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Sermones
Alentando a un Pastor Joven

2 Timoteo

por Gabriel Otero

Como dijimos en nuestro estudio anterior, ahora pasamos a considerar la segunda carta que el apóstol Pablo le escribió a su amado discípulo Timoteo. Para confirmar la autoría de la misma leamos el Cap.1:1-2: "Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor." Notamos desde el comienzo que esta es otra de esas cartas personales que en la voluntad de Dios forman parte del canon de las Escrituras. Y en la misma encontramos un pensamiento ejemplar, un pensamiento que sin lugar a dudas debería ser la imitación de cada uno de aquellos que formamos parte del reino de Dios. Sobre la base de su contenido, hemos titulado el estudio de esta carta: "Alentando a un pastor joven". Vamos a compartir cuatro pensamientos importantes que se desprenden de su lectura: Alentando a un pastor joven.



En primer lugar, alentándolo con respecto a la doctrina.

En segundo lugar, alentándolo con respecto a su apctitud.

En tercer lugar, alentándolo con respecto a la apostasía.

Y en cuarto lugar, alentándolo con respecto a su responsabilidad.



Tenemos entonces cuatro características sobre un mismo punto, o sea dar aliento a un pastor joven en esas áreas de su vida ministerial. Trataremos de desmenuzar cada uno de estos puntos para poder comprenderlos y retener de ellos la inspiración que sólo viene de Dios.



En primer lugar, alentándolo respecto a la doctrina. En el Cap.1:5-8, encontramos la cuna del predicador. Dice: "...trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por lo tanto no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,..." En el Vr.5, Pablo trata de explicar a su amado discípulo Timoteo que la doctrina que éste aprendió provino de su propia cuna, es decir, trata de relacionar la vida de Timoteo llevándolo a sus primeros conocimientos bíblicos. La familia de Timoteo era una familia creyente. Y sobre ese origen el apóstol Pablo se dispone a alentar a su joven discípulo al darle la mano de camaradería cristiana y dejarlo solo en el ministerio. Entonces el primer aliento es: "Timoteo, lo que tú conoces no es cosa nueva, tu abuela lo había aprendido, tu madre también y ahora tú lo has aprendido". La cuna de Timoteo fue una cuna bíblica y eso sirve como aliento a nuestra vida ¿verdad? Y Pablo agrega otro aliento con respecto a la doctrina y es el plan de Dios. Dice en los Vrs.9-10: "...quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,..." El apóstol nos está hablando que el plan de Dios fue un plan de la gracia de Dios. Como hemos leído; "...la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,..." Los creyentes del Antiguo Testamento fueron salvos por gracia. Los creyentes en esta era del Nuevo Testamento, somos salvos por gracia. Hay sin lugar a dudas una cadena de pensamientos, una cadena de circunstancias que forman parte de esa gracia que no se puede cambiar. Por ello entonces podemos decir abierta y sinceramente que en este pasaje de las Escrituras, o sea en este Cap.1, encontramos una lección práctica. Pablo alienta a este pastor joven con respecto a la doctrina; le habla de su cuna y también del plan de Dios. Para nosotros la lección es la misma, no debemos olvidar lo aprendido.

En segundo lugar, vemos que el gran apóstol alienta a Timoteo con respecto a su aptitud. Y para ello le da tres figuras en las cuales él se tiene que ver reflejado. En el Cap.2:3-4, le muestra la figura del soldado: "Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado." Y aquí Pablo le da la primera cualidad de su aptitud. Cuando se disponga a hacer un trabajo en el ministerio cristiano, no se enrede en otros trabajos seculares, o en otros trabajos que puedan entorpecer o poner sombra al trabajo cristiano que haga. El soldado que se enrola en el ejército no puede tener un trabajo particular en otro lugar. El soldado cristiano debe ser leal y debe dar todas sus energías a la causa de Dios, a la causa a la cual fue llamado. Y en esa manera Pablo le está hablando a Timoteo y le dice que el secreto del suceso cristiano no es una decisión parcial al servicio de Dios sino una decisión total. Cuando trabajamos para Dios lo hacemos como soldados. Y ninguno que milita como soldado se envuelve en otra cosa hasta que la guerra termina. Y esta es una descripción simple, práctica pero profunda que el apóstol le presenta a su discípulo Timoteo. Como soldado debe pelear la batalla, tener una sola meta y estar enrolado en un solo ejército. De la misma manera nosotros como soldados de Jesucristo debemos tomar delante de Dios la responsabilidad de cuál es el lugar que Dios quiere que ocupemos en su reino y militar en ese lugar en forma constante y permanente. Por esta razón alienta a Timoteo en su aptitud cristiana y le dice que no tenga una doble mente para el servicio porque será inestable.



El segundo ejemplo es cuando compara al atleta y le dice en el Vr.5: "Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente." Aquí el ejemplo del atleta nos habla de la legalidad con la cual debemos enfrentar las circunstancias. Por más que nos parezca bien, por más que nos parezca oportuno, por más que nos parezca que esta es la gran oportunidad o nunca, no descuidemos de ser leales a nuestro Señor. No descuidemos ser honestos, no descuidemos ser limpios y puros en todas nuestras tratativas y en todos nuestros consejos. El atleta lucha y merece su premio si lo hace legítimamente. Y vamos a luchar y ser victoriosos si tenemos un corazón donde la legitimidad de nuestra vida pueda verse.



