LA SEGUNDA EPÍSTOLA

DEL APÓSTOL SAN PABLO

Á LOS

CORINTIOS



CAPITULO 1.

1 PABLO, apóstol de Jesu-Cristo por la voluntad de Dios, y Timotéo el
hermano, á la iglesia de Dios que está en Corinto, juntamente con todos los
santos que están por toda la Achaia.

2 Gracia y paz á vosotros de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesu-Cristo.

3 Bendito [sea] el Dios y Padre del Señor Jesu-Cristo, el Padre de
misericordias, y el Dios de toda consolacion,

4 El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos
tambien nosotros consolar á los que están en cualquiera angustia, con la
consolacion con que nosotros somos consolados de Dios.

5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo así
abunda tambien por el [mismo] Cristo nuestra consolacion.

6 Mas si somos atribulados, [es] por vuestra consolacion y salud, la cual es
obrada en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros tambien padecemos: ó
si somos consolados, [es] por vuestra consolacion y salud;

7 Y nuestra esperanza de vosotros es firme; estando ciertos que como sois
compañeros de las aflicciones, así tambien [lo seréis] de la consolacion.

8 Porque hermanos, no queremos que ignoreis de nuestra tribulacion que nos
fué hecha en Asia; que sobre manera fuimos cargados sobre [nuestras] fuerzas,
de tal manera que estuviésemos en duda de la vida.

9 Mas nosotros tuvimos en nosotros mismos respuesta de muerte, para que no
confiemos en nosotros mismos, sino en Dios, que levanta los muertos:

10 El cual nos libró, y libra de tanta muerte; en el cual esperamos que aun
nos librará;

11 Ayudándonos tambien vosotros con oracion por nosotros, para que por la
merced [hecha] á nos por respeto de muchos, por muchos [tambien] sean hechas
gracias por nosotros.

12 Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que
con simplicidad y sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, mas con la
gracia de Dios, hemos conversado en el mundo, y muy más con vosotros.

13 Porque no os escribimos otras cosas de las que leeis, ó tambien conoceis;
y espero que aun hasta el fin [las] conoceréis:

14 Como tambien en parte habeis conocido que somos vuestra gloria, así como
tambien vosotros

la nuestra, para el dia del Señor Jesus.

15 Y con esta confianza quise primero ir á vosotros, para que tuvieseis una
segunda gracia;

16 Y por vosotros pasar á Macedonia, y de Macedonia venir otra vez á
vosotros, y ser vuelto de vosotros á Judéa.

17 Así que pretendiendo esto, ¿usé quizá de liviandad? ó lo que pienso
[hacer,] ¿piénso[lo] segun la carne, para que haya en mí Sí y No?

18 Antes Dios fiel [sabe] que nuestra palabra para con vosotros no es Sí y
No.

19 Porque el Hijo de Dios, Jesu-Cristo, que por nosotros ha sido entre
vosotros predicado, por mí, y Silvano, y Timotéo, no ha sido Sí y No; mas ha
sido Sí en él.

20 Porque todas las promesas de Dios [son] en él Sí, y en él Amen por
nosotros á gloria de Dios.

21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, [es]
Dios;

22 El cual tambien nos ha sellado, y dado la prenda del Espíritu en nuestros
corazones.

23 Mas yo llamo á Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con
vosotros no he pasado todavia á Corinto.

24 No que nos enseñoreemos de vuestra fé, mas somos ayudadores de vuestro
gozo: porque por la fé estais firmes.



CAPITULO 2.

1 ESTO pues determiné para conmigo, no venir otra vez á vosotros con
tristeza.

2 Porque si yo os contristo, ¿quién será luego el que me alegrará, sino
aquel á quien yo contristare?

3 Y esto mismo os escribí, porque cuando llegare no tenga tristeza sobre
tristeza de los que me debiera gozar: confiando en vosotros todos que mi gozo
es [el] de todos vosotros.

4 Porque por la mucha tribulacion y angustia del corazon os escribí con
muchas lágrimas; no para que fueseis contristados, mas para que supieseis
cuánto más amor tengo para con vosotros.

5 Que si alguno [me] contristó, no me contristo á mí, sino en parte; por no
cargaros á todos vosotros.

6 Bástele al tal esta reprension [hecha] de muchos.

7 Así que, al contrario, vosotros más bien lo perdoneis y consoleis, porque
no sea el tal consumido de demasiada tristeza.

