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Sermones
El Valor del Caracter Cristiano

3 Juan

por Gabriel Otero

Llegamos así a la tercera epístola del apóstol San Juan. Esta epístola contiene un pensamiento principal por el cual podemos valorar nuestra vida cristiana. La "película" que nos presenta Juan es como si fuera un panorama completo del valor del carácter del hombre y la mujer cristiana. Por eso vamos a titular al estudio de esta carta: "El valor del carácter cristiano".



Encontramos aquí tres características personales relacionadas con tres hombres que están mencionados en la epístola, los cuales nos dan a conocer el valor del carácter cristiano. Primero vemos a un cristiano responsable; luego a un cristiano rebelde; y en tercer lugar, a un cristiano respetable.



En los Vrs.1-8, encontramos las características de este cristiano responsable. En primer lugar, la alabanza dirigida a este hombre. ¿Por qué razón el apóstol Juan cree que este cristiano es responsable? Dicen así los Vrs.1-2: "El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad. Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma." Ahora hagamos otra pregunta: ¿Cuál es la razón por la cual Gayo es admirado? Porque su alma prospera. Muchas veces nosotros nos fijamos en aquellas personas que no son creyentes, y vemos que compran una casa, un automóvil, un barco, un avión, y cuántas cosas más, y decimos: ¡Dios mío, cómo prospera fulano o mengano! ¿verdad? Fijémonos lo que dice la Escritura: "...así como prospera tu alma." Quizás nuestro hermano Gayo estaba enfermo según nos sugiere este Vr.2, y por eso los deseos de buena salud que le extiende el apóstol Juan. Pero por encima de esta posible enfermedad, o por encima de las circunstancias en las cuales este hermano vivia, notamos en una manera magnífica la expresión del apóstol: "El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad." ¿Por qué? Porque su alma prospera, su relación con Dios prospera, su carácter con Dios prospera, su camino con Dios prospera, y eso es suficiente. ¡Qué palabras de aliento! Indudablemente aquí encontramos a un hombre responsable. El primer paso en la vida cristiana de un hombre responsable, es la prosperidad de su alma y no la prosperidad de sus bienes. Hay hermanos que piensan y dicen "bueno, he comprado una casa más moderna en un barrio de más categoría, veo cómo Dios me ha prosperado". No nos engañemos, la prosperidad económica no es necesariamente un símbolo de la prosperidad espiritual. La salud física tampoco es símbolo de la salud espiritual. El apóstol le dice al hermano Gayo ¡cómo prospera tu alma!


Otra característica de un cristiano responsable es su reputación. Vrs.3-4: "Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. No tengo yo mayor gozo que este, el oir que mis hijos andan en la verdad." He aquí la reputación que ganó nuestro hermano Gayo. Juan hace referencia en esta epistola y se expresa con tan buenas palabras hacia Gayo, porque su alma es próspera y lo es simplemente porque anda en la verdad. Andar en la verdad significa obedecer la palabra de Dios, como dice este apóstol en su evangelio, Cap.17:17. Jesús orando al Padre dijo: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad." Por eso encontramos en esta carta la expresión tan clara y precisa de nuestro hermano que desde las palabras de admiración pasa a palabras de reputación. He aquí un hombre que no solamente cree en la verdad, un hombre que camina en la verdad.



Luego los Vrs.5-8, nos dan su ocupación: "Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje. Porque ellos salieron por amor del nombre de El, sin aceptar nada de los gentiles. Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos con la verdad." Amado, hay algo que realmente me impresiona, dice el apóstol, amado hay algo que realmente me llena de satisfacción, de que tú eres fiel con aquellos que aun son desconocidos. Amado, me impresiona este amor que es producido por el amor de Dios. Pero tú eres un hombre responsable, tú eres un hombre en el cual el Espíritu de Cristo está con vida. ¿Y cuál era la virtud que Gayo exhibía? Fidelidad para con aquellos que eran desconocidos. He aquí un cristiano responsable. Esta epístola nos llama la atención acerca de la vitalidad del carácter cristiano. Un hombre responsable; un hombre en el cual había prosperidad en su alma; un hombre en el cual había una reputación clara. Era un hombre fiel a la palabra de Dios, en el cual su ocupación, su ministerio y su servicio era dado con fidelidad. ¿Podríamos nosotros aplicar algo de esto a nuestra vida? Pensamos que cada uno de nosotros podríamos llevar dentro de nuestra personalidad un poquito de esto que nuestro hermano Gayo poseía de acuerdo al testimonio de Juan. Para ser responsable tenemos tres aspectos fundamentales que cumplir: Primero, prosperar nuestra alma con limpieza de corazón. Segundo, amar la verdad; amar significa obedecer. Y tercero, ocuparnos decididamente a ser fieles a lo que sabemos, fieles a la verdad.