El tercer ejemplo que Pablo trae a la vida de Timoteo es el del labrador. Y dice en el Vr.6: "El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero." El labrador para obtener fruto debe trabajar primero y aquí está la clave de la aptitud del obrero cristiano, del ministro cristiano, del diácono, del passtor, del maestro de la escuela dominical. Debe primeramente tener una convicción total a ese ministerio, y luego luchar limpiamente y de frente. En síntesis, trabajar primero si quiere tener fruto después. Si queremos tener alumnos en nuestra clase de la escuela dominical, sea de adultos, de jóvenes o de párvulos, tenemos que visitarlos primero, tenemos que trabajar ese campo, cultivarlo, moverlo; tenemos que provocar en ese campo algo útil. Finalmente no solo debemos trabajar ese campo, sino que debemos ser responsables por él. Por eso Pablo le dice "espero que entiendas todo esto" (Vr.7). Simplemente le dice que debe tener un solo corazón para el ministerio; ponerse como el atleta que lucha limpiamente y como el labrador que trabaja antes de obtener frutos. La leccion es muy simple: No debemos olvidar nuestra relación al ministerio, una relación total, una relación limpia, una relación ardua.


En tercer lugar, Pablo le da consejos con respecto a la apostasía, y quiere alentar a su discípulo diciéndole que no obstante que habrá apostasía, también habrá victoria. En el Cap.3:1-5, Pablo da lugar por así decirlo a las características de los apóstatas: "También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita." Pablo dice que habrá un tiempo de apostasía, un tiempo en que el carácter de los hombres será como lo enumera en estos versículos, un tiempo en que todo habrá sido movido fuera de la realidad de Dios. Y debemos pensar que esas características son las que deberían alentar al joven pastor, lo mismo que a nosotros, a fin de que los individuos cambien, que los individuos encuentren paz delante de Dios. ¿Cuál es entonces la solución a la apostasía? Los Vrs.16-17, nos dan la solución clara y precisa: "Toda la Escritura es inspirada por Dios..." No nos dejemos llevar por fábulas como por ejemplo que el Antiguo Testamento no corresponde, o que el Nuevo Testamento si corresponde, o los Salmos corresponden, o que los profetas no corresponden. La Escritura dice: "...y útil para enseñar,..." en otra palabra, tanto podemos aprender del Génesis como del libro de Apocalipsis, tanto podemos aprender de Mateo, como podemos aprender del Deuteronomio. "...útil para enseñar, para redargüir,..." Tanto podemos tener convicción al leer el libro de Miqueas, como al leer el evangelio de Lucas. "...para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." Pablo alienta a nuestro joven pastor con respecto a la apostasía, y ese aliento es con claridad, sin engaño, y le advierte, e indudablemente también a nosotros, que en estos últimos tiempos habrá individuos que tendrán esas caracteristicas, pero esas caracteristicas no podrán sobrepasar a las Escrituras. ¿Por qué? porque las Escrituras son inspiradas por Dios. Y si queremos triunfar sobre esos individuos, si queremos triunfar sobre la apostasía, debemos hacerlo exclusivamente sobre la base de las Escrituras sabiendo que la aplicación de la misma es producida por el Espíritu Santo, no solamente en nuestros corazones, sino también en el corazón de aquellos que Dios ha de traer para que escuchen su palabra. La palabra de Dios encierra en sí misma características que pueden vencer la apostasía más grande y destruírla.



Y en cuarto lugar, en el Cap.4, Pablo le habla a Timoteo con respecto a su responsabilidad. ¿Qué es lo que tiene que hacer Timoteo para ejercer responsabilidad en el ministerio?: Predicar la palabra con persistencia. Dice en el Vr.2: "...que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina." Dice Pablo, "que prediques la palabra". Luego que persista en la fe. Vrs.3-5: "Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oir, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio." No nos cabe la menor duda de que en estas palabras del apóstol van las fibras más íntimas de su sentimiento. Persiste en la predicación, persiste en la fe, y también persiste en la esperanza. Vrs.7-8: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justcia, la cual me dará el Señor, juez justo,..." Habrá una recompensa de la cual Pablo no ha perdido visión. ¡Qué lección! ¿verdad? No debemos olvidar nuestra responsabilidad.



Por eso en ese aliento al pastor joven, Pablo dice que quiere darle algunas palabras que le van a alentar en la doctrina, que se aferre al plan de Dios, que se aferre a lo que ha aprendido de su madre y su abuela. En segundo lugar, le dice que quiere darle aliento con respecto a su aptitud, que no se olvide de su relación al trabajo, que sea un hombre estable, un hombre limpio. En tercer lugar, le dice que habrá oposición y dificultades, pero que tiene en sus manos una solución mucho mayor que la que el mundo conoce. En otra palabra, no se olvide de la fuente de la verdad. Y finalmente que sea un hombre de responsabilidad.



Concluímos así el estudio de esta hermosa carta repitiendo estas instrucciones de aliento que Pablo le da a este joven y brillante hijo espiritual, Timoteo. Primero, que establezca su doctrina; segundo que establezca su aptitud; tercero, que establezca su posición; y cuarto que establezca su responsabilidad.



Hermosa lección que nosotros debemos imitar.