Instrucciones Morales Para Nuestra Vida

Proverbios

por Gabriel Otero

Este libro nos habla en forma precisa y adecuada de los pensamientos del rey Salomón en el transcurso de su vida aquí en este mundo. Indudablemente las riquezas que se encuentran en el libro de Proverbios, no las podemos describir en el breve espacio de este estudio, pero por cierto podemos prestar atención a lo que este libro en realaidad es.



El libro de Proverbios está compuesto de 31 capítulos; 29 de éstos fueron escritos por el rey Salomón. En el Cap.1:1, la Escritura dice: "Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel." Pero al mismo tiempo debemos mirar con atención la parte final, o sea los Caps.30 y 31. En el Cap.30:1, encontramos que el mencionado capítulo fue escrito por Agur. Dice así la Escritura: "Palabras de Agur, hijo de Jaqué; la profecía que dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal." Ahora en el Cap.31:1, encontramos la exhortación a un rey, el rey Lemuel, pero dichas por su propia madre. Dice así: "Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre." Resumimos entonces que este libro a través de una simple lectura nos da los autores: 29 proverbios escritos por el rey Salomón, uno por Agur, y otro por la madre, a lo menos dictado por la madre del rey de Siria, Lemuel.



¿Qué es lo que nos enseña el libro de Proverbios? Bien, el libro de Proverbios nos enseña instrucciones morales y la sabiduría para obedecerla. Podríamos decir entonces que el libro trata acerca de: "Instrucciones morales para nuestra vida". Con este objetivo vamos a examinar y a meditar detenidamente en este libro.



Y ahora que tenemos el título, vamos a mirar acerca de esas instrucciones morales que nos han de ayudar en forma metódica a meditar acerca de puntos muy importantes en nuestra vida. Como dijimos precedentemente, es indudable que en este breve espacio que disponemos no podemos hacer justicia a este libro de Proverbios tan rico en conceptos, sin embargo, sí podemos mencionar a lo menos la base bíblica por la cual el libro se encuentra dentro del canon de las Escrituras, y de esta manera usarlo en una manera más efectiva. Veamos entonces algunos versículos más resaltantes los que a nuestro entender realmente nos deben llamar la atención, los cuales en nuestras Biblias los podemos marcar.



Sobre la base del título que le hemos asignado a nuestro estudio, consideraremos cinco instrucciones morales de vital importancia para la vida:



La primera instrucción moral la encontramos en el Cap.1:7: "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza." He aquí entonces la primera instrucción moral. "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová" . Es decir, cómo ser sabios. ¿Y qué es lo que dice el libro de Proverbios, qué es lo que nos aconseja con respecto a la sabiduría personal? El libro nos dice que la sabiduría no proviene a través de un diploma universitario, o de treinta años de trabajo en una sola profesión, no. El libro nos acaba de decir en este comienzo que la sabiduría proviene del temor de Jehová. Ahora, ¿qué es eso? ¿No es cierto que muchas veces usamos palabras que no tenemos definido su significado, o sea la completa definición bíblica o la definición práctica de esa palabra? Y entonces la usamos como si fuera realmente la cubierta o una etiqueta de algo, pero no sabemos lo que realmente significa. Estamos seguros que si le preguntáramos ahora al lector y le dijéramos, ¿sabe usted lo que es el temor de Jehová? Quizás el lector nos daría una respuesta que quizás también no sería lo que la palabra de Dios nos intenta dar en su definición bíblica. "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;..." ¿Qué es el temor de Jehová? En el Cap.8:13, encontramos la definición del temor de Jehová. Lo vamos a leer para que podamos poner una nota en nuestras Biblias. Allí en el Cap.1:7, coloquemos en el margen: Ver Cap.8:13. Dice así: "El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco." Vemos entonces que el temor de Jehová es hacer algo, ¿el qué?: hacer el mal. En otra palabra sería apartarse del mal. Repetimos, el temor de Jehová es apartarse del mal. Por lo tanto leemos aquí en el Cap.1:7, que el primer paso de instrucción moral es el temor de Jehová. Lo que Dios quiere decirnos es que lo primero que el individuo que conoce a Dios debe hacer, es saber distinguir entre el bien y el mal. Si queremos un buen ejemplo de ello, podemos ir dos libros hacia atrás en nuestra Biblia, el libro de Job. En el Cap.1:1 encontramos la vida de Job. Dios, mirando la vida de Job nos da el calificativo de esa vida. Dice: "Hubo en la tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal." Es decir, Dios vio en ese individuo a alguien que practicó el temor de Dios, y que lo practicó apartándose del mal. Este ejemplo nos invita a practicar la primera regla moral del libro de Proverbios: Temer a Dios. Temer a Dios en forma práctica sería esto: Cada vez que una acción o un pensamiento viene a nuestras manos o tenemos que juzgar sobre cierta decisión, debiéramos preguntarnos, ¿cómo quiere Dios que resolvamos este asunto? ¿qué es lo que Cristo haría en nuestro lugar? Y para ello no es que vamos a escuchar una voz del cielo, que viene a través del techo de nuestra casa y nos habla con voz de ultratumba y nos dice haz esto o haz aquello, no. Debemos investigar en la palabra de Dios lo que la misma dice. Y entonces tomar la investigación, asimilarla dentro de nosotros para poder descubrir lo que Dios quiere que hagamos. Y descubrirlo no es suficiente, debemos tomar acción y debemos decidir. ¿Haremos lo que Dios dice, o no lo haremos? "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;..." Apartarse del mal.