Pasemos ahora al segundo punto de nuestro estudio que se encuentra en los Vrs.9-10: un cristiano rebelde. En el Vr.9, su carácter; en el 10, su conducta. He aquí su carácter: "Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe." ¿Cuál es su carácter? Orgullo personal. "Yo he escrito a la iglesia;..." Y quizás este Diótrefes era un diácono, o un anciano, o uno de los pastores de la iglesia. Y dice Juan que el ha escrito a la iglesia, le ha comunicado a la iglesia acerca de cosas fundamentales ¿y qué ha sucedido? Este hombre no contesta, no responde a sus cartas. ¿Por qué? Porque, dice, le gusta tener el primer lugar en la iglesia y si los hermanos leen lo que el apóstol Juan les está escribiendo, sin duda no le van a dar a Diótrefes el primer lugar, por supuesto y consecuentemente este hermano caerá del lugar que pretende tener. Por eso priva a los hermanos de Efeso que demuestren su amor no sólo para con Juan, sino con alquellos hermanos desconocidos que llegan a la iglesia. Pensemos en esto, el orgullo personal destruye el amor. Querer ser primero destruye el compañerismo. Querer ocupar el primer lugar cueste lo que cueste, nos priva del gozo en el ministerio para el Señor. Querer ser el primer pastor, el primer diácono, el primer maestro de la escuela dominical; querer tener una posición de orgullo sin tener una responsabilidad adecuada, sin haberla logrado por los medios correctos, tal posición, no nos engañemos, no es saludable a la iglesia y tal actitud es rebeldía.



Ahora fijémonos en la conducta de este hombre rebelde. Vr.10: "Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohibe, y los expulsa de la iglesia." En otra palabra, la conducta de este individuo es inadecuada. ¿Nos damos cuenta? En primer lugar, "parlotear". Parlotear es hablar como un loro, valga la expresión, es repetir sin sentido. Sí, un loro es capaz de repetir y reproducir sonidos vocales semejantes a los del ser humano, pero esos sonidos vocales no tienen sentido. Por eso dice aquí que este individuo cuando habla lo hace sin sentido, es un loro, ta, ta, ta, parlotea. Luego Juan dice que habla contra nosotros, tiene malicia. Su conducta no es una conducta cristiana. Y lamentablemente tal individuo estaba dentro de la iglesia. ¿Nos damos cuenta por qué en 1.Timoteo Cap.3:1-7, tenemos allí la descripción de las obligaciones y demandas que Dios requiere del pastor? En el mismo capítulo Vrs.8-13, tenemos las demandas hechas a los diáconos, ¿para qué? para que sean cristianos de carácter. Resumiendo entonces este segundo punto, digamos que el tal Diótefres era un hombre rebelde, que no tenía corazón; se rebelaba por cualquier cosa. ¿Por qué? Porque no existía en él un verdadero carácter cristiano. No era fiel a su iglesia, con lo cual no era fiel a los hermanos. En otra palabra, no se relacionaba con los hermanos en amor y por ende no era fiel a la verdad. Por eso la causa de su rebeldía era querer tomar posición personal en lugar de tomar la posición adecuada delante de Dios.



En tercer lugar, encontramos en esta carta dentro del valor del carácter cristiano, a un hombre respetado. Vr.12. Fijémonos el carácter y cómo el apóstol describe a este hermano: "Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero." Vemos a un hombre respetado. ¿Quiénes dan testimonio de él? Todos dan testimonio de Demetrio; todos los hombres que conocen a Demetrio conocen a la misma persona. Esto es muy difícil, esto no se consigue en seis años de seminario, esto no se consigue con un título de doctor en teología. Esto se consigue con una vida de carácter. ¿Quién otro da testimonio de Demetrio?: La verdad misma. La palabra de Dios cuando es confrontada con la vida de Demetrio, da testimonio que ese hermano es leal. Sin duda que estamos delante de un gigante. ¿Y cuántas veces Demetrio es usado en nuestras iglesias, cuántas veces hablamos y predicamos acerca de la vida de Demetrio? Quizás esta es la primera vez que el lector tiene referencia acerca de tal persona ¿verdad? Cuando confrontamos la verdad de la palabra de Dios con la vida de Demetrio, hay un testimonio limpio. Y finalmente, dice Juan, "...también nosotros damos testimonio,..." el apostolado de Juan da testimonio de este cristiano excelente. Demetrio, un hombre respetado. ¿Qué nos parece tener un testimonio como el de Demetrio? ¿Qué nos parece si nuestra vida fuera una vida respetada por todos los hombres? Es posible que en cuanto a nuestra fe cristiana nos miren de una manera rara, quizás piensan que somos locos, pero vemos que cuando se trata de valorar nuestro carácter, el mundo nos respeta. Y eso es lo que quiere comunicarnos Juan en esta carta. El nos habla del valor del carácter cristiano, que el mundo no tenga que decir que somos falsos testigos de Cristo Jesús porque nuestra vida no concuerda con el Espíritu de Dios, ni con su palabra. ¿Nos damos cuenta del principio bíblico que Juan nos quiere comunicar? El nos quiere decir que debemos ser responsables prosperando espiritualmente, amando la palabra de Dios y siendo fieles en nuestro servicio cristiano. En segundo lugar, debemos cuidar nuestro carácter personal. La envidia, la posición, de todas esas cosas debemos cuidarnos para que no trabajemos por una posición o por un orgullo o por un premio que los hombres puedan darnos, sino que trabajemos limpiamente delante de nuestro Señor. Y finalmente para que todos los hombres cuando nos miren, nos miren limpios y no tengamos de qué avergonarnos, sino que nos sintamos bien de saber que obedecemos a la verdad. Y que cuando otros nos miren, cristianos o no, puedan decir "ese es un cristiano verdadero".