8 Por lo cual os ruego que confirmeis el amor para con él.

9 Porque tambien por este fin [os] escribí, para tener experiencia de
vosotros si sois obedientes en todo.

10 Y al que vosotros perdonareis, yo tambien: porque tambien yo lo que he
perdonado, si algo he perdonado, por vosotros [lo he hecho] en persona de
Cristo;

11 Porque no seamos engañados de Satanás: pues no ignoramos sus
maquinaciones.

12 Cuando vine á Troas para el Evangelio de Cristo, aunque me fué abierta
puerta en el Señor,

13 No tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado á Tito mi hermano:
así despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.

14 Mas á Dios gracias, el cual hace que siempre triunfemos en Cristo Jesus,
y manifiesta el olor de su conocimiento por nosotros en todo lugar.

15 Porque para Dios somos buen olor de Cristo en los que se salvan, y en los
que se pierden.

16 A estos ciertamente olor de muerte para muerte: y á aquellos olor de vida
para vida. Y para estas cosas ¿quién es suficiente?

17 Porque no somos, como muchos, mercaderes falsos de la palabra de Dios,
ántes con sinceridad, como de Dios, delante de Dios, hablamos en Cristo.



CAPITULO 3.

1 COMENZAMOS otra vez á alabarnos á nosotros mismos? ¿ó tenemos necesidad,
como algunos, de letras de recomendacion para vosotros, ó de recomendacion de
vosotros?

2 Nuestras letras sois vosotros, escritas en nuestros corazones, sabidas y
leidas de todos los hombres;

3 Siendo manifiesto que sois letra de Cristo administrada de nosotros, y
escrita no con tinta, mas con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de
piedra, sino en tablas de carne del corazon.

4 Y tal confianza tenemos por Cristo para con Dios:

5 No que seamos suficientes de nosotros mismos para pensar algo como de
nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia [es] de Dios;

6 El cual asimismo nos hizo [que fuésemos] ministros suficientes del nuevo
pacto: no de la letra, mas del espíritu; porque la letra mata, mas el
espíritu vivifica.

7 Y si el ministerio de muerte en la letra grabado en piedras, fué con
gloria, tanto que los hijos de Israel no pudiesen poner los ojos en la faz de
Moisés, á causa de la gloria de su rostro, la cual habia de perecer,

8 ¿Cómo no será más bien con gloria el ministerio del Espíritu?

9 Porque si el ministerio de condenacion fué [con] gloria, mucho mas
abundará en gloria el ministerio de justicia.

10 Porque aun lo que fué [tan] glorioso, no es glorioso en esta parte, en
comparacion de la excelente gloria.

11 Porque si lo que perece [tuvo] gloria, mucho más [será] en gloria lo que
permanece.

12 Así que teniendo tal esperanza, hablamos con mucha confianza.

13 Y no como Moisés, [que] ponia un velo sobre su faz, para que los hijos de
Israel no pusiesen los ojos en el fin de lo que habia de ser abolido.

14 Empero los sentidos de ellos se embotaron; porque hasta el dia de hoy
[les] queda el mismo velo no descubierto en la leccion del antiguo
testamento, el cual por Cristo es quitado.

15 Y aun hasta el dia de hoy, cuando Moisés es leido, el velo está puesto
sobre el corazon de ellos.

16 Mas cuando se convirtieren al Señor, el velo se quitará.

17 Porque el Señor es el Espíritu: y donde [hay] aquel Espíritu del Señor,
allí [hay] libertad.

18 Por tanto, nosotros todos, mirando á cara descubierta como en un espejo
la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma
semejanza, como por el Espíritu del Señor.



CAPITULO 4.

1 POR lo cual teniendo [nosotros] esta administracion segun la misericordia
que hemos alcanzado, no desmayamos;

2 Antes quitamos los escondrijos de vergüenza, no andando con astucia, ni
adulterando la palabra de Dios, sino por manifestacion de verdad
encomendándonos á nosotros mismos á toda conciencia humana delante de Dios.

3 Que si nuestro Evangelio está aun encubierto, entre los que se pierden
está encubierto:

4 En los cuales el dios de este siglo cegó los entendimientos de los
incrédulos, para que no les resplandezca la lumbre del Evangelio de la gloria
de Cristo, el cual es la imágen de Dios.

5 Porque no nos predicamos á nosotros  mismos, sino á Jesu-Cristo el Señor;
y nosotros vuestros siervos por Jesus.

6 Porque Dios, que mando que de las tinieblas resplandeciese la luz, [es el]
que resplandeció en nuestros corazones, para iluminacion del conocimiento de
la gloria de Dios en la faz de Cristo.

