El Plan de la Salvación

por Gabirel Otero

La epístola a los Romanos fue escrita por el apóstol Pablo. En el Cap.1:1, nos dice: "Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,..." Por lo cual tenemos la certeza de que Pablo escribió esta carta. Ahora bien, fue dirigida a los hermanos que vivían en Roma. Dice el Vr.7: "...a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo." A los hermanos que estaban en Roma; fue escrita con un carácter de instrucción personal a los que residian en la zona de Italia.



La lección que la misma nos da es muy importante y fundamental en el Nuevo Testamento. Bien, ¿cuál sería para nosotros el o los versículos claves de esta carta personal del apóstol Pablo? En el Cap.1:16-17, encontramos los versículos que forman la clave de esta epístola paulina. Dicen así: "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá." Ahora bien, en el Cap.5:1, encontramos el otro versículo: "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Senor Jesucristo;..." Aquí entonces tenemos la base fundamental de la epístola del apóstol San Pablo a los Romanos: Una presentación clara del plan de la salvación. Por consiguiente la hemos titulado: "El plan de la salvación". Así que la lección espiritual que nosotros podemos aprender de esta carta es muy simple, práctica pero muy profunda. Ella nos habla del plan de la salvación, que es demostrado por Pablo intensamente a través de los dieciseis capítulos que forman esta carta eclesiástica.



En cuanto a su contenido, diríamos que la misma se podría dividir en dos partes muy prácticas. La primera, la parte que forma por asi decir, la doctrina de la salvación. Caps.1-11. Desde el Cap.12 en adelante vamos a encontrar que la carta nos habla de la practicabilidad de la salvación. Luego de pasar la introducción que forman los siete primeros versículos, nos encontramos con lo que sería el cuerpo mismo de la carta, su contenido que está escrito en forma tal que dos pensamientos principales se distinguen en ella. Como ya lo hemos expresado, Pablo nos hace conocer la doctrina de la salvación y la practicabilidad de la salvación. El Cap.12, nos habla de la relación de hermano a hermano. El Cap.13, de la relación político social. El Cap.14, de la obediencia y respeto personal. Y el Cap.15, saludos a aquellos que han sabido ministrar amor en el evangelio.

Vamos a tratar de estudiar esta carta en el breve espacio que disponemos comenzando con la primer parte: La doctrina de la salvación. Pablo nos habla en forma muy detallada acerca de ello, pero nosotros lo vamos a hacer en forma general, no porque nos sobrepongamos a Pablo por supuesto, sino por lo limitado de nuestro espacio. Estos estudios no tienen la intención de analizar a fondo la palabra de Dios, sino ver en forma general a lo menos el apelativo de las Escrituras y la demostración práctica de cada libro de la Biblia. Es indudable que en esta carta a los Romanos, una vez que hemos descubierto su contenido, o sea el plan de la salvación, Pablo describe la necesidad de la salvación basada en la culpabilidad universal. Muchos quizás conocen de memoria el Cap.3 de esta epistola y especialmente el Vr.23, donde Pablo dice: "...por cuanto todos pecaron, y están destituídos de la gloria de Dios." Realmente para entender este versículo tendríamos que leer los Vrs.21-22: "Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él, Porque no hay diferencia,..." Y volvamos nuevamente a leer el Vr.23: "...por cuanto todos pecaron, y están destituídos de la gloria de Dios." Pablo nos habla entonces en primer lugar de la necesidad de la salvación basada en la culpabilidad universal. Y alguien podría decir: ¿Está Pablo implicando que tanto judíos como gentiles son culpables delante de Dios? Bueno, no tenemos más que examinar las Escrituras para saberlo ¿verdad? En el Cap.2:29, dice: "...sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios." Pablo dice que la circuncisión pacto dado a Abraham y sobre el cual Dios basó su relación, es decir, el símbolo de su relación con el pueblo israelita, dice que ese símbolo no tiene nada que ver con la salvación. La salvación es un acto personal. Si bien Dios hizo un pacto con Abraham y su familia y su descendencia, tal pacto, estimamos, está en vigencia a través del nuevo pacto que tenemos en Cristo, porque la incorporación dentro del pacto de Dios no es por herencia familiar, sino por responsabilidad personal. Por eso los judíos entonces, dice Pablo, aunque hayan sido circuncidados, eso no los coloca dentro de la esfera cristiana.