No hace mucho tiempo una señora vino a mi estudio a preguntarme de una decisión que ella debía tomar. Quería separarse de su esposo. En otra palabra, divorciarse, (en los Estados Unidos existe el divorcio legal) y quiso tamar consejo de un pastor. Pues bien, llamó a la iglesia en la cual soy pastor y pidió una hora para que yo la escuchara. Esta señora se expresó muy bien, es una señora de mucho talento, una señora que trajo a la mesa de conferencias buenas excusas válidas como para apartarse de un hombre. Entonces al término de la conversación me dijo: Pastor, ¿cuál es su opinión? Rápidamente pude decirle: Señora, no se trata si mi opinión es la que vale, se trata de la opinión de Dios, ¿no le parece? Instantanemente esta señora cristiana me dijo: Sí, eso es lo que yo pienso, pastor. Quisiera saber qué es lo que Dios dice al respecto. ¿Podría dejar yo a mi esposo? Fijémonos, esta señora honesta buscaba la sabiduría de Dios. ¿Y cuál es la sabiduría de Dios? Apartarse del mal. Quiere decir, discernir cuál es el bien, cuál es el mal, y luego elegir el bien. Rápidamente abrí mi Biblia en 1.Corintios Cap.7:13-14 y entonces le leí este pasaje: "Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos." En primer lugar le dije: Hermana, la Escritura no le da ningún derecho a que usted abandone a su esposo. En segundo lugar, la ley de Dios dice en Romanos Cap.7:2-3 lo siguiente: "Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el mario`ë¿prPueda libre djæ` ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera;..." ¿Se da cuenta? Y esta señora llorando me dijo: Gracias, gracias pastor y se retiró de la oficina. Más tarde pude saber que esta señora estaba al borde del divorcio, pero la Escritura entró en su corazón como espada de dos filos. Y alguien que la conocía muy bien me relató la historia del drama que ella vivió; por dos o tres noches no pudo dormir, ella quería separarse de ese individuo porque era déspota, desconsiderado, un individuo que no pensaba en su mujer sino en sí mismo, por lo cual quería dejarlo de una vez por todas. Pero la Escritura que habíamos leído en la oficina penetró en su mente, en su corazón y al final tuvo que decidir y decidió por Dios. Si la Escritura dice no lo dejes, no lo voy a dejar. Hoy esta señora es salva de las penurias de su esposo, porque sus esposo es salvo. ¿Qué es lo que llevó a este hombre a los pies del Señor? El ejemplo callado, tesonero de esta mujer que el lector no conoce, que el mundo no conoce. ¡Y cuántos cientos de mujeres habrá en la misma situación de esta hermana, pero que silenciosamente son testigos inviolables de la obra de Cristo en su corazón! ¿Y cuál es la obra de Cristo en su corazón? Ellas conocen el temor de Dios. ¡Qué hermoso! ¿verdad? La sociedad en que hoy vivimos todo es instantáneo, se casan instantanemente y se divorcian instantaneamente. Pero la sociedad que Dios creó fue una sociedad estable, segura, firme, sobre la piedra fundamental que es Cristo Jesús. Por eso el rey Salomón a pesar también de sus fracasos matrimoniales, nos puede decir: "El principio de la sabiduria es el temor de Dios" . Y el temor de Dios, dice Salomón, es apartarse del mal.