7 Tenemos empero este tesoro en vasos de barro, para que la alteza del poder
sea de Dios, y no de nosotros:

8 [Estando] atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no
desesperamos;

9 Perseguidos, mas no desamparados; abatidos, mas no perecemos;

10 Llevando siempre por todas partes la muerte de Jesus en el cuerpo para
que tambien la vida de Jesus sea manifestada en nuestros cuerpos.

11 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados á muerte por
Jesus, para que tambien la vida de Jesus sea manifestada en nuestra carne
mortal.

12 De manera que la muerte obra en nosotros, y en vosotros la vida.

13 Empero teniendo el mismo espíritu de fé, conforme á lo que está escrito:
Creí, por lo cual tambien hablé: nosotros tambien creemos, por lo cual
tambien hablamos;

14 Estando ciertos que el que levantó al Señor Jesus, á nosotros tambien nos
levantará por Jesus, y nos pondrá con vosotros.

15 Porque todas [estas] cosas [padecemos] por vosotros, para que abundando
la gracia por muchos, en el hacimiento de gracias sobreabunde á gloria de
Dios.

16 Por tanto no desmayamos; ántes aunque este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior empero se renueva de dia en dia.

17 Porque lo que al presente es momentáneo y leve de nuestra tribulacion,
nos obra un sobremanera alto y eterno peso de gloria;

18 No mirando nosotros á las cosas que se ven, sino á las que no se ven:
porque las cosas que se ven, [son] temporales; mas las que no se ven, [son]
eternas.



CAPITULO 5.

1 PORQUE sabemos, que si la casa terrestre de [esta] nuestra habitacion se
deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna
en los cielos.

2 Y por esto tambien gemimos, deseando ser sobrevestidos de aquella nuestra
habitacion celestial;

3 Puesto que en verdad habremos sido hallados vestidos, y no desnudos.

4 Porque asimismo los que estamos en [este] tabernáculo, gemimos agravados;
porque no quisiéramos ser desnudados, sino sobrevestidos, para que lo mortal
sea absorbido por la vida.

5 Mas el que nos hizo para esto mismo, [es] Dios; el cual nos ha dado la
prenda del Espíritu.

6 Así que [vivimos] confiados siempre y sabiendo, que entretanto que estamos
en el cuerpo, peregrinamos [ausentes] del Señor.

7 (Porque por fé andamos, no por vista.)

8 Mas confiamos, y más quisiéramos partir del cuerpo, y estar presentes al
Señor.

9 Por tanto procuramos tambien, ó ausentes, ó presentes, serle agradables:

10 Porque es menester que todos nosotros parezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno reciba segun lo que hubiere hecho por medio del
cuerpo, ora [sea] bueno ó malo:

11 Estando pues poseidos del temor del Señor, persuadimos á los hombres, mas
á Dios somos manifiestos: y espero que tambien en vuestras conciencias somos
manifiestos.

12 No nos encomendamos, pues, otra vez á vosotros, sino os damos ocasion de
gloriaros por nosotros, para que tengais [qué responder] contra los que se
glorían en las apariencias, y no en el corazon.

13 Porque si loqueamos, [es] para Dios; y si estamos en seso, [es] para
vosotros.

14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto; Que si uno murió
por todos, luego todos son muertos:

15 Y por todos murió Cristo, para que los que viven, ya no vivan para sí,
mas para aquel que murió y resucitó por ellos.

16 De manera que nosotros de aquí adelante á nadie conocemos segun la carne:
y aun si á Cristo conocimos segun la carne, empero ahora ya no [le]
conocemos.

17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura [es:] las cosas
viejas pasaron; hé aquí todas son hechas nuevas.

18 Y todo esto [viene] de Dios, el cual nos reconcilió á sí por Cristo; y
nos dió el ministerio de la reconciliacion.

19 Porque ciertamente Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo á sí, no
imputándoles sus pecados, y puso en nosotros la palabra de la reconciliacion.

20 Así que somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios [os] rogase
por medio nuestro: [os] rogamos en nombre de Cristo: Reconciliáos con Dios.

21 Al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.



CAPITULO 6.

1 Y ASÍ [nosotros, como] ayudadores juntamente [con él, os] exhortamos
tambien á que no recibais en vano la gracia de Dios,

2 (Porque dice: En tiempo aceptable te he oido, y en dia de salud te he
socorrido: hé aquí ahora el tiempo aceptable; hé aquí ahora el dia de salud.)

