesia ha desperdiciado y ha perdido grandes valores del arte por falta de una cosmovisión bíblica apropiada. Quiera Dios hacernos recapacitar y corregir este mal. Retomemos, entonces, la propuesta de este trabajo que tiene que ver con que la iglesia le de el espacio adecuado al artista cristiano para servir al Señor. ¿Cómo puede un artista Cristiano encontrar un lugar en la iglesia local? 8
3 William Edgar, Razoes do coracao (Brasilia: Refugio, 2000), p. 64
4 Ibid.: 65
CAPITULO I
DESARROLLANDOSE EN LA IGLESIA LOCAL
En uno de los módulos del curso de maestría que estoy estudiando aquí en Chile, específicamente en “Apologética Reformada”, se nos ha pedido leer el texto, en portugués,”Razoes do Coracao” de William Edgar. En el capítulo cinco “Uma rica paleta” trata sobre cuatro puntos para hacer una apologética grata. El último punto lo denomina “plausibilidade” (Plausibilidad) y lo define como “algo que es confirmado, o tornado evidente y concreto”.3 Es así que se establecen “estructuras de plausibilidad”, es decir, el conocimiento no ocurre en lo abstracto, más bien tiene sus raíces en determinados ambientes sociales. Por ello, ciertas estructuras e instituciones sociales se tornan más creíbles en determinadas ideas. A modo de ejemplo, el marxismo es más fácil de aceptar en ciudades industrializadas que en los barrios ricos, los patines de hielo se venden más en Canadá que en Chile. Se concluye, entonces, que la fe cristiana es más plausible donde la Iglesia es más fuerte que débil.4 9
Cuando los artistas Cristianos no se interesan en desarrollar su don en la Iglesia Local y parten a buscar desarrollar sus carreras en las grandes ciudades, o donde sea que se congregue la élite de su disciplina particular, privan a su Iglesia de su influencia. Así, la Iglesia se debilita, y la “plausibilidad” de la fe pierde su influencia en esta área. Una cosmovisión cristiana apropiada por parte de la Iglesia en su conjunto y de los mismos artistas cristianos, es fundamental para una eficiente “estructura de plausibilidad”
Pero también, por otra parte, el artista que se distancia de su iglesia y su comunidad de apoyo, por débil que sea, buscando respaldo económico, caerá en la vorágine de la élite que invertirá dinero solo en aquellos que tengan la seguridad de producir espléndidas devoluciones a sus dineros invertidos. Las escuelas artísticas tienen una gran lista de aquellos que esperan realizar sus sueños de artistas, en tanto la Iglesia Local y la comunidad que le respaldo en un inicio, se encuentran sin expresiones artísticas porque sus artistas se han desplegado a lo que consideran ellos, sus pastos más verdes y nutritivos para sus metas. En palabras del pastor Craig Pitman, “esta actitud no habla bien de aquellos que son llamados a servir antes que a ser servidos. Ahora, si el Señor en Su providencia amplía la esfera de influencia de un artista, gloria a Dios que hace que Su pueblo alcance la prominencia. Pero nótese que el 10
5 Craig Pitman, Ibid.
deseo fundamental de un artista cristiano no es ser una estrella, sino servir con fidelidad. Un artista Cristiano puede que alcance el estrellato fuera de su comunidad, pero es dentro de la comunidad local que el servicio fiel, eficiente y efectivo al cuerpo de Cristo será mejor logrado.”5
Tenemos el ejemplo de dos artistas cristianos de renombre universal y que la historia jamás olvidará, por ejemplo, J. S. Bach, y Rembrandt. En ellos no estaba la idea de la fama o el reconocimiento de su genio, más bien entregaron sus vidas al arte de una forma notable en el lugar donde Dios los había puesto. Y como se lee en la historia, no alcanzaron su fama sino hasta muchos años después de su muerte. Realmente, eran verdaderos artistas cristianos, y no tan solo por la excelencia y belleza de sus trabajos, sino también por la cosmovisión cristiana con la que llevaron sus respectivos oficios. Por lo tanto, siguiendo el pensamiento del pastor Craig Pitmon, en la cita anterior, el primer curso de acción para el artista cristiano que desea encontrar un lugar en su iglesia es enfocar y dedicar sus energías artísticas en su iglesia y en su comunidad local. Y a la vez, que la Iglesia, como la comunidad, le den el espacio y respaldo necesario para desarrollar su 11
6 Catecismo Menor de Westminster, P 1 (Mexico, El Faro)
arte. La “plausibilidad” artística se dará, entonces donde hay un más fuerte apoyo a esta expresión.
