“cuando Cristo dijo: dejad los ninos venid a mi porque de ellos es el reino de los cielos. y otra vez:si no fuereis como ninos no entrareis al reino de los cielos. los ninos todavia no saben dicernir entre el bien y el mal.primero, por eso pienso que no deben bautizarse.por cuanto no tienen conocimiento de lo que estan haciendo. entonces no se le imputa pecado a ninguna persona que no sepa dicernir entre el bien y el mal.”

Primero, Ud. dijo, “los ninos todavia no saben dicernir entre el bien y el mal.” ¿Quién lo dijo así? Al contrario, nos dice en las Escrituras, en Salmo 51, “Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio. 5 He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.” Y, en Romanos 3:12, “Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” Perdóneme, pero, creo que su actitud es la de los discípulos, y los bautistas, que creen que nos niños no son completamente humanos, y que tienen que llegar a cierto punto para confiar en Cristo. Al contrario, leemos otra vez en las Escrituras que David confió en el Señor desde su niñez, “9 Pero tú eres el que me sacó del vientre; Él que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre. 10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.” (Salmo 22:9-10) Y en la misma manera, Timoteo confió en Cristo Jesús, como leemos en 2 Timoteo 3:15, “y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.”

Por eso, los hijos de los creyentes están considerados santos, cuando los hijos de los incrédulos no son, como leemos en 1 Corintios 7:14, “Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.” Y, esto es porque San Pedro en el Día de Pentecostés repitió que la promesa no es solamente para nosotros, mas mandó que todos se arrepientan y estar bautizados, porque “para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.” (Hechos 2:39) Y así fue la práctica de la Iglesia Nuevotestamentaria, cuando bautizaron no solamente a individuos, sino a toda la familia (Hechos 16:15 y 33).

Y hermano, es algo por el momento. Y si podemos ayudarle, pues, como siempre, estoy a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia y amor le bendiga en todo.

Muy atte.

Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa
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Santa Ana, California, EE.UU.

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