3 No dando á nadie ningun escandalo, porque el ministerio [nuestro] no sea
vituperado:

4 Antes habiéndonos en todas cosas como ministros de Dios, en mucha
paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias,

5 En azotes, en cárceles, en alborotos, en trabajos, en vigilias, en ayunos,

6 En castidad, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en Espíritu Santo, en
amor no fingido,

7 En palabra de verdad, en potencia de Dios, en armas de justicia á diestro
y á siniestro,

8 Por honra y por deshonra, por infamia y por buena fama; como engañadores,
mas hombres de verdad,

9 Como ignorados, mas conocidos; como muriendo, mas hé aquí vivimos; como
castigados, mas no muertos;

10 Como doloridos, mas siempre gozosos; como pobres, enriqueciendo á muchos;
como no

teniendo nada, mas poseyéndolo todo.

11 Nuestra boca esta abierta á vosotros, oh Corintios; nuestro corazon es
ensanchado.

12 No estais estrechos en nosotros; mas estais estrechos en vuestras
[propias] entrañas.

13 Pues para corresponder al propio modo, (como á hijos hablo,) ensancháos
tambien vosotros.

14 No os junteis en yugo con los infieles, porque ¿qué compañía tiene la
justicia con la injusticia? y ¿qué comunion la luz con las tinieblas,

15 Y ¿qué concordia Cristo con Belial? ó ¿qué parte el fiel con el infiel?

16 Y ¿qué concierto el templo de Dios con los ídolos? Porque vosotros sois
el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos; y
seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo.

17 Por lo cual salid de en medio de ellos, y apartáos, dice el Señor; y no
toqueis lo inmundo; y yo os recibiré,

18 Y seré á vosotros Padre, y vosotros me seréis á mí hijos é hijas, dice el
Señor Todopoderoso.



CAPITULO 7.

1 ASÍ que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificacion en temor
de Dios.

2 Admitidnos: á nadie hemos injuriado, á nadie hemos corrompido, á nadie
hemos engañado.

3 No para condenar[os lo] digo; que ya he dicho ántes que estais en nuestros
corazones, para morir y para vivir juntamente [con vosotros.]

4 Mucha confianza tengo de vosotros, tengo de vosotros mucha gloria; lleno
estoy de consolacion, sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones.

5 Porque aun cuando vinimos á Macedonia, ningun reposo tuvo nuestra carne;
ántes en todo fuimos atribulados: de fuera cuestiones, de dentro temores.

6 Mas Dios, que consuela los humildes, nos consoló con la venida de Tito:

7 Y no solo con su venida, sino tambien con la consolacion con que él fué
consolado acerca de vosotros, haciéndonos saber vuestro deseo grande, vuestro
lloro, vuestro celo por mí, para que así me gozase mas.

8 Porque aunque os contristé por carta, no me arrepiento, bien que me
arrepentí; porque veo que aquella carta, aunque por [algun] tiempo os
contristó,

9 Ahora me gozo, no porque hayais sido contristados, sino porque fuisteis
contristados para arrepentimiento; porque habeis sido contristados segun
Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte.

10 Porque el dolor que es segun Dios obra arrepentimiento saludable, de que
no hay que arrepentirse; mas el dolor del siglo, obra muerte.

11 Porque hé aquí, esto mismo que segun Dios fuisteis contristados, cuánta
solicitud ha obrado en vosotros, y aun defensa, y aun enojo, y aun temor, más
gran deseo, y aun celo, y además vindicacion. En todo os habeis mostrado
limpios en el negocio.

12 Así que, aunque os escribí, no [fué] por causa del que hizo la injuria,
ni por causa del que la padeció, mas para que os fuese manifiesta nuestra
solicitud que tenemos por vosotros delante de Dios.

13 Por tanto tomamos consolacion de vuestra consolacion: empero mucho más
nos gozamos por el gozo de Tito, que haya sido recreado su espíritu de todos
vosotros.

14 Pues si algo me he gloriado para con él de vosotros, no he sido
avergonzado; ántes como todo lo que habiamos dicho de vosotros [era] con
verdad, así tambien nuestra gloria delante de Tito fué hallada verdadera.

15 Y sus entrañas son más abundantes para con vosotros cuando se acuerda de
la obediencia de todos vosotros, [y] de cómo lo recibisteis con temor y
temblor.

16 Me gozo de que en todo estoy confiado de vosotros.



CAPITULO 8.