CAPITULO II
SIRVIENDO AL SEÑOR
De una forma clara y precisa, el Apóstol Pablo, con el siguiente pasaje, nos exhorta a hacer nuestro trabajo con entusiasmo al servicio del Señor, “Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor.”(Colosenses 3:23 NVI)
El gran ejemplo de servicio lo encontramos en el mismo Jesús, quien nos dice que él no ha venido a que lo sirvan, sino a servir. Este es el ejemplo que debemos seguir todos los cristianos (Mt. 20:28; Mr. 10:45; 1 Pe. 5:2) En verdad, toda nuestra vida debe estar al servicio de Dios. Recordemos, como lo estable en Catecismo Menor de Fe de Westminster, que “el fin principal del hombre, es glorificar a Dios y gozar de él para siempre”6 12
7 Craig Pitman, Ibid.
El motivo detrás de nuestro trabajo debiese ser la gloria de Dios a través del servir, no atraer las sensibilidades de nuestra audiencia ni impresionarles con nuestra destreza. En el tiempo de la Reforma protestante, los artistas cristianos “tuvieron el impacto más grande sobre la cultura haciendo accesible su arte para la gente común. Estos artistas, con un corazón de siervo, se bajaron de sus torres de marfil y se conectaron con la población, y como resultado, el arte Cristiano floreció. No escuchamos muchos acerca de los artistas Cristianos modernos vanguardistas principalmente debido a que han sucumbido a la visión anti-Cristiana del artista bohemio en lugar de enfocar su oficio como un siervo-artista.”7
Lamentablemente, los mismos artistas crean una imagen equivocada de su vocación. A modo de ejemplo, un joven dice que tiene una fuerte inclinación a las artes, pero cree que esta inclinación no es lo que debe seguir, se confunde y piensa que llevará una vida bohemia y eso no corresponde a un cristiano, se atormenta porque el oficio al que tiene inclinación le consume pero no es el correcto para su familia y su estabilidad económica, y tampoco la forma la mejor de servir al Señor. 13
Esta no debe ser la escena de un artista cristiano. El oficio es la obra manual, algo así como una ofrenda de adoración que presentamos a Dios, de quien hemos recibido su imagen y semejanza. Por ello, la faculta de crear es parte de la naturaleza humana. El oficio nos lleva a expresar esta condición creadora que viene de nuestro Creador, para nuestro deleite y para el servicio de nuestro Señor, que es lo que corresponde. No hay que perder de vista que los dones son dados por Dios para edificar la Iglesia. El artista cristiano es dotado para servir. Por lo tanto, la facultad artística, que está en todos los seres humanos expresada en las más variadas formas, no es malo y no está equivocado. El problema es que la facultad artística ha perdido su orientación, es decir, por causa del pecado, perdió su rumbo. Pero gracias a la venida del Gran Artista, el carpintero Jesús, el gran Maestro de la oratoria, el Creador, el Restaurador es que podemos corregir nuestro rumbo y así la facultad artística encuentre su camino correcto, que no es otro que servir y glorificar a Dios y gozar de él para siempre.
En resumen, el artista cristiano debe ejercitar su creatividad en la excelencia, compartir sus dones con su comunidad, y sobretodo ser un siervo con su oficio. De esta forma logrará, como dice Craig Pitman, un nicho para sus dones en su Iglesia. 14
CAPITULO III
ENCARNANDO LA PALABRA DE DIOS
El artista cristiano, como todo creyente, debe estar bajo la jefatura y señorío de Cristo (Efesios 1:9, 10). El arte puede ser usado de una manera simbólica (Números 21:8). El arte responde al deseo que Dios dio al hombre de buscar la belleza (Éxodo 28:40b). El arte puede ser una vocación dada por Dios (Éxodo 35:30, 33). El arte no debe ser adorado o convertirse en el objeto de nuestro servicio (Romanos 1:25)
El artista cristiano que glorifica al Señor debe hacerlo con excelencia. Y en la búsqueda de esa excelencia, y bajo la guía del Espíritu Santo y la Palabra de Dios, la Iglesia Local puede emplear a artistas y comunicadores no cristianos, en la producción de alguna obra producida bajo la autoridad de Jesucristo, cuando no los haya dentro de su congregación. Esto con el propósito de que la Iglesia como cuerpo 15
sea agente que promocione el arte en medio de su comunidad. Ella, allí debe encarnar la cosmovisión bíblica.
Los artistas cristianos, como todo creyente, tienen la obligación de “decir la verdad en amor” (Efesios 4:15). Deben ser buscadores, presentadores y seguidores de Aquel que es la Verdad. Han de ser virtuosos, honestos, amables, creativos, humildes y diligentes. Deben
aprender el lenguaje y la gramática de cada uno de los medios con el propósito de comunicarse bien. Esto tiene que ver con el arte en las comunicaciones, y creo que es allí donde se debe reflejar mejor la cosmovisión bíblica, como expresión artística.