¿Qué acerca de los gentiles? En el Cap.1:18 hasta el Cap.2, Pablo habla en forma detenida acerca de los gentiles. Vamos a leer solamente el Cap.1:18-20: "Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifestado, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa." Notamos entonces que el que no es judío, el gentil, no tiene excusa por serlo. ¿Nos damos cuenta? Dios ha hecho un mundo que habla no sólo ya de la presencia de un Dios, pero habla de la presencia de un Dios particular, y ese Dios se revela como dice aquí la Escritura, en las cosas invisibles de él, su poder y deidad. Ese poder, esa deidad, esa fuerza imperativa de Dios es por todos los medios la revelación de la justicia de Dios y del plan de Dios. Y el incrédulo, tanto el gentil como el judío, no tienen ninguna esperanza, ni ninguna base para justificarse, ni ninguna otra cosa, por lo tanto necesitan la salvación. Eso es lo que Pablo dice. Cuando él se informa de las horribles cosas que nos revela en el Cap.1, de los horribles pecados; cuando asimismo nos informa en el Cap.2 acerca de lo justo que es Dios y lo que él planea hacer; cuando nos habla en el Cap.3 de que la situación total del individuo es la que el libro de los Salmos nos dice, es la que los profetas señalaron. Cuando Pablo derrama toda esa información en los Caps.1,2 y 3, toda esa información es negativa. Pero, no es realmente una información negativa; no es algo que el cristinao dice, no haga esto, no haga lo otro, no. La vida del cristiano es sí, amén, pero ¿a qué?, a las cosas de Dios. Y si decimos sí, amén a las cosas de Dios, automáticamente no estamos haciendo lo negativo. La vida del cristiano es ocuparse de lo positivo. Ahí está el gozo del creyente, ahí está la positividad del cristiano. Pero hay una necesidad, hay un punto por donde empezar, y a ese punto Pablo lo quiere aclarar perfectamente. El dice, lo que yo quiero comunicarles a ustedes es una cosa muy simple, pero muy práctica, pues si no entendemos a Dios por las buenas, algún día lo vamos a entender por las malas, y yo quiero evitar esa situación con ustedes. En otra palabra, los Caps.1-3, son como una medicina preventiva. Pablo quiere informarnos de aquellas cosas que Dios dice que somos culpables, antes de que Dios personalmente nos lo diga. El amor de Dios es infinito, no tiene límites ni comprensión. Así que, vemos que esta carta a los Romanos llena de amor y de justicia, nos habla de que el plan de salvación de Dios es una necesidad en la persona humana. ¿Por qué? Porque Pablo nos da suficiente información para darnos cuenta que existe una culpabilidad universal.

Seguidamente el escritor sagrado se mueve al método de la salvación. Ese método está basado en la justificación por la fe. En el Cap.5:1, leemos estas palabras: "Justificados, pues, -justificados, ya Pablo habla a creyentes, ¿verdad? Así que usa la palabra en el tiempo pasado, dice que es un hecho ya corroborado, un hecho ya afirmado, un hecho consumado- por la fe, -ese es el elemento que brinda la justificación- tenemos paz para con Dios -y miremos el agente que pone la justificación- por medio de nuestro Señor Jesucristo;..." Notamos entonces que el método de la salvación es la justificación por la fe. En otra palabra, un individuo puede llegar a ser justificado mediante la fe. Por eso Pablo dice en el Cap.10:17: "Así que la fe es por el oir, y el oir, por la palabra de Dios." La fe de la cual Pablo está hablando es la fe que tiene referencia a la salvación, la cual nos coloca en un estado de justificación delante de Dios. En otra palabra, nos declara no culpables del hecho que Dios antes nos cargaba con culpa. En verdad esta es una posición maravillosa frente a Dios. Esta posición declara abiertamente de que Dios es capaz de justificar a cualquier individuo que tiene la fe que él desea que tenga y que por otra parte él provee. Miremos de esto por ejemplo en el Cap.3:29-30: "¿Es solamente Dios de los judíos? -y cuando se refiere a la palabra de Dios, se refiere a la palabra hebrea Elohim, que no es solamente el creador de los judíos- ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles." El Dios de la Biblia es un Dios, ¿por qué? Pablo lo dice en el Vr.30: "Porque Dios es uno, -no se puede dividir un Dios para los judíos y un Dios par los gentiles- y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión." Fijémonos lo que dice Pablo: "...él justificará -tiempo futuro- por la fe a los de la circuncisión,..." Si algún israelita nacido en Palestina, hoy quiere ser salvo, tiene la posibilidad de ser salvo, no a través del cordero, del templo de Israel, por supuesto. Pablo dice aquí muy clarito, dice por la fe y por medio de la fe a los de la incircuncisión, a los gentiles a nosotros. ¡Qué maravilloso! ¿verdad? El método de la salvación basado en la justificación por la fe, tanto para nosotros, tanto igual para los judíos. ¡Qué obra maravillosa la obra de la salvación! Es una obra magnífica porque sobrepasa esa ley que nos declaraba culpables y nos da la posibilidad de poder entender y alabar a Dios, encontrarnos con Dios en un momento personal inigualable. Una persona que está justificada es pacífica, una persona que se ha encontrado ante un tribunl y fue declarada no culpable, es una persona que tiene completa comunión con las personas que lo habían declarado culpable. En otra palabra, Dios dice que para la reconciliación del hombre con él, todo depende de esa base jurídica que él puso para justificar al hombre y que indudablemente de acuerdo a lo que Pablo nos dice en el Cap.5:1, está basada en dos elementos vitales. En primer lugar, la fe; pero no la fe en una religión, no la fe basada en un principio de doctrinas, sino la fe en la persona de Cristo Jesús. Es decir, que cuando decimos que Cristo Jesús murió en la cruz del calvario, cuando decimos que Cristo Jesús fue sepultado, y cuando decimos que Cristo Jesús resucitó al tercer día, estamos diciendo que Jesús cumplió con el pago de la penalidad del pecado y legalmente delante de Dios entonces aquellos que creen en él, Dios les imputa la justicia de Cristo en sus propias vidas, y entonces por el método de la imputación bíblica, tal persona se presenta delante de Dios justificada, libre de culpa y por lo tanto tiene paz para con Dios y paz para aquellos que han sido tratados de la misma menera. Simple, simple, muy simple, para que lo entendamos.