1 ASIMISMO, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios, que ha sido dada á
las iglesias de Macedonia:

2 Que en grande prueba de tribulacion la abundancia de su gozo y su profunda
pobreza abundaron en riquezas de su bondad.

3 Pues de su grado [han dado] conforme á [sus] fuerzas, yo testifico, y aun
sobre [sus] fuerzas;

4 Pidiéndonos con muchos ruegos, que aceptásemos la gracia y la comunicacion
del servicio para los santos.

5 Y no como [lo] esperábamos, mas aun á sí mismos se dieron primeramente al
Señor, y á nosotros por la voluntad de Dios.

6 De manera que exhortamos á Tito que como comenzó ántes, así tambien acabe
esta gracia entre vosotros tambien.

7 Por tanto, como en todo abundais, en fé, y en palabra, y [en] ciencia, y
en toda solicitud, y [en] vuestro amor para con nosotros, que tambien
abundeis en esta gracia.

8 No hablo como quien manda, sino para poner á prueba por la eficacia de
otros, la sinceridad tambien de la caridad vuestra.

9 Porque ya sabeis la gracia de nuestro Señor Jesu-Cristo, que por amor de
vosotros se hizo pobre, siendo rico; para que vosotros con su pobreza fueseis
enriquecidos.

10 Y en esto doy [mi] consejo: porque esto os conviene á vosotros, que
comenzasteis ántes, no solo á hacerlo, mas aun a querer lo desde el año
pasado.

11 Ahora pues, llevad tambien á cabo el hecho: para que como [estuvisteis]
prontos á querer, así tambien [lo esteis] en cumplir conforme á lo que
teneis.

12 Porque si primero hay la voluntad pronto, será acepta por lo que tiene,
no por lo que no tiene.

13 Porque no [se hace esto] para que haya para otros desahogo, y para
vosotros apretura;

14 Sino para que en este tiempo, con igualdad, vuestra abundancia supla la
falta de ellos, para que tambien la abundancia de ellos supla vuestra falta;
porque haya igualdad,

15 Como está escrito: El que [recogió] mucho, no tuvo más; y el que poco, no
tuvo ménos.

16 Empero gracias á Dios que dió la misma solicitud por vosotros en el
corazon de Tito.

17 Pues á la verdad recibió la exhortacion; mas estando tambien muy
solícito, de su voluntad partió para vosotros.

18 Y enviamos juntamente con él al hermano, cuya alabanza en el Evangelio
[es] por todas las iglesias.

19 Y no solo [esto,] mas tambien fué ordenado por las iglesias el compañero
de nuestra peregrinacion para [llevar] esta gracia, que es administrada de
nosotros para gloria del mismo Señor, y [para servir] vuestro pronto ánimo,

20 Evitando que nadie nos vitupere en esta abundancia que ministramos:

21 Procurando las cosas honestas, no solo delante del Señor, mas aun delante
de los hombres.

22 Enviamos tambien con ellos á nuestro hermano, al cual muchas veces hemos
experimentado diligente; mas ahora mucho más con la mucha confianza que
[tenemos] en vosotros.

23 Ora en órden á Tito, mi compañero y coadjutor para con vosotros, ó
[acerca de] nuestros hermanos, los mensajeros [son] de las iglesias, [y] la
gloria de Cristo.

24 Mostrad pues para con ellos á la faz de las iglesias la prueba de vuestro
amor, y de nuestra gloria acerca de vosotros.





CAPITULO 9.



1 PORQUE cuanto á la suministracion para los santos, por demás me es
escribiros;

2 Pues conozco vuestro pronto ánimo, del cual me glorío yo entre los de
Macedonia, que Achaia está apercibida desde el año pasado; y vuestro ejemplo
ha estimulado á muchos.

3 Mas he enviado los hermanos, porque nuestra gloria de vosotros no sea vana
en esta parte; para que, como lo he dicho, esteis apercibidos:

4 No sea que, si vinieren conmigo Macedonios, y os hallaren desapercibidos,
nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de este firme gloriarnos.

5 Por tanto tuve por cosa necesaria exhortar á los hermanos que fuesen
primero á vosotros, y apresten primero vuestra bendicion ántes prometida,
para que esté aparejada como [de] bendicion, y no como [de] mezquindad.

6 Esto empero [digo:] El que siembra escasamente, tambien segará
escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones tambien segará.