Además, en la medida de lo posible, los Cristianos pueden usar todas las herramientas y recursos disponibles para cada género y medio tales como: el drama, la alegoría, el simbolismo, la metáfora, la comedia, la fantasía, el mito, el color, la forma y el ritmo. Todo esto con el propósito de comunicar o resaltar las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pe. 2:9)
Los cristianos en el arte y las comunicaciones, como en cualquier otra expresión artística, tales como la televisión, los libros, las publicaciones periódicas, la danza, la música, etc., han de estar “en el 16
8 Theodore Baehr, et. al., La cosmovisión cristiana de las artes y la comunicación (Material fotocopiado)
mundo pero no ser del mundo.” Han de ser embajadores del Reino de Dios, llenos con el Espíritu de Dios, ser “la sal de la tierra” y “la luz del mundo” (Mateo 5:13, 14) Para ello, el artista cristiano debe encarnar en su vida la Palabra de Dios.
Pero también, los cristianos deben reconocer que los no-cristianos, quienes tienen la imagen de Dios en ellos, pueden producir obras que afirman la creación de Dios. Asimismo los cristianos debiesen pronunciarse cuando aquellos que se hallan en las artes caigan en el error, sean injustos o irreverentes. La base de su crítica debe ser la Verdad y no si alguna obra refleja de manera favorable o desfavorable a los cristianos.8 17
9 Ibid.
CONCLUSIÓN
Nos dice el texto bíblico que “En el principio creó Dios” y “En el principio era el Verbo.” (Ge. 1:1; Jn. 1:1) Dios es el Autor de la creación y la comunicación. Como Creador y Comunicador supremo, Él es la fuente del arte y la comunicación. Dios ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra a Su Hijo Jesucristo. Dado que Jesucristo ostenta el señorío sobre todas las áreas de la vida, los cristianos deben rendir todas las artes a Su autoridad.9
El arte es parte del orden creado por Dios. No podemos catalogarlo como oficios cristianos, o no-cristianos. Sin embargo, pueden usarse para bien o para mal. Las artes, sea que comuniquen o no, son expresiones de la creatividad de Dios manifiesta por medio del hombre. El hombre, creado a la imagen de Dios, tiene la capacidad de crear y comunicarse. 18
10 Ibid.
Por lo tanto, toda tarea artística involucra más que destrezas técnicas. Su propósito principal es glorificar a Dios. Para lograr esto, las artes, en su totalidad deben ser llevadas cautivas a la forma de pensar de Cristo. Cristo es el estándar de la excelencia.10 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” (Colosenses 3:23).
En la estructura de esta excelencia, el arte debe reflejar la más alta calidad posible de trabajo creativo dependiendo de los recursos disponibles. Dado que todas las habilidades son dadas por Dios, podemos alcanzar la excelencia cuando la sometemos al señorío de Jesucristo y a la guía del Espíritu Santo. Esta guía viene de la comunicación con Dios a través de la oración, el estudio de la Palabra y otras disciplinas bíblicas vitales. Y para su logro y alcance, el artista cristiano debe desarrollar su arte, partiendo primero por su Iglesia Local, en son de servir y glorificar a Dios haciendo de su vida un testimonio vivo y con una cosmovisión cristiana correcta.
Por último, el arte tiene una gran influencia sobre la sociedad. La puede conmover o impactar con la realidad humana. Por ello, el oficio del arte debe considerarse como una 19
vocación digna. Es así, que los cristianos artistas deben discernir y desarrollar aquellos talentos dados por Dios y ponerlos a disposición de su servicio. Es allí, donde la Iglesia Local debe brindar el apoyo y espacio para el desarrollo y perfección de estos dones. La Iglesia debe generar espacios y apoyo a las artes en el buen sentido de la palabra, y a la vez, el cristiano que es artista, debe entender que su nicho artístico está primero en su Iglesia y su comunidad. De allí, debe ir con su arte y junto a su Iglesia, a ser la sal y la luz del mundo. Ambos se necesitan para esta tarea, la Iglesia al artista y el artista a la Iglesia. 20
BIBLIOGRAFIA
1. Baehr, Theodore, et. al., La cosmovisión cristiana de las artes y la comunicación (Material fotocopiado)
2. Catecismo Menor de Westminster (Mexico, El Faro)
3. Cruz, Antonio, Postmodernidad. Barcelona: CLIE, 1996.
4. Donner, Theo, Fe y fragmaneto: hacia una cosmovisión cristiana. Barcelona:CLIE, 2004.
5. Edgar, William, Razoes do coracao. Brasilia: Refugio, 2000.
6. Pitman, Craig El artista cristiano en el ministerio (Artículo citado de http://www.contra-mundum.org/castellano/pitman/Art_Xno.pdf
7. Ramsay, Richard, Integridad intelectual. Barcelona: CLIE, 2006.

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