En tercer lugar, esta carta a los Romanos sigue hablándonos del plan de la salvación pero ahora a través de la bendición de la salvación. Esta bendición está basada en el amor de Dios. En el Cap.5:5, dice así: "...y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado." ¿Nos damos cuenta? La bendición que tiene la salvación no solamente comienza, podríamos decir, con una justificación delante de Dios. Algunas personas creen que del final, porque no han crecido en amor, y a mí me pasó y sin duda a muchos les habrá pasado. Nos creíamos justificados con Dios por Cristo, por supuesto. Y entonces nos creíamos que ya éramos dioses y veíamos a todos culpables. No, esa no es la actitud del cristiano. El cristiano ve que una persona va camino a un pozo, ve que está en peligro, ve que irremediablemente va a una tumba sin retorno, y entonces se desespera para presentarle el plan de Dios. ¿Pero cómo debe hacerlo?: Con amor, con amor; sin amor sería imposible presentarlo. Si no se ve el fruto del Espíritu Santo en nosotros, no hay cambio, no hay luz, no hay brillo en esa salvación que pretendemos presentarle. Y entonces el que no es creyente no quiere lo que tenemos, porque si entre nosotros nos peleamos, si discutimos, si nosotros argumentamos y estamos murmurando todo el día los unos de los otros, los que no son creyentes, no necesitan ese tipo de doctrina porque igualmente ellos lo hacen sin ser cristianos. ¿Y para qué quieren ser cristianos, para vivir de esa manera? ¿Nos damos cuenta de la importancia de entender la bendición de la salvación? La salvación nos ha dado una bendición maravillosa; es una esperanza que no avergüenza, ¿por qué? "...porque el amor de Dios ha sido derramado en nosotros por el Espíritu Santo..." En otra palabra, ninguno de nosotros puede decir: "Oh, mi temperamento no me permite amar. Oh, pero yo soy un hombre de carácter muy violento." Entonces, ¿qué acerca del Espíritu Santo? Lo tenemos por supuesto. Si creemos en Cristo lo tenemos y si lo tenemos, ¿nos hemos dado cuenta que tenemos el amor de Dios? En el idioma griego hay una palabra que habla del amor de Dios, la palabra ágape. Y muchos de nosotros decimos esa palabra pero no sabemos cómo describirla. Fijémonos que en el Vr.8, de este Cap.5, Dios dice que mostró ese amor cuando éramos enemigos de él: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." Y dice el Vr.10: "Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida." Por la muerte de Cristo somos justificados y por la resurrección de Cristo tenemos vida, si creemos por supuesto. Pero hay una bendición que la salvación nos da, y esa bendición es que podemos amar con la copacidad con que Dios ama. ¡Oh, esto es mucho! Esto es realmente bastante serio. Esto nos llama la atención a examinarnos, a orar, a pedirle a Dios que nos perdone para poder amar como él ama. Y pedirle a Dios también ahora que entendemos un poco más de la salvación, nos sintamos más felices y más capaces de amarnos y de compartir ese amor con otros, y de esta manera poder lograr que se produzca la salvación en el corazon de otros.


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