7 Cada uno [dé] como propuso en su corazon: no con tristeza, ó por necesidad
porque Dios ama al dador alegre.

8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; á fin
que, teniendo siempre en todas [cosas] todo lo que basta, abundeis para toda
buena obra:

9 (Como está escrito: Derramó; dió á los pobres: su justicia permanece para
siempre.

10 Y el que da simiente al que siembra, tambien dará pan para comer, y
multiplicará vuestra sementera, y aumentará los crecimientos de los frutos de
vuestra justicia;)

11 Para que esteis enriquecidos en todo para toda bondad, la cual obra por
nosotros hacimiento de gracias á Dios.

12 Porque la suministracion de este servicio no solamente suple lo que á los
santos falta, sino tambien abunda en muchos hacimientos de gracias á Dios:

13 Que por la experiencia de esta suministracion glorifican á Dios por la
obediencia que profesais al Evangelio de Cristo, y por la bondad de
contribuir para ellos y para todos:

14 Asimismo por la oracion de ellos á favor vuestro, los cuales os quieren á
causa de la eminente gracia de Dios en vosotros.

15 Gracias [sean dadas] á Dios por su don inefable.



CAPITULO 10.

1 EMPERO, yo Pablo os ruego por la mansedumbre y modestia de Cristo ([yo]
que presente ciertamente [soy] bajo entre vosotros; mas ausente soy confiado
con vosotros:)

2 Ruego, pues, que cuando estuviere presente, no tenga que ser atrevido con
la confianza con que estoy en animo de ser resuelto para con algunos, que nos
tienen como si anduviésemos segun la carne.

3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos segun la carne:

4 Porque las armas de nuestra milicia no [son] carnales; sino poderosas en
Dios para la destruccion de fortalezas;

5 Destruyendo consejos, y toda altura que se levanta contra la ciencia de
Dios, y cautivando todo intento á la obediencia de Cristo;

6 Y estando prestos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra
obediencia fuere cumplida.

7 ¿Mirais las cosas segun la apariencia? Si alguno está confiado en sí mismo
que es de Cristo, esto tambien piense por sí mismo, que como él [es] de
Cristo, así tambien nosotros [somos] de Cristo.

8 Porque aunque me gloríe aun un poco de nuestra potestad, (la cual el Señor
nos dió para edificacion, y no para vuestra destruccion,) no me avergonzaré.

9 [Dígolo] porque no parezca como que os [quiero] espantar por cartas.

10 Porque á la verdad, dicen, las cartas [son] graves y fuertes; mas la
presencia corporal flaca, y la palabra menospreciable.

11 Esto piense el tal, que cuales somos en la palabra por cartas, estando
ausentes, tales [serémos] tambien en hechos, estando presentes.

12 Porque no osamos entremeternos ó compararnos con algunos que se alaban á
sí mismos: mas [ellos,] midiéndose á sí mismos por sí mismos, y comparándose
consigo mismos, no son juiciosos.

13 Nosotros empero no nos gloriarémos fuera de [nuestra] medida, sino
conforme á la medida de la regla, de la medida que Dios nos repartió, para
llegar aun hasta vosotros.

14 Porque no nos extendemos sobre [nuestra medida,] como si no llegásemos
hasta vosotros; porque tambien hasta vosotros hemos llegado en el Evangelio
de Cristo:

15 No gloriándonos fuera de [nuestra] medida en trabajos ajenos; mas
teniendo esperanza del crecimiento de vuestra fé, que serémos muy
engrandecidos entre vosotros conforme á nuestra regla,

16 Y que anunciarémos el Evangelio en los [lugares] más allá de vosotros,
sin [entrar en] la medida de otro para gloriarnos en lo que [ya] estaba
aparejado.

17 Mas el que se gloría, gloríese en el Señor.

18 Porque no el que se alaba á sí mismo, el tal es aprobado; mas aquel á
quien Dios alaba.



CAPITULO 11.

1 OJALÁ toleraseis un poco mi locura; empero toleradme.

2 Pues que os celo con celo de Dios; porque os he desposado á un marido,
para presentaros [como] una vírgen pura á Cristo.

3 Mas temo que como la serpiente engañó á Eva con su astucia, sean
corrompidos así vuestros sentidos en alguna manera, [y caigan] de la
simplicidad que es en Cristo.

4 Porque si el que viene, predicare otro Cristo que el que hemos predicado,
ó recibiereis otro espíritu del que habeis recibido, ú otro evangelio del que
habeis aceptado, [lo] sufrierais bien.

5 [Cuanto á mí,] cierto pienso que en nada he sido inferior á aquellos
grandes apóstoles.