La segunda instrucción moral se encuentra en el Cap.3:3-4. Es una exhortación a la obediencia. Dice: "Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello. Escríbelas en la tabla de tu corazón; y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres." ¿Queremos ser personas de prestigio? ¿Queremos ser hombres y mujeres usados por Dios? Imprimamos en nuestra vida estas dos cualidades: La misericordia y la verdad. No dejemos que se escapen, no dejemos que se pierdan. La misericorida al contemplar cada situación de la vida; la verdad al manifestar nuestro carácter a las situaciones de la vida. Y cuando practicamos estas cosas como dice aqui el salmisa, "...escríbelas en la tabla de tu corazón;..." el salmista también nos dice que si hacemos esto, hemos de hallar gracia ante los ojos de Dios y de los hombres. Notemos, primero de Dios y después de los hombres. Muchas veces queremos tener buena opinión de los hombres y después de Dios; eso es lo que el mundo hace. El mundo mide el prestigio de los hombres a través de lo que los hombres pueden ver; Dios lo ve de manera diferente. Y esta exhortación a la obediencia es a munirnos de esas cualidades especiales: Misericordia, el don de perdonar; verdad, el don de decir las cosas tal cual son.



La tercera instrucción moral se encuentra en el Cap.3:9-10. Nos habla de algo concerniente a dar. Dice: "Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto." Consideremos: "Honra a Jehová con las primicias..." ¿de cuántos frutos? "...de todos tus frutos;..." Y a consecuencia de ello, "...serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto. " Esta es otra exhortación a la instrucción moral. Pero alguien me podrá decir: ¿Pero qué ve de moral en esa instrucción, pastor? Simplemente veo la instrucción que cuando aprendemos a dar de todo lo que tenemos, comenzamos a tener de todo. Hay muchas personas que desean dar el diezmo al Señor y piensan qué darle. Y hoy en día aquel que da el diezmo realmente pareciera un gigante en la obra de Dios. ¿Qué nos parece dar las primicias de todo? Un cuñado mío a quien su padre un gran pastor evangélico en Argentina, el señor Carlos Paretti, del cual tengo el grato placer de haber crecido cuando niño junto a él; cuando era muy joven enseñó a los jóvenes a dar y expresamente a su familia, a dar de las primicias del corazón. Y yo no me arrepiento de haber dado a Dios las primicias, ni tampoco mi cuñado, Jorge Paretti, se arrepiente de haber dado a Dios de las primicias igual que sus hermanos. Y sin duda habrá miles y miles que no conocemos quizás que dan de sus primicias a Dios, y pueden decir que ellos también han experimentado lo que nos dice el Vr.10: "Y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto." Quiera Dios que este sea un desafío para nosotros, para que esta instrucción moral de dar penetre en nuestro corazón.



La cuarta instrucción moral con respecto a la falsedad, la encontramos en el Cap.6:16-19: "Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma." Fijémonos lo que Dios aborrece: "Los ojos altivos, (quiere decir la soberbia) la lengua mentirosa, las manos derramadora de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos." Estas sí que son instrucciones morales, ¿verdad? Dios aborrece, quiere decir, que nisiquiera trata a aquellos que tales cosas se ven en sus vidas. Aprendamos entonces a mirar detenidamente a aquello que es falso.



Por último y como quinta instrucción moral, son los consejos contra el adulterio. ¿Cuál sería la prevensión contra el adulterio? Leamos el Cap.6:25-35: "No codicies su hermosura en tu corazón, ni ella te prenda con sus ojos; porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; y la mujer caza la preciosa alma del varón. ¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen? Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; no quedará impune ninguno que la tocare. No tienen en poco al ladrón si hurta para saciar su apetito cuando tiene hambre; pero si es sorprendido, pagará siete veces; entregará todo el haber de su casa. Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; corrompe su alma el que tal hace. Heridas y vergúenza hallará y su afrenta nunca será borrada. Porque los celos son el furor del hombre, y no perdonará en el día de la venganza. No aceptará ningún rescate, ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones." Pensemos antes de actuar. Meditemos en lo que Dios dice, para que al sonar su palabra en nuestro corazón podamos aprender de Dios y así prevenir el fracaso en nuestra vida.



Miremos en el libro de Proverbios y observemos estas instrucciones morales que nunca dejan de ser, porque fueron escritas con el cincel de Dios y las manos del Espíritu Santo."


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