“se puede orar por sanidad a las personas que no son salvas? sabiendo que las escrituras afirman que si siguen pecando 7 peores espíritus vendrían a su cuerpo...es bueno orar por ellos?”

Pues, perdóneme, pero, no entiendo su lógica. Nos dice en Mateo 12:43-45, “43 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. 44 Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. 45 Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación.” No nos indica en ninguna manera que la sanidad no es buena, sino que debemos apreciar la obra que hizo Dios en nuestras vidas. Es como cuando Cristo Jesús habló con la mujer quien hizo adulterio. Le dijo, “vete, y no peques más.” (San Juan 8:11)

La verdad es que Cristo Jesús sí sanó a unas personas porque tenía fe, como la mujer quien fue sanada, y Él le dijo, “Tu fe te ha salvado, ve en paz.” (San Lucas 7:50) Pero, otras veces, sanó a unas personas porque sus amigos tenían fe, o sus padres, o sus amos. Y, a veces sanó a gente que no tenía fe, y a veces cuando pidió de no ser salvo, por ejemplo, el hombre que tenía la legión de demonios, “Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.” (San Lucas 8:28) Y después de ser sanado, no todos tenían fe tampoco, por ejemplo, las diez lepras fueron sanadas, pero, ¿Cuántos regresaron para dar gracias? Solo uno.

Pero, hermano, Ud. hizo una pregunta sobre la oración, y la respuesta no es complicada. Primero, tenemos el mandamiento de nuestro Señor Jesucristo que nos dice, “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.” (San Mateo 5:44) Por eso, tenemos el mandamiento general de orar por los malos, que nos aborrecen, y nos ultrajan, y nos persiguen. (Véase también San Lucas 6:28) Por eso, leemos en 1 Timoteo 2:1-3, “1 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. 3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador.” Así vemos que es la voluntad de Dios que hacemos oraciones por todos hombres, hasta los reyes de este mundo, que por lo general son enemigos del evangelio.

No dice en ningún lugar específico que debemos orar para que los incrédulos sean salvos, pero, tampoco hay muchas veces cuando nos manda de orar por los enfermos. El único lugar que puedo encontrar está en Santiago 5:14-16, donde está hablando de orar por un hermano en Cristo. Pero, en cuanto que pocas veces habla de orar por sanidad, no es una sorpresa que no habla específicamente de orar por la sanidad de los incrédulos. Y, en luz de los versos que nos manda de orar por los incrédulos, creo que sea bien orar por su sanidad.

A la misma vez, es importante notar que el ministerio de oración debe de ser tanto por el alma y así también por el cuerpo, porque ¿qué ganancia hay si una persona salva su cuerpo y pierda su alma? Cuando Cristo Jesús sanó a la gente, también les perdonó (Véase San Lucas 5:23; San marcos 2:9; San Mateo 9:2). Por eso, así también en Santiago, habla de la fe y la sanidad a la misma vez, como leemos en Santiago 5:15, “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.”

Pues, hermano, es algo por el momento, y si quiere más, solo tiene que escribirnos, y vamos hacer lo que podemos para contestar.

Y hermano, favor de saludar a los santos allá de nuestra parte, y especialmente su propia familia, y hermano, como siempre, si puedo servirle más, estoy a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia y amor le bendiga en todo.

Muy atte.

Su hermano en Cristo,

Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com
Misionero al Uruguay de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa,           
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