6 Porque aunque [soy] basto en palabra, empero no en la ciencia; mas en todo
somos ya del todo manifiestos á vosotros.

7 ¿Pequé yo humillándome á mí mismo, para que vosotros fueseis ensalzados,
porque os he predicado el Evangelio de Dios de balde?

8 He despojado las otras iglesias, recibiendo salario para ministraros á
vosotros.

9 Y estando con vosotros, y teniendo necesidad, á ninguno [de vosotros] fuí
carga: porque lo que me faltaba, suplieron los hermanos que vinieron de
Macedonia: y en todo me guardé de seros gravoso, y me guardaré.

10 Es la verdad de Cristo en mí, que esta gloria no me será cerrada en las
partes de Achaia.

11 ¿Por qué? [es] porque no os amo? Dios lo sabe.

12 Mas lo que hago, haré aun para cortar la ocasion de aquellos que la
desean, á fin que en aquello que se glorían, sean hallados semejantes á
nosotros.

13 Porque estos [son] falsos apóstoles, obreros fraudulentos,
transfigurándose en apóstoles de Cristo.

14 Y no [es] maravilla; porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de
luz.

15 Así que no [es] mucho, si tambien sus ministros se transfiguran como
ministros de justicia; cuyo fin será conforme á sus obras.

16 Otra vez digo: Que nadie me estime ser loco; de otra manera, recibidme
como á loco, para que aun me gloríe yo un poquito.

17 Lo que hablo, no lo hablo segun el Señor, sino como en locura, con esta
confianza de gloria.

18 Pues que muchos se glorían segun la carne, tambien yo me gloriaré.

19 Porque de buena gana tolerais los necios, siendo vosotros sabios:

20 Porque tolerais si alguno os pone en servidumbre, si alguno [os] devora,
si alguno toma, si alguno se ensalza, si alguno os hiere en la cara.

21 Dígolo cuanto á la afrenta, como si nosotros hubiésemos sido flacos.
Empero en lo que otro tuviere osadía (hablo con locura) tambien yo tengo
osadía.

22 ¿Son Hebréos? yo tambien. ¿Son Israelitas? yo tambien. ¿Son simiente de
Abraham? tambien yo.

23 ¿Son ministros de Cristo? (como poco sabio hablo) yo más: en trabajos más
abundante; en azotes sin medida; en cárceles, más; en muertes, muchas veces.

24 De los Judíos cinco veces he recibido cuarenta [azotes] ménos uno.

25 Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he
padecido naufragio; una noche y un dia he estado en lo profundo [de la mar.]

26 En caminos muchas veces; peligros de rios, peligros de ladrones, peligros
de los de [mi] nacion, peligros de los Gentiles, peligros en la ciudad,
peligros en el desierto, peligros en la mar, peligros entre falsos hermanos;

27 En trabajo y fatiga, en muchas vigilias, en hambre y sed, en muchos
ayunos, en frio y en desnudez;

28 Sin [otras] cosas además, lo que sobre mí se agolpa cada dia, la
solicitud de todas las iglesias.

29 ¿Quién enferma, y [yo] no enfermo? ¿Quién se escandaliza, y yo no me
quemo?

30 Si es menester gloriarse, me gloriaré yo de lo que es de mi flaqueza.

31 El Dios y Padre del Señor nuestro Jesu-Cristo, que es bendito por siglos,
sabe que no miento:

32 En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas guardaba la
ciudad de los Damascenos para prenderme:

33 Y fuí descolgado del muro en un seron por una ventana, y escapé de sus
manos.



CAPITULO 12.

1 CIERTO no me es conveniente gloriarme; mas vendré á las visiones y á las
revelaciones del Señor.

2 Conozco á un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no
[lo] sé; si fuera del cuerpo, no [lo] sé; Dios [lo] sabe) fué arrebatado
hasta el tercer cielo.

3 Y conozco tal hombre, (si en el cuerpo, ó fuera del cuerpo, no [lo] sé:
Dios [lo] sabe,)

4 Que fué arrebatado al paraiso, donde oyó palabras secretas que el hombre
no puede decir.

5 De este tal me gloriaré: mas de mí mismo nada me gloriaré, sino en mis
flaquezas.

6 Por lo cual si quisiere gloriarme, no seré insensato; porque diré verdad:
empero [lo] dejo, porque nadie piense de mí mas de lo que en mí ve, ú oye de
mí.

