La necesidad del estudio de las Escrituras

por

Alexander Mercado Collante


Texto: Hebreos 1: 1-3.
Tema: La necesidad de escuchar la voz de Dios.
Propósito: Demostrar por la Escritura que es necesario para la salud y el crecimiento espiritual atender con diligencia la voz del Señor todopoderoso.

Introducción: Estamos en una época en donde el mundo ha hecho que la verdad luzca cada vez más nublada. Aún la Iglesia se ha dejado influenciar por estas ideas perturbadoras, que intentan hacer relativos aún los asuntos de vida o muerte, sin embargo, la Biblia muestra la verdad de manera absoluta, pues el Señor es absoluto en sus mandatos, palabras y dichos. Es por eso que tenemos cada día la necesidad de escuchar la voz de Dios, pero esto sólo es posible estudiando con detenimiento su Palabra. Leamos la carta a los Hebreos 1: 1-3.

Preposición: En el texto que acabamos de leer, se establece de forma progresiva y definitiva, que Dios ha hablado muchas veces y de muchas maneras, inicialmente lo hizo a través de los profetas a un grupo particular de personas que en su mayoría eran miembros de la nación de Israel; en el texto se les llama los padres o antepasados, pero luego, la intensidad de la revelación aumentó de forma dramática, al haberse pronunciado a través del Hijo eterno, a quien constituyó heredero de todo, y por lo tanto con mayor autoridad para entregar a los hombres la santa Palabra, pero esta vez la proclamación dirigida a gente de muchas naciones sobre la tierra.

Este pasaje también nos permite inferir por lo menos cuatro (4) cosas de vital importancia por las que necesitamos esforzarnos por entender la voz de Dios. En primer lugar por el hecho mismo de que Dios ha hablado, en segundo lugar que lo haya hecho muchas veces; tercero, que lo haya hecho de muchas maneras a pesar de utilizar medios imperfectos como lo fueron los profetas del Antiguo Testamento, y cuarto porque finalmente lo hizo por el Hijo, quien es la imagen misma de Dios, ya que es Dios eterno y bendito por los siglos de los siglos.

Oración de transición: Nuestra exposición de hoy tratará sobre cada uno de estos cuatro aspectos que previamente señalamos, aunque los cuatro forman una idea repetida pero creciente que puede enunciarse de forma simple y resumida en la siguiente sentencia: Dios ha hablado.

I.Dios ha hablado

Cuando se nos pregunta a los cristianos en general, cuál es la razón por la que leemos la Biblia todos los días, la respuesta de casi todos los creyentes es parecida, sin embargo cuando el hombre de Dios es un ministro del evangelio puede presentar razones adicionales para escudriñar la Palabra.

a.Cuando el creyente no es ministro de la Palabra

La mayoría responde que la Biblia es nuestro alimento espiritual diario, el sustento del alma que requiere escuchar la voz de su Salvador, y todo esto es verdad y por lo tanto, es la causa fundamental por la que los hijos del Altísimo debemos escudriñar las Escrituras, Jesucristo lo expresó diciendo: “escudriñad las Escrituras porque a vosotros os parece que en ella tenéis la vida eterna y ellas son las que dan testimonio de mí.” (Juan 5:39). Esto es conocido entre estudiantes de las Escrituras como la preparación remota. Empero, esta no es la única razón y el motivo depende también de las responsabilidades que el Señor le ha dado a los creyentes, por ejemplo…

b.Cuando el creyente es ministro de la Palabra.

Ese pequeño número de ministros del Señor, también tienen una segunda motivación para escudriñar la Biblia, se trata de que al Dios todopoderoso le ha placido utilizar a sus obreros para transmitir el mensaje de consuelo, edificación y consolación a quienes hacen parte del pueblo santo, o a quienes serán llamados a formar parte de él, y es aquí, cuando el esclavo de Cristo no puede ahorrar ningún esfuerzo en su preparación teológica, muchos dirán: ¡Oh no, ahora viene el comercial del Seminario en Colombia!, no ahora viene la exhortación a que estudiemos con aplicación las verdades de Dios por el simple hecho de que es Él quien ha hablado.

El enunciado tan sencillo de este primer punto debería ser suficiente para que cada día fuéramos diligentes en la investigación cuidadosa de la Biblia, porque es la voz de Dios. El hecho de que la Palabra de Dios esté aquí entre nosotros, disponible en casi todo el mundo, debería incentivarnos a tratar de conocer mejor al Señor a quien servimos, y sobre todo, cuando sabemos que tenemos en nuestro corazón los motivos correctos; es decir, el amor a Dios, darle gloria a Él con nuestras vidas, y ser sus colaboradores en la extensión del reino ganando almas y edificando a quienes forman ya parte de la iglesia invisible.

Cuando digo que en nuestros corazones tenemos los motivos adecuados, es porque me opongo a las razones impías heredadas de la teología liberal y aún de la filosofía, debido a que  este tipo de personas no tienen el deseo del corazón que arde ante la Palabra del Dios que la ha revelado, sino que por el contrario hay en ellos, una especie de curiosidad perversa de conocer más y más la Biblia, para así intentar probar las ideas preconcebidas en las mentes apóstatas de que todo lo que el Señor ha dicho es mentira o por lo menos no es como debería ser entendido. No sobra advertir que el conocimiento obtenido de esta forma, aunque sea tomado de la Palabra verdad, no conduce al cielo, y por el contrario lleva a quien proclama esta falsa convicción y a los que le escuchan a la muerte espiritual.

Pero el texto no dice sólo que Dios ha hablado, con todas las implicaciones que ya hemos mencionado, sino que también nos indica la abundancia de esas palabras…  

II.Dios ha hablado muchas veces

Podemos también mencionar de esta primera frase, la cual podría traducirse de manera un poco más exacta del texto griego diciendo que: “Dios ha hablado o habiendo hablado en muchos fragmentos…” (Polumerós). Es decir “el redactor de la epístola pone de relieve la diversidad de porciones que, bajo el epígrafe común de <<Debar Yahweh>> <<Palabra de Yahweh>>>, se iban acumulando a lo largo de los siglos del A.T., cuando Dios hablaba…por boca de los profetas, de forma que el depósito de la revelación iba creciendo no sólo en claridad, sino también en contenido.”  

Sobre esta abundancia de la Palabra de Dios Spurgeon decía, que la Biblia es como un jardín inagotable donde hay toda clase de flores, y nosotros desearíamos predicar de uno y otro lugar, estoy siendo inexacto en la cita; mas no en la idea, pues es un hecho ciertísimo, que la Palabra del Señor no tiene límites en su extensión, no me refiero a lo físico, ya que la Escritura sólo cuenta con 66 libros, que a su vez se dividen en 1.189 capítulos y 31.103 versículos; sino a las multiformes e incontables aplicaciones, y respuestas oportunas y claras para cada creyente en particular, eso es subjetivo, tal vez místico, pero debemos decir, que estos dos sentidos en que aplicamos la Palabra, son fáciles de sostener debido a que Dios es omnipresente, y se da a conocer a través de Su Biblia en la vida de cada escogido, y aunque Él mismo es un misterio para nosotros debido a lo finito de nuestra mente y el remanente de pecado que aún tenemos, le plugo al Señor darse a conocer en esta Revelación como Aquel que es poderoso para salvar, para regenerar el alma, para santificar y aún para resucitar a los suyos después de la muerte y darles un cuerpo glorificado que pueda soportar la presencia eternamente santa del Rey de reyes y Señor de señores.

Dios ha hablado muchas veces. Esta sentencia dice tanto que es importante detenernos a considerar por lo menos dos aspectos que afectan de forma directa la manera como entendemos la Palabra del Señor.

a.Dios no es como nosotros que podemos hablar ociosidades, en cambio Sus Palabras siempre tendrán un mensaje con poder transformador.

Es frecuente que los buenos lectores cristianos visiten también las librerías no cristianas, aunque éstas vendan toda clase de literatura y hasta basura. Recientemente entré a uno de estos negocios, pues tenían para la venta dos libros de San Agustín a muy buen precio y me sorprendió la cantidad de estantes llenos de obras de filosofía, brujería y autoayuda, todo aquello me llevó a pensar que, el hombre malgasta su tiempo escribiendo o hablando más de la cuenta en temas que no edifican, no consuelan y en general no sirven para nada, pero el Señor cada vez que habló transformó el universo, y más aún el corazón del hombre, por eso sus dichos deben ser aprendidos, memorizados y estudiados en todos los temas que tengamos.

Alguna vez escuché lo que es una verdad simple, “Dios nunca está ocioso.”, y es cierto, cuando la Biblia dice: “en el principio el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas.” Debemos preguntarnos ¿qué estaba haciendo Dios Espíritu? La respuesta es sencilla, creando, con su Palabra creó de la nada el universo conocido (creación ex nihilio), cada palabra que salió de la boca de Dios, y está en la Biblia, es poderosa para transformar nuestro ser interior, allí están las respuestas que el hombre requiere sobre la vida eterna, el más allá, y también el ahora. Son muchas estas palabras y tienen poder de dar vida eterna desde lo alto.

Pero el Señor no sólo es poderoso para cambiar con su Palabra la vida, si esto se quedara en el enunciado sería sólo una posibilidad de que ocurriera, mas el hecho es que…

b.Dios no ahorró recursos para darle al hombre la sabiduría y el conocimiento sobre Él mismo, para que creyera y en consecuencia caminara en pos de su gloria adorándole.

Las muchas palabras de Dios, se encuentran llenas de sabiduría sobre Él mismo debido a que el Señor no escatimó ningún recurso para darse a conocer ante el ser humano, a pesar de que el hombre es una criatura caída, me refiero a la Revelación especial. La verdad de Dios no fue dispersada por todo el mundo para que nosotros halláramos las piezas pérdidas y las juntáramos construyendo cada uno lo que considera su propio sistema de doctrina, por el contrario, la Escritura es una sola, suficiente y presenta los mandatos del Creador y aún la forma correcta de acercarse ante su presencia, es decir, la manera correcta en la que el hombre debe adorar al Rey de reyes.

A diferencia del hombre, que por lo general es mezquino en ofrecer su conocimiento a otros, el Dios omnisciente es generoso para darle al ser humano los más preciosos tesoros de la sabiduría del cielo, “…cosas que ojos no vio ni oído escuchó, ni han subido al corazón del hombre son las que Dios ha preparado para los que le aman…” y sabemos que el mayor conocimiento es el que el Altísimo nos da sobre sí mismo, y entendemos que sólo a partir de esta revelación podemos conocernos a nosotros mismos y al universo que nos rodea. 

Pero también sabemos que el Señor que ha sido abundante en sus palabras, de igual forma ha revelado su voluntad hablando de muchas maneras…

III.Dios ha hablado de muchas maneras por los profetas

La Palabra del Señor no es exclusivamente la suma de muchos pensamientos, sino la abundante y suficiente Revelación del Creador y Salvador a los hombres, sobre todos y cada uno de los aspectos que deben considerarse cuando se conoce al Señor, en otras palabras, el Padre celestial ha provisto todo el conocimiento de antemano para que el creyente pudiera ser edificado en todas las áreas de la fe, basta con mirar los departamentos que se estudian en los seminarios para que sepamos que el conocimiento del Altísimo cubre todos los aspectos que deben ser estudiados aunque nunca logremos ser expertos en la mayoría de ellos.

Por ejemplo, el departamento de Biblia se divide en asignaturas tales como Antiguo y Nuevo Testamento, y el A.T., a su vez se divide en Pentateuco, libros históricos, algunos lo fraccionan en dos partes, luego hablan de los textos proféticos, con sus muchas divisiones como son profetas preexilicos, exilicos y postexilicos, luego viene la literatura poética, y si deseamos especializarnos más en el tema bíblico se puede enseñar cada libro como asignatura separada. Así mismo el estudio del N.T., también tiene sus particularidades, y que edificante resulta cuando tomamos estas asignaturas.

Sin embargo, las materias del departamento de Biblia no son las únicas, porque también se estudian lenguas bíblicas, geografía, contextos históricos, consejería bíblica, teología ministerial y los diferentes temas de la teología sistemática, iniciando con el estudio de las Escrituras, o el conocimiento del Dios santo, hasta llegar a la escatología, ¡¡ahora sí, este es el comercial completico del Seminario!!, pues debo decirle que ahora es la parte en donde menos publicidad hacemos al Seminario en cambio mostramos la grandeza del Dios en que creemos.

Cuando el hermano Andrés comenzó a estudiar en el Seminario, lo hizo porque deseaba aprender algo a cerca de Dios, aquel hombre ya había sido instruido en asignaturas bíblicas, por lo que “ahorró tiempo” y decidió (tal vez equivocadamente) licenciarse sólo en teología sistemática. Pero al poco tiempo de haber iniciado sus estudios, se percató de que el Dios en el que había creído era eterno en todos sus atributos, ¿y qué importa esto? Andrés entendió que Aquel que había creado el universo, era el mismo que lo había escogido para salvación desde antes que el mundo existiese, en consecuencia, él debía considerar otro atributo del Señor, y es que Dios no cambia, es decir, el Señor es inmutable, y por ser eterno e inmutable, esto significaba que sus promesas se mantendrían para siempre firmes y en consecuencia al revisar cada una de las palabras de Dios, estas eran verdaderas, pero además fieles en su cumplimiento y por lo tanto su alma podía reposar en el descanso que Dios había reservado para quienes le aman.

¿Podemos nosotros hacer esta pequeña pero grandiosa meditación en los atributos de Dios y en sus promesas en la Escritura?, sin duda, por ejemplo, Dios le dijo a Abraham, que en su simiente serían benditas todas las familias de la tierra, es decir, todos los hijos de la promesa, aquellos escogidos desde la eternidad, esos que les fue concedido creer en Jesucristo como Salvador. Pero porque creemos esto, porque el Dios inmutable siempre ha actuado igual a sí mismo, no puede mentir, no puede cambiar y desde la eternidad y hasta la eternidad es fiel y verdadero y eso es lo que enseña la Escritura.

Dios ha hablado de muchas maneras, esas maneras son las miles de promesas y profecías que nos ha entregado a través de los profetas, y todas ellas dirigidas a nuestros antepasados, de la nación de Israel, y en donde se nos prometía eterna redención, porque solo el eterno Señor puede hacer una promesa eterna, y todas esas promesas son cumplidas en Cristo Jesús nuestro Señor.

Empero, las promesas del Señor no se quedaron en eso, por tanto el cumplimiento de aquellas palabras santas, lo empezamos a ver con la encarnación de Jesucristo como Redentor, debido a que…

IV.Dios ha hablado en estos postreros tiempos por el Hijo

Hemos visto que Dios ha hablado, y toda criatura debería estar interesado en conocer las palabras del Creador las cuales han sido muchas, abundantes y suficientes, pero también, estos preceptos abarcan cada uno de los campos espirituales que el hombre requiere para acercarse al Salvador. Sin embargo, el hecho más importante que presenta la Escritura para que estemos obligados y no sólo necesitados por acercarnos a Jesucristo, es el evento mismo del advenimiento del Dios Hijo a la tierra, haciéndose hombre, para dar eterna redención a los suyos.

¿Por qué cambia la intensidad y se hace más importante la revelación con la encarnación de Cristo?

a.Cristo es el verbo, el logos, la palabra hecha carne

El hecho de que Dios haya hablado por el Hijo, quien es llamado el logos, o el verbo, implican que es la imagen misma del Padre en la tierra, “quien me ha visto a mí, ha visto al Padre.”, por lo tanto, el mensaje perfecto, santo y bendito del Señor para el hombre es dado por Cristo, y Cristo mismo es el mensaje, pues él se identifica como “…el camino, y la verdad y la vida.” Jesucristo es Dios testificando sobre sí mismo, por lo tanto es el deber del creyente “común” y del ministro de la palabra investigar con diligencia cada uno de los dichos del Señor.

b.Cristo es el único y suficiente salvador, poderoso y santo y quien realizó la purificación de nuestros pecados

Pero también es necesario considerar, que el mensaje redentor de Jesucristo es más que un concepto o abstracción que se diluye entre las personas en la medida que se va proclamando. La Palabra profética escrita, es también de autoría del Señor que fue a la cruz, soporto el dolor y resucitó con poder después de haber realizado la purificación de nuestros pecados. Por eso, la palabra que emana de la boca del Hijo, debe ser considerada como el cumplimiento de toda Palabra debido a que Dios en persona la vino a traer y a cumplir.

c.Cristo es el intercesor adecuado y eficiente a la diestra del Padre y a pidiendo a nuestro favor

Por último, debemos considerar también, que la posición máxima, en dignidad y gobierno, que tiene el Salvador a la diestra del Padre, nos motiva a escudriñar en la Escritura las bendiciones que nos han sido dadas en virtud de esa intercesión eficiente, por ejemplo, el hecho de que estemos sentados juntamente con Cristo en lugares celestiales, o que nuestros nombres estén escritos en el libro de la vida.

Conclusión: Cuando sabemos estas verdades después de haber escudriñado con diligencia en la Palabra del Señor, y ésta ha penetrado hasta lo más profundo del corazón afectando nuestro ser interior, podemos entonces alegrarnos como creyentes en todas las verdades que el Señor ha dicho, y si somos ministros del evangelio, presentarnos delante de la congregación que el Señor nos ha dado, sea a través de un sermón, o de la palabra de consejería o aún ante nuestra familia en el estudio devocional, y decirles: “…confiad en Cristo, pues la salvación es solo de él, y lo creemos porque ha sido revelado en las Escrituras.” Amén. 
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