Panorama

por Claudio Navea C.

Todos aquellos miembros de la iglesia y me refiero a la iglesia en términos particulares, es decir; a los elegidos por Dios para formar parte de su pueblo a través del mundo, sabemos cuales son los problemas que afectan a esta, pues pareciera ser que la historia es cíclica, se repite de una u otra forma y sería una torpeza de nuestra parte el no aprender de ella, pues esta nos indica o eventualmente nos indicará los cambios o amenazas a las que podríamos vernos enfrentados.

¿Cual es el panorama religioso en América Latina?... la iglesia esta siendo infiltrada por corrientes ideológicas ajenas al cristianismo e infortunadamente las iglesias que cuentan en su historia con una teología sólida y en sus filas a verdaderos garantes de la sana doctrina, no han sido capaces de contrarrestar estos embates y se han visto perneados en sus estructuras por estas malas ideas e influencias. Tan ocupados están en solucionar sus propias escisiones, divisiones o pleitos, que simplemente no han tenido tiempo de advertir el peligro. El resultado; iglesias que predican un cristianismo impuro, un cristianismo que ha sido mezclado con algo y que engendra una comunidad de fe torcida, en donde aparecen verdaderos comerciantes de la fe. La salvación se vende al mejor postor, o en su efecto; al mejor diezmador.¬

¿Qué diferencia existe con nuestra iglesia latinoamericana y la iglesia del siglo XVI, en donde el dinero recaudado por la de venta de indulgencias engordaba los vientres de clérigos y obispos? Hoy no son los clérigos ni los obispos los que engordan, son más bien algunos pastores y mal llamados apóstoles que desconociendo la Escritura y el poder de Dios, lucran descaradamente con el evangelio y se ríen de una iglesia torpe e ignorante que los sigue sin hacer un mayor cuestionamiento a su charlatanería.

Situaciones como esta se han repetido, se repiten y se seguirán repitiendo a lo largo y en el curso de la vida de la iglesia.  No olvidemos el origen y propósito de la primera epístola del Apóstol Juan y cómo él, un verdadero apóstol de Jesucristo comienza su carta; Lo que era desde el principio, lo que hemos OIDO, lo que hemos VISTO con nuestros ojos, lo que hemos CONTEMPLADO y PALPARON nuestras manos tocante al Verbo de  vida - pues la vida fue manifestada y la hemos VISTO y testificamos y os anunciamos la vida eterna,  la cual estaba con el Padre y se nos manifestó - , lo que hemos VISTO y OIDO, eso os anunciamos… antes de comenzar su apologética, el apóstol deja claro que un apóstol es uno que ha sido testigo, presencial y ocular del Maestro, deja claro que el ser testigo es la característica natural e inherente de un apóstol, es decir; son muy cortos de vista aquellos que hoy se hacen llamar apóstoles y mercadean con la fe, ¡hay de aquellos!.

Luego en su carta el Apóstol Juan hace su apologética dejando en descubierto a aquellos y aquellas ideas ajenas a la fe. El gnosticismo, ese conjunto de creencias que desdibujaban la deidad de Cristo, no es y no será un problema nuevo en medio de la comunidad religiosa; hoy los hermanos y las iglesias en Latinoamérica se ven enfrentados a la nueva era, ciencia cristiana y a una peor interpretación de la Escritura, todo está muy mezclado.

La pregunta que resulta de esta cuestión es; ¿qué podemos hacer nosotros que estamos tan lejos?, Nueva Zelanda no es Latinoamérica, ¿qué podemos hacer?, ¿podemos ser alcanzados por estas influencias? Sin duda que podemos ser perneados y alcanzados en nuestra creencia si no estamos bien equipados con la sana doctrina, de ahí la importancia de la instrucción sistematizada, y un adecuado discipulado en nuestras filas. Ahora bien, es cierto que estamos lejos de nuestra tierra y algunos de nosotros de nuestras iglesias, pero Dios nos ha dotado de la oración y corporativamente solo nos resta hacer eso. Orar sin cesar es la orden del día, es lo que diariamente se agenda en bitácora  y es lo que debemos hacer.

Pero con todo, aun subsiste una  pregunta a esta problemática, si nosotros no nos enfrentamos a estas situaciones en nuestro quehacer religioso, ¿cuál es nuestra posición entonces? Probablemente esos no sean nuestros cuestionamientos y Nueva Zelanda nos ofrece un panorama diferente al de Latinoamérica. Con toda seguridad los problemas a los que debemos enfrentarnos son aun más delicados, ya que el asunto  en la sociedad neozelandesa es la apatía, la indiferencia y la amoralidad con la que se vive. Es una sociedad de una tranquilidad aparente en donde los informes o crónicas rojas se manejan solo a nivel de estadísticas gubernamentales.

La mayoría de los historiadores coinciden en señalar que la caída del Imperio Romano se debió a su degradación moral y al quiebre en la familia, estas fueron alcanzadas por una vida moral  relajada y por una extrema relativización de principios, dicho de otro modo; al quebrarse la familia, también se quebró el imperio.
Familias divididas, padres divorciados, hijos sin afecto natural, falta de principios morales, violencia intrafamiliar, alcoholismo, matrimonios homosexuales y la lista podría continuar. ¿No es esta una perfecta radiografía de nuestra segunda patria?
Cuando el último bastión de la fe sea quitado, esta sociedad se terminará desmoronando y si esto no ha ocurrido aún, es porque Dios detiene su castigo solo en virtud de su remanente fiel.

Quizás nuestra iglesia Latina, nuestra iglesia de inmigrantes no esté siendo alcanzada por falsas doctrinas, o quizás si, pero en cualquiera de los casos la 
Iglesia debe despertar y vestirse  con la armadura de la fe, enarbolando la bandera del evangelio, viviendo una vida que refleje que el modelo seguido es Cristo, pues  el enemigo al que nos estamos enfrentando es mucho mayor de lo que algunos han podido dimensionar: relativización de principios, amoralidad, crisis familiar, falta de modelos adecuados, ¿puede existir enemigo más formidable y terrible que este?

Es tiempo de despertar de nuestro letargo, de asumir nuestra función profética, de pasar a las  líneas de avanzada y denunciar el pecado. Es hora de despojarnos de romanticismos y vivir un evangelio pragmático capaz de alcanzar a la sociedad en la que vivimos. Es hora de cambios y es preciso que empecemos por nosotros, con nuestras familias, esposas, esposos e hijos en primer lugar, este es el camino a seguir antes de empezar nuestra revolución de amor y verdad en Cristo.
Que Dios nos ayude.

Claudio Navea C.
Latin American Christian Centre
Soli Deo Gloria



Auckland 27 de enero de 2008. Nueva Zelanda.

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