7 Y porque la grandeza de las revelaciones no me levante descomedidamente,
me es dado un aguijon en mi carne, un mensajero de Satanás, que me abofetée,
para que no me enaltezca sobremanera.

8 Por lo cual tres veces he rogado al Señor que se quite de mí.

9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi potencia en la flaqueza se
perfecciona. Por tanto de buena gana me gloriaré más bien en mis flaquezas,
porque habite en mí la potencia de Cristo.

10 Por lo cual me gozo en las flaquezas, en afrentas, en necesidades, en
persecuciones, en angustias por Cristo: porque cuando soy flaco, entónces soy
poderoso.

11 Héme hecho un necio en gloriarme: vosotros me constreñisteis; pues yo
habia de ser alabado de vosotros: porque en nada he sido ménos que los sumos
apóstoles, aunque soy nada.

12 Con todo esto las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en
toda paciencia, en señales, y en prodigios, y en maravillas.

13 Porque ¿qué hay en que habeis sido ménos que las otras iglesias, sino en
que yo mismo no os he sido carga? Perdonadme esta injuria.

14 Hé aquí estoy aparejado para ir á vosotros la tercera vez, y no os seré
gravoso; porque no busco vuestras cosas, sino á vosotros: porque no han de
atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos.

15 Empero yo de muy buena gana despenderé y seré despendido por vuestras
almas, aunque amándoos más, sea amado ménos.

16 Mas sea así, yo no os he agravado; sino que, como soy astuto, os he
tomado por engaño.

17 ¿Acaso os he engañado por alguno de los que he enviado á vosotros?

18 Rogué á Tito, y envié con [él] al hermano. ¿Os engañó quizá Tito? ¿no
hemos procedido con el mismo espíritu, y por las mismas pisadas?

19 ¿Pensais aun que nos excusamos con vosotros? Delante de Dios, en Cristo
hablamos: mas todo, muy amados, por vuestra edificacion.

20 Porque temo que cuando llegare, no os halle tales como quiero, y yo sea
hallado de vosotros cual no quereis; que [haya] entre vosotros contiendas,
envidias, iras, disensiones, detracciones, murmuraciones, elaciones, bandos;

21 Que cuando volviere, me humille Dios entre vosotros, y haya de llorar por
muchos de los que ántes habrán pecado, y no se han arrepentido de la
inmundicia, y fornicacion, y deshonestidad que han cometido.



CAPITULO 13.

1 ESTA tercera vez voy á vosotros. En la boca de dos ó de tres testigos
consistirá todo negocio.

2 He dicho ántes, y ahora digo otra vez como presente; y ahora ausente lo
escribo á los que ántes pecaron, y á todos los demás; que si voy otra vez, no
perdonaré:

3 Pues buscais una prueba de Cristo que habla en mí, el cual no es flaco
para con vosotros, ántes es poderoso en vosotros.

4 Porque aunque fué crucificado por flaqueza, empero vive por potencia de
Dios. Pues tambien nosotros somos flacos con él, mas vivirémos con él por la
potencia de Dios para con vosotros.

5 Examináos á vosotros mismos si estais en fé; probáos á vosotros mismos.
¿No os conoceis á vosotros mismos, que Jesu-Cristo está en vosotros? si ya no
sois reprobados.

6 Mas espero que conoceréis que nosotros no somos reprobados.

7 Y oramos á Dios que ninguna cosa mala hagais; no para que nosotros seamos
hallados aprobados, mas para que vosotros hagais lo que es bueno, aunque
nosotros seamos como reprobados.

8 Porque ninguna cosa podemos contra la verdad, sino por la verdad.

9 Por lo cual nos gozamos que seamos nosotros flacos, y que vosotros esteis
fuertes; y aun deseamos vuestra perfeccion.

10 Por tanto [os] escribo esto ausente por no tratar presente con [más]
dureza, conforme á la potestad que el Señor me ha dado para edificacion, y no
para destruccion.

11 Resta hermanos, que tengais gozo; seais perfectos, tengais consolacion,
sintais una misma cosa, tengais paz; y el Dios de paz y de caridad será con
vosotros.

12 Saludáos los unos á los otros con ósculo santo. Todos los santos os
saludan.

13 La gracia del Señor Jesu-Cristo y el amor de Dios, y la participacion del
Espíritu Santo sea con vosotros todos. Amen.

La segunda [epístola] á los Corintios fué enviada de Filipos de Macedonia
con Tito y Lucas.


Biblioteca

La Santa Biblia
Reina-Valera